¡Ay, Dios mío, qué movida! Más de 400 cabecitas unidas en el Congreso de Zonas Francas, discutiendo cómo hacer que Costa Rica siga siendo el patio de juego para la inversión y el empleo. Parece que esto del mundo globalizado está poniendo a todos a pensar, diay, cómo mantenernos a flote en este brete.
El VIII Congreso de Zonas Francas ha sido un verdadero hervidero de ideas, con líderes empresariales, funcionarios del gobierno y hasta unos cuantos extranjeros metidos en la maraña buscando cómo impulsar la Inversión Extranjera Directa (IED). No es ningún secreto que últimamente le hemos perdido terreno a otros países en la carrera por atraer feria, así que este foro viene con la necesidad de darle un empujón considerable.
Ronald Lachner, el mero mero de AZOFRAS, soltó que estas pláticas son cruciales para trazar el camino hacia el futuro. Según él, tenemos que trabajar juntos, el sector público, el privado, los académicos… ¡hasta la sociedad civil tiene que meterle aunque sea un poquito! Porque si queremos seguir siendo un país próspero y sostenible, necesitamos que todos rememos en la misma dirección, chunches.
Y hablando de números, el Ministro Tovar nos recordó que las zonas francas son una fuerza económica tremenda. ¡Más de 265 mil empleos directos e indirectos generan!, y casi el 15% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional proviene de ahí. Así que ya ven, no es cualquier vaina, es un pilar fundamental de nuestra economía, a pesar de los cantazos que le han dado algunos.
Laura López de PROCOMER tampoco se quedó atrás, botando cifras impresionantes. Al parecer, el régimen de zona franca capturó el 74% de toda la IED que entró al país durante el 2024, ¡con más de 3.700 millones de dólares! Eso le da oxígeno a muchísimas familias costarricenses, les permite tener un trabajo decente y contribuye a que sigamos exportando cosas buenas a otros países. Digamos que es un círculo virtuoso, ¿no?
Pero ojo, que no todo es miel sobre hojuelas. La encuesta del CIEP-UCR salió a relucir, mostrando que un 75% de nosotros ya no siente afinidad con ningún partido político. Esto pone en evidencia un problema serio: la gente está desencantada con la política tradicional y busca alternativas. ¿Será que necesitamos un cambio radical en la forma en que hacemos las cosas, o estamos condenados a repetir los mismos errores una y otra vez?
Además, el panorama mundial está cambiando a pasos agigantados. La inteligencia artificial, la sostenibilidad energética, la geopolítica… ¡Todo influye en cómo funciona el negocio! Por eso es tan importante estar al día y adaptarse rápidamente a las nuevas tendencias. Caso contrario, nos vamos a quedar rezagados y el país va a sufrir las consecuencias. Que no nos agarre dormidos, maes.
En fin, este Congreso de Zonas Francas parece haber generado bastante expectativa y propuestas interesantes. Pero me pregunto: ¿Realmente vamos a ver cambios significativos en los próximos meses? ¿O será que esto se queda en una serie de discursos bonitos y poca acción concreta? ¿Creen que la desafección política del pueblo afectará la capacidad del gobierno para implementar políticas que atraigan inversión y generen empleo a largo plazo? ¡Déjenme sus opiniones en el foro!
El VIII Congreso de Zonas Francas ha sido un verdadero hervidero de ideas, con líderes empresariales, funcionarios del gobierno y hasta unos cuantos extranjeros metidos en la maraña buscando cómo impulsar la Inversión Extranjera Directa (IED). No es ningún secreto que últimamente le hemos perdido terreno a otros países en la carrera por atraer feria, así que este foro viene con la necesidad de darle un empujón considerable.
Ronald Lachner, el mero mero de AZOFRAS, soltó que estas pláticas son cruciales para trazar el camino hacia el futuro. Según él, tenemos que trabajar juntos, el sector público, el privado, los académicos… ¡hasta la sociedad civil tiene que meterle aunque sea un poquito! Porque si queremos seguir siendo un país próspero y sostenible, necesitamos que todos rememos en la misma dirección, chunches.
Y hablando de números, el Ministro Tovar nos recordó que las zonas francas son una fuerza económica tremenda. ¡Más de 265 mil empleos directos e indirectos generan!, y casi el 15% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional proviene de ahí. Así que ya ven, no es cualquier vaina, es un pilar fundamental de nuestra economía, a pesar de los cantazos que le han dado algunos.
Laura López de PROCOMER tampoco se quedó atrás, botando cifras impresionantes. Al parecer, el régimen de zona franca capturó el 74% de toda la IED que entró al país durante el 2024, ¡con más de 3.700 millones de dólares! Eso le da oxígeno a muchísimas familias costarricenses, les permite tener un trabajo decente y contribuye a que sigamos exportando cosas buenas a otros países. Digamos que es un círculo virtuoso, ¿no?
Pero ojo, que no todo es miel sobre hojuelas. La encuesta del CIEP-UCR salió a relucir, mostrando que un 75% de nosotros ya no siente afinidad con ningún partido político. Esto pone en evidencia un problema serio: la gente está desencantada con la política tradicional y busca alternativas. ¿Será que necesitamos un cambio radical en la forma en que hacemos las cosas, o estamos condenados a repetir los mismos errores una y otra vez?
Además, el panorama mundial está cambiando a pasos agigantados. La inteligencia artificial, la sostenibilidad energética, la geopolítica… ¡Todo influye en cómo funciona el negocio! Por eso es tan importante estar al día y adaptarse rápidamente a las nuevas tendencias. Caso contrario, nos vamos a quedar rezagados y el país va a sufrir las consecuencias. Que no nos agarre dormidos, maes.
En fin, este Congreso de Zonas Francas parece haber generado bastante expectativa y propuestas interesantes. Pero me pregunto: ¿Realmente vamos a ver cambios significativos en los próximos meses? ¿O será que esto se queda en una serie de discursos bonitos y poca acción concreta? ¿Creen que la desafección política del pueblo afectará la capacidad del gobierno para implementar políticas que atraigan inversión y generen empleo a largo plazo? ¡Déjenme sus opiniones en el foro!