¡Qué sal nos cayó a todos! Resulta que ayer por la tarde, y aún seguimos lidiando con ella, se vino abajo Cloudflare, esa cosita que le da superpoderes a muchos sitios web para aguantar el tráfico. Imagínate, si Cloudflare falla, ¡hasta los gigantes se tambalean!
Para los que no estén curtidos en la movida digital, Cloudflare funciona como una especie de escudo y acelerador para los sitios. Piensa en ella como el portero de un equipo de fútbol que ataja los ataques malos e intenta que la pelota llegue más rápido a los delanteros. Pues bien, este portero se tomó un descanso inesperado, dejando a varios servicios web totalmente pelados.
La lista de afectados es considerable, vaya. Amazon Web Services, que es donde vive casi todo, también sufrió. Canva, la herramienta de diseño para los creativos, no funcionaba ni para hacer un sticker. Pero lo que realmente dio qué hablar fue que ni siquiera los pesos pesados como ChatGPT y Gemini, esas inteligencias artificiales que prometen cambiar el mundo, pudieron evitarse la bronca. ¡Hasta ellos tuvieron que poner un cartelito de ‘Fuera de servicio’!
Y ni hablar de Spotify, ¿cómo iba uno a disfrutar de sus zapeítos favoritos sin poder entrar a la plataforma? Downdetector, irónicamente la página que reporta caídas de internet, tampoco andaba muy entera. Videojugos populares como Valorant y League of Legends sufrieron retrasos y desconexiones, provocando gritos y reclamos en todo el país. X (antes conocido como Twitter) también tuvo algunos problemitas para mantener la calma.
Según Google – sí, hasta ellos reconocieron el problema – Cloudflare es una red global que protege a los sitios web de ataques y mejora su velocidad. Lo que significa que, con esta caída, toda la infraestructura online quedó vulnerable. Por el momento, no han dado una explicación clara de qué pasó exactamente, aunque especulan que pudo haber sido un ataque DDoS masivo o algún fallo interno en sus sistemas. ¡Un despiche total!
Lo curioso es cómo este tipo de incidentes nos recuerda lo dependientes que somos de estos servicios. Vivimos en una era donde la conectividad es esencial para todo, desde trabajar hasta comunicarnos y entretenernos. Y cuando algo así sucede, te das cuenta de que estamos todos colgados de un hilo muy fino.
Algunos expertos señalan que este incidente resalta la importancia de tener planes de contingencia robustos y diversificar los proveedores de servicios en la nube. Pero bueno, eso suena a chino para la mayoría de nosotros, ¿verdad? Lo importante es que esperemos a que solucionen la vaineta y podamos volver a navegar tranquilos. Mientras tanto, toca buscarle a uno algo que hacer sin internet… ¡qué torta!
Ahora, díganme, ¿qué plan improvisaron ustedes durante la caída de Cloudflare? ¿Descubrieron alguna afición olvidada o aprovecharon para platicar con los vecinos cara a cara? ¿Creen que deberíamos estar menos dependientes de estos servicios gigantes o es inevitable?
Para los que no estén curtidos en la movida digital, Cloudflare funciona como una especie de escudo y acelerador para los sitios. Piensa en ella como el portero de un equipo de fútbol que ataja los ataques malos e intenta que la pelota llegue más rápido a los delanteros. Pues bien, este portero se tomó un descanso inesperado, dejando a varios servicios web totalmente pelados.
La lista de afectados es considerable, vaya. Amazon Web Services, que es donde vive casi todo, también sufrió. Canva, la herramienta de diseño para los creativos, no funcionaba ni para hacer un sticker. Pero lo que realmente dio qué hablar fue que ni siquiera los pesos pesados como ChatGPT y Gemini, esas inteligencias artificiales que prometen cambiar el mundo, pudieron evitarse la bronca. ¡Hasta ellos tuvieron que poner un cartelito de ‘Fuera de servicio’!
Y ni hablar de Spotify, ¿cómo iba uno a disfrutar de sus zapeítos favoritos sin poder entrar a la plataforma? Downdetector, irónicamente la página que reporta caídas de internet, tampoco andaba muy entera. Videojugos populares como Valorant y League of Legends sufrieron retrasos y desconexiones, provocando gritos y reclamos en todo el país. X (antes conocido como Twitter) también tuvo algunos problemitas para mantener la calma.
Según Google – sí, hasta ellos reconocieron el problema – Cloudflare es una red global que protege a los sitios web de ataques y mejora su velocidad. Lo que significa que, con esta caída, toda la infraestructura online quedó vulnerable. Por el momento, no han dado una explicación clara de qué pasó exactamente, aunque especulan que pudo haber sido un ataque DDoS masivo o algún fallo interno en sus sistemas. ¡Un despiche total!
Lo curioso es cómo este tipo de incidentes nos recuerda lo dependientes que somos de estos servicios. Vivimos en una era donde la conectividad es esencial para todo, desde trabajar hasta comunicarnos y entretenernos. Y cuando algo así sucede, te das cuenta de que estamos todos colgados de un hilo muy fino.
Algunos expertos señalan que este incidente resalta la importancia de tener planes de contingencia robustos y diversificar los proveedores de servicios en la nube. Pero bueno, eso suena a chino para la mayoría de nosotros, ¿verdad? Lo importante es que esperemos a que solucionen la vaineta y podamos volver a navegar tranquilos. Mientras tanto, toca buscarle a uno algo que hacer sin internet… ¡qué torta!
Ahora, díganme, ¿qué plan improvisaron ustedes durante la caída de Cloudflare? ¿Descubrieron alguna afición olvidada o aprovecharon para platicar con los vecinos cara a cara? ¿Creen que deberíamos estar menos dependientes de estos servicios gigantes o es inevitable?
