Ay, Dios mío, la rola se repite en Barrio Dent. Resulta que cuando llueve a cántaros, como buen tico ya sabemos, el barrio se convierte en una piscina gigante. Esta vez no fue diferente, vecinos amaneciendo con el agua hasta las rodillas y poniéndose a salvar lo que podían. ¡Qué despiche!
La quebrada Los Negritos, esa que siempre anda dando problemas, se desbordó otra vez y dejó a varios hogares sumergidos. Videos que circularon en redes sociales mostraban escenas de pánico y gente buscando refugio en los techos. Imagínate el susto, mae, estar ahí arriba esperando que baje el agua... No debe haber sido fácil.
La Cruz Roja, como buenos samaritanos, llegaron rápido al rescate, con sus equipos y todo el brete. Trabajaron duro, asistiendo a los afectados y tratando de llevar un poco de calma a la situación caótica. Más de nueve cruzrojistas y dos unidades de rescate estaban trabajando sin parar. Un trabajo de chinos, diay.
Pero la historia detrás de esto va mucho más allá de las lluvias intensas. Según cuentan los vecinos, este problema lleva años arrastrándose, desde tiempos inmemoriales, dirían algunos. Melina Dada, una de las afectadas, soltó la bomba: “Ese problema se había solucionado en 1989, pero luego, como siempre pasa, alguien decidió desviarle las aguas para unos proyectos nuevos y ahora estamos pagando las consecuencias.”
Y vaya que estamos pagando, mae. Melina perdió prácticamente todo: electrodomésticos, su material de arte, comida, hasta su carro quedó varado bajo el agua. Tuvo que ser rescatada por los techos junto a su hijo, una experiencia traumática que seguramente le durará un buen rato. Contó cómo el agua entró a su casa a mansalva, reventándole la puerta y llevándose mesas y demás objetos en cuestión de segundos. ¡Qué carga!
No es la primera vez que Barrio Dent sufre estas inundaciones. Hace apenas unos días, el 4 de este mes, ya habían vivido una experiencia similar, donde otras ocho viviendas quedaron bajo el agua. Los vecinos llevan más de dos años pidiendo que entuben la quebrada, pero parece que sus súplicas caen en oídos sordos. Dicen que han ido y venido con las autoridades, pero nadie quiere hacerse responsable de solucionar este problema crónico. ¡Un desastre!
Lo más triste de todo es escuchar a Melina contando cómo tuvo que bajar de nuevo a rescatar a Paco, su gato, y a su perro, que estaban nadando desesperados. Uno no se imagina tener que priorizar a sus mascotas en medio de semejante emergencia. Perderlo todo es ya suficiente, pero perder también a tus compañeros peludos… eso sí duele. Definitivamente, una situación lamentable que refleja la falta de planificación y la negligencia de las autoridades.
Después de tanta desgracia y pérdida, uno se queda pensando: ¿Hasta cuándo tendremos que seguir viendo a Barrio Dent sufrir así? ¿Será que realmente nadie en el gobierno se da cuenta de la gravedad de esta situación? ¿Debería haber mayor inversión en infraestructura para prevenir estos desastres recurrentes, o simplemente seguiremos siendo víctimas de la naturaleza y de la irresponsabilidad humana?
La quebrada Los Negritos, esa que siempre anda dando problemas, se desbordó otra vez y dejó a varios hogares sumergidos. Videos que circularon en redes sociales mostraban escenas de pánico y gente buscando refugio en los techos. Imagínate el susto, mae, estar ahí arriba esperando que baje el agua... No debe haber sido fácil.
La Cruz Roja, como buenos samaritanos, llegaron rápido al rescate, con sus equipos y todo el brete. Trabajaron duro, asistiendo a los afectados y tratando de llevar un poco de calma a la situación caótica. Más de nueve cruzrojistas y dos unidades de rescate estaban trabajando sin parar. Un trabajo de chinos, diay.
Pero la historia detrás de esto va mucho más allá de las lluvias intensas. Según cuentan los vecinos, este problema lleva años arrastrándose, desde tiempos inmemoriales, dirían algunos. Melina Dada, una de las afectadas, soltó la bomba: “Ese problema se había solucionado en 1989, pero luego, como siempre pasa, alguien decidió desviarle las aguas para unos proyectos nuevos y ahora estamos pagando las consecuencias.”
Y vaya que estamos pagando, mae. Melina perdió prácticamente todo: electrodomésticos, su material de arte, comida, hasta su carro quedó varado bajo el agua. Tuvo que ser rescatada por los techos junto a su hijo, una experiencia traumática que seguramente le durará un buen rato. Contó cómo el agua entró a su casa a mansalva, reventándole la puerta y llevándose mesas y demás objetos en cuestión de segundos. ¡Qué carga!
No es la primera vez que Barrio Dent sufre estas inundaciones. Hace apenas unos días, el 4 de este mes, ya habían vivido una experiencia similar, donde otras ocho viviendas quedaron bajo el agua. Los vecinos llevan más de dos años pidiendo que entuben la quebrada, pero parece que sus súplicas caen en oídos sordos. Dicen que han ido y venido con las autoridades, pero nadie quiere hacerse responsable de solucionar este problema crónico. ¡Un desastre!
Lo más triste de todo es escuchar a Melina contando cómo tuvo que bajar de nuevo a rescatar a Paco, su gato, y a su perro, que estaban nadando desesperados. Uno no se imagina tener que priorizar a sus mascotas en medio de semejante emergencia. Perderlo todo es ya suficiente, pero perder también a tus compañeros peludos… eso sí duele. Definitivamente, una situación lamentable que refleja la falta de planificación y la negligencia de las autoridades.
Después de tanta desgracia y pérdida, uno se queda pensando: ¿Hasta cuándo tendremos que seguir viendo a Barrio Dent sufrir así? ¿Será que realmente nadie en el gobierno se da cuenta de la gravedad de esta situación? ¿Debería haber mayor inversión en infraestructura para prevenir estos desastres recurrentes, o simplemente seguiremos siendo víctimas de la naturaleza y de la irresponsabilidad humana?
