¡Ay, pata! Parece que la onda de salvar el planeta se nos está yendo cuesta arriba por toda la región. Un estudio nuevo de Worldpanel by Numerator sacudió el avispero, mostrando que estamos perdiendo fuelle en lo que respecta a vivir de manera sostenible. La COP30 en Belén, Venezuela, sirvió de telón de fondo para soltar estas verdades incómodas, y vaya si nos dieron en la cara.
El dato más duro es que, aunque casi todos –en Brasil, por ejemplo, el 66%– dicen estar preocupados por el cambio climático, poco eso se traduce en acciones concretas. En general, el 36% de los latinoamericanos dice que les resulta cada vez más difícil hacer lo correcto, y peor aún, muchos culpan a las empresas, descargándose la responsabilidad personal. Esto huele a purito justificar la flojera, ¿no creen?
Las cifras hablan claro: los ‘Eco-Actives’ –los que realmente se esfuerzan por cuidar el medio ambiente– bajaron del 28% al 22% en apenas un año. Mientras tanto, los ‘Eco-Dismissers’ –los que hacen caso omiso del asunto– aumentaron del 38% al 40%. ¡Esto sí que es bochornoso! Imagínatelo, el país que alberga la COP30 va camino de ser conocido precisamente por tener a más gente que se lava las manos, diría mi abu, frente al problema ambiental.
Brasil lidera la tabla de dishonor en cuanto a ‘Eco-Dismissers’, con un alarmante 66% de la población que prefiere seguir como andamos. Claro, las preocupaciones económicas pesan mucho, y la falta de información tampoco ayuda. Pero entre tanta excusa, parece que nos hemos olvidado de que somos parte del problema... y también de la solución. ¡Vamos, ponga huevos!
Pero ojo, que estos mismos ‘Eco-Dismissers’ mueven una pasta considerable –más de 31.8 mil millones de euros en bienes de consumo– y un buen porcentaje (el 40%) dice querer adoptar prácticas más sostenibles. Ahí está la oportunidad: estos tipos no son enemigos irredimibles, simplemente necesitan un empujoncito, un poquito de guía. Lo que nos hace pensar que la clave está en educar, facilitar las cosas y motivarlos. ¡A ver quién se anima a hacer la tarea!
La falta de conocimiento es otro factor crítico. Según el estudio, el 10% nunca ha comprado productos hechos con materiales reciclados, pero le gustaría. Otro 10% quiere ingredientes locales, pero no sabe dónde encontrarlos. Y ni hablar de las etiquetas de reciclaje: el 47% no las entiende y el 51% no sabe qué hacer con los empaques biodegradables. ¡Parece broma, pero es la realidad! Necesitamos campañas educativas claras y sencillas que nos expliquen cómo reciclar correctamente.
Las empresas y los gobiernos tienen mucho que hacer, y rápido. No basta con promesas vacías y discursos bonitos. Hay que ofrecer alternativas accesibles, transparentes y fáciles de entender. La confianza es fundamental, y las marcas que logren ganársela serán las que tengan éxito a largo plazo. ¡No vamos a llorar luego si el planeta nos cobra factura! Recuerden que esto no es solo un tema ambiental, es un tema de salud pública, de justicia social y de seguridad económica.
Así que, señores y señoras, después de analizar todos estos datos, me pregunto: ¿ustedes, personalmente, han hecho algún cambio significativo en sus hábitos para reducir su impacto ambiental? ¿Cuáles son las mayores dificultades que enfrentan para vivir de manera más sostenible y qué soluciones propondrían para motivar a nuestros 'Eco-Dismissers' a sumarse a la causa? ¡Compartan sus ideas en el foro!
El dato más duro es que, aunque casi todos –en Brasil, por ejemplo, el 66%– dicen estar preocupados por el cambio climático, poco eso se traduce en acciones concretas. En general, el 36% de los latinoamericanos dice que les resulta cada vez más difícil hacer lo correcto, y peor aún, muchos culpan a las empresas, descargándose la responsabilidad personal. Esto huele a purito justificar la flojera, ¿no creen?
Las cifras hablan claro: los ‘Eco-Actives’ –los que realmente se esfuerzan por cuidar el medio ambiente– bajaron del 28% al 22% en apenas un año. Mientras tanto, los ‘Eco-Dismissers’ –los que hacen caso omiso del asunto– aumentaron del 38% al 40%. ¡Esto sí que es bochornoso! Imagínatelo, el país que alberga la COP30 va camino de ser conocido precisamente por tener a más gente que se lava las manos, diría mi abu, frente al problema ambiental.
Brasil lidera la tabla de dishonor en cuanto a ‘Eco-Dismissers’, con un alarmante 66% de la población que prefiere seguir como andamos. Claro, las preocupaciones económicas pesan mucho, y la falta de información tampoco ayuda. Pero entre tanta excusa, parece que nos hemos olvidado de que somos parte del problema... y también de la solución. ¡Vamos, ponga huevos!
Pero ojo, que estos mismos ‘Eco-Dismissers’ mueven una pasta considerable –más de 31.8 mil millones de euros en bienes de consumo– y un buen porcentaje (el 40%) dice querer adoptar prácticas más sostenibles. Ahí está la oportunidad: estos tipos no son enemigos irredimibles, simplemente necesitan un empujoncito, un poquito de guía. Lo que nos hace pensar que la clave está en educar, facilitar las cosas y motivarlos. ¡A ver quién se anima a hacer la tarea!
La falta de conocimiento es otro factor crítico. Según el estudio, el 10% nunca ha comprado productos hechos con materiales reciclados, pero le gustaría. Otro 10% quiere ingredientes locales, pero no sabe dónde encontrarlos. Y ni hablar de las etiquetas de reciclaje: el 47% no las entiende y el 51% no sabe qué hacer con los empaques biodegradables. ¡Parece broma, pero es la realidad! Necesitamos campañas educativas claras y sencillas que nos expliquen cómo reciclar correctamente.
Las empresas y los gobiernos tienen mucho que hacer, y rápido. No basta con promesas vacías y discursos bonitos. Hay que ofrecer alternativas accesibles, transparentes y fáciles de entender. La confianza es fundamental, y las marcas que logren ganársela serán las que tengan éxito a largo plazo. ¡No vamos a llorar luego si el planeta nos cobra factura! Recuerden que esto no es solo un tema ambiental, es un tema de salud pública, de justicia social y de seguridad económica.
Así que, señores y señoras, después de analizar todos estos datos, me pregunto: ¿ustedes, personalmente, han hecho algún cambio significativo en sus hábitos para reducir su impacto ambiental? ¿Cuáles son las mayores dificultades que enfrentan para vivir de manera más sostenible y qué soluciones propondrían para motivar a nuestros 'Eco-Dismissers' a sumarse a la causa? ¡Compartan sus ideas en el foro!