¡Patéale, mae! Resulta que seis de cada diez ticos todavía andan perdidos, sin saber siquiera por quién van a echar el visto bueno para diputado en febrero. La Universidad de Costa Rica, con su CIEP, soltó la bomba y nos dejó pensando si vamos a tener otro parlamento lleno de chinchorros, donde nadie llega a ningún lado.
La cosa es así: estamos hablando de un nivel de incertidumbre tremendo. Parece que muchos no se han puesto a pensar qué vara quieren ver en la Asamblea Legislativa. Lo curioso es que el 70% dice que va a apoyar al mismo partido tanto para la Presidencia como para las legislaturas – eso sí le ponele fe a su ideología, ¿verdad?
Pero ahí viene el dato jugón: aunque estén decididos por el partido, cuando hablamos de nombres propios, la gente se queda varada. Según la encuesta, Pueblo Soberano anda liderando la carrera con un 14% de intención de voto, seguido de Liberación Nacional con un magrito 8% y el Frente Amplio con un 6%. ¡Y ojo!, casi el 2% planea anular el voto, ¡qué despiche! Demuestra que hay hartos que sienten que nadie les representa realmente.
Ahora, esto pinta feísimo para la estabilidad política, porque la UCR advierte que la próxima Asamblea podría estar incluso más dividida que la actual. Imagínate, más de siete partidos peleándose por los huesos, tratando de formar coaliciones que duran menos que un chiste de Risas Caninas. Conseguir quórum en Cuesta de Moras ya es una odisea, ¡con esto va a ser peor!
La encuesta se hizo a 1,333 personas por teléfono celular, entre el 6 y el 15 de octubre, con un margen de error de 2.7%. Son datos contundentes que reflejan una realidad preocupante: la apatía política y la desconfianza hacia los políticos siguen siendo altos. La gente siente que sus voces no se escuchan y que los diputados están más preocupados por sus intereses personales que por resolver los problemas del país.
Este panorama nos recuerda a otros momentos turbulentos en la historia política costarricense, cuando la fragmentación parlamentaria dificultaba la gobernabilidad y retrasaba el desarrollo del país. Recordemos aquella época donde los proyectos se estancaban por pura picardía partidista, dejando al pueblo viendo cómo se iba el tiempo y las oportunidades.
Algunos analistas sugieren que este fenómeno responde a una crisis de representatividad, donde los partidos tradicionales han perdido credibilidad y los nuevos movimientos carecen de fuerza para consolidarse. Otros apuntan a la influencia de factores externos, como la polarización política internacional y la difusión de noticias falsas. Sea cual sea la causa, lo cierto es que necesitamos urgentemente encontrar fórmulas para fortalecer nuestra democracia y recuperar la confianza de los ciudadanos.
En fin, una situación que nos deja más preguntas que respuestas. Con tanta incertidumbre y tanta división, ¿cree usted que llegaremos a tener una Asamblea Legislativa capaz de trabajar por el bienestar del país, o estamos condenados a repetir los mismos errores del pasado? Déjeme su opinión en los comentarios, ¡me interesa saber qué piensa mi gente!
La cosa es así: estamos hablando de un nivel de incertidumbre tremendo. Parece que muchos no se han puesto a pensar qué vara quieren ver en la Asamblea Legislativa. Lo curioso es que el 70% dice que va a apoyar al mismo partido tanto para la Presidencia como para las legislaturas – eso sí le ponele fe a su ideología, ¿verdad?
Pero ahí viene el dato jugón: aunque estén decididos por el partido, cuando hablamos de nombres propios, la gente se queda varada. Según la encuesta, Pueblo Soberano anda liderando la carrera con un 14% de intención de voto, seguido de Liberación Nacional con un magrito 8% y el Frente Amplio con un 6%. ¡Y ojo!, casi el 2% planea anular el voto, ¡qué despiche! Demuestra que hay hartos que sienten que nadie les representa realmente.
Ahora, esto pinta feísimo para la estabilidad política, porque la UCR advierte que la próxima Asamblea podría estar incluso más dividida que la actual. Imagínate, más de siete partidos peleándose por los huesos, tratando de formar coaliciones que duran menos que un chiste de Risas Caninas. Conseguir quórum en Cuesta de Moras ya es una odisea, ¡con esto va a ser peor!
La encuesta se hizo a 1,333 personas por teléfono celular, entre el 6 y el 15 de octubre, con un margen de error de 2.7%. Son datos contundentes que reflejan una realidad preocupante: la apatía política y la desconfianza hacia los políticos siguen siendo altos. La gente siente que sus voces no se escuchan y que los diputados están más preocupados por sus intereses personales que por resolver los problemas del país.
Este panorama nos recuerda a otros momentos turbulentos en la historia política costarricense, cuando la fragmentación parlamentaria dificultaba la gobernabilidad y retrasaba el desarrollo del país. Recordemos aquella época donde los proyectos se estancaban por pura picardía partidista, dejando al pueblo viendo cómo se iba el tiempo y las oportunidades.
Algunos analistas sugieren que este fenómeno responde a una crisis de representatividad, donde los partidos tradicionales han perdido credibilidad y los nuevos movimientos carecen de fuerza para consolidarse. Otros apuntan a la influencia de factores externos, como la polarización política internacional y la difusión de noticias falsas. Sea cual sea la causa, lo cierto es que necesitamos urgentemente encontrar fórmulas para fortalecer nuestra democracia y recuperar la confianza de los ciudadanos.
En fin, una situación que nos deja más preguntas que respuestas. Con tanta incertidumbre y tanta división, ¿cree usted que llegaremos a tener una Asamblea Legislativa capaz de trabajar por el bienestar del país, o estamos condenados a repetir los mismos errores del pasado? Déjeme su opinión en los comentarios, ¡me interesa saber qué piensa mi gente!