¡Ay, Dios mío! Aquí en San José nunca hay un respiro, ¿verdad, maes? La Municipalidad sigue dando de qué hablar, ahora con una batalla campal a lo interno que dejó al alcalde Diego Miranda suspendido por quince días. Parece sacado de novela, pero es la cruda realidad, y vaya que está encendiendo las alarmas en el canton.
Todo comenzó con la intención de adquirir dieciséis vehículos eléctricos, una licitación que rondaba los ochocientos treinta mil dólares. Según el Concejo Municipal, el alcalde intentó frenar este proceso, lo que desencadenó toda esta movida. Dicen que la vara estaba bastante alta, y que desde el principio había roces entre el alcalde y algunos regidores. Pero, ¿realmente es solo eso, o hay algo más detrás?
Este martes, el Concejo Municipal aprobó la suspensión del alcalde por nueve votos a dos. Se basaron en un procedimiento que acusaba a Miranda de faltas a normas de control interno y otras regulaciones de la función pública. Lo que me da risa es cómo siempre salen estas cosas a relucir justo cuando las cosas se ponen picantes. Uno se pregunta si esto es pura coincidencia, o si hay alguien moviendo los hilos desde las sombras.
El alcalde, claro, no se quedó callado. Vía redes sociales, respondió a la sanción diciendo que la compra de los vehículos era una herencia innecesaria de la administración anterior. “Carros que en la municipalidad no necesitamos,” aseguró, echándole leña al fuego. ¡Qué desenfreno! Parece que quiere lavar las manos, pero la vara ya está manchada, mi pana.
Y no contento con eso, Miranda anunció que seguirá asistiendo a la oficina, a pesar de la suspensión y la posible falta de pago. “Me pueden no pagar, pero voy a seguir yendo a la municipalidad a trabajar para la gente,” declaró. Un gesto valiente, o simplemente una estrategia para llamar la atención, ¿quién sabe? En fin, parece que la situación se va a poner aún más intensa.
Pero lo más curioso de todo es que el alcalde también ha anunciado que llevará el caso a los tribunales, argumentando que el Concejo no tiene la capacidad legal para sancionarlo. “Los acuerdos en este caso no son vinculantes”, sentenció. Ahora la cosa se va a meter en brete judicial, y ahí veremos quién sale favorecido. Aparentemente, piensa recurrir al Tribunal Contencioso Administrativo. Esto promete, ¡qué espectaculito!
Además, Miranda cuestionó la logística jurídica para implementar la sanción, tachándola de “sinsentido”. Incluso sugirió que los regidores, al votar positivamente, estaban beneficiándose de la situación para mostrar cómo administran los recursos. ¡Uy! Directamente al corazón, ¿eh, alcalde? Parece que el ambiente está cargadísimo, y la tensión palpable. Definitivamente, esto es un papelón digno de verse en televisión.
Con todo este embrollo político, uno no puede evitar preguntarse: ¿Es esta disputa por los vehículos eléctricos una simple controversia administrativa, o esconde una lucha de poder más profunda dentro de la Municipalidad de San José? ¿Creen ustedes que el alcalde Miranda está actuando con transparencia, o busca simplemente desviar la atención de posibles irregularidades? ¡Díganme sus opiniones en el foro!
Todo comenzó con la intención de adquirir dieciséis vehículos eléctricos, una licitación que rondaba los ochocientos treinta mil dólares. Según el Concejo Municipal, el alcalde intentó frenar este proceso, lo que desencadenó toda esta movida. Dicen que la vara estaba bastante alta, y que desde el principio había roces entre el alcalde y algunos regidores. Pero, ¿realmente es solo eso, o hay algo más detrás?
Este martes, el Concejo Municipal aprobó la suspensión del alcalde por nueve votos a dos. Se basaron en un procedimiento que acusaba a Miranda de faltas a normas de control interno y otras regulaciones de la función pública. Lo que me da risa es cómo siempre salen estas cosas a relucir justo cuando las cosas se ponen picantes. Uno se pregunta si esto es pura coincidencia, o si hay alguien moviendo los hilos desde las sombras.
El alcalde, claro, no se quedó callado. Vía redes sociales, respondió a la sanción diciendo que la compra de los vehículos era una herencia innecesaria de la administración anterior. “Carros que en la municipalidad no necesitamos,” aseguró, echándole leña al fuego. ¡Qué desenfreno! Parece que quiere lavar las manos, pero la vara ya está manchada, mi pana.
Y no contento con eso, Miranda anunció que seguirá asistiendo a la oficina, a pesar de la suspensión y la posible falta de pago. “Me pueden no pagar, pero voy a seguir yendo a la municipalidad a trabajar para la gente,” declaró. Un gesto valiente, o simplemente una estrategia para llamar la atención, ¿quién sabe? En fin, parece que la situación se va a poner aún más intensa.
Pero lo más curioso de todo es que el alcalde también ha anunciado que llevará el caso a los tribunales, argumentando que el Concejo no tiene la capacidad legal para sancionarlo. “Los acuerdos en este caso no son vinculantes”, sentenció. Ahora la cosa se va a meter en brete judicial, y ahí veremos quién sale favorecido. Aparentemente, piensa recurrir al Tribunal Contencioso Administrativo. Esto promete, ¡qué espectaculito!
Además, Miranda cuestionó la logística jurídica para implementar la sanción, tachándola de “sinsentido”. Incluso sugirió que los regidores, al votar positivamente, estaban beneficiándose de la situación para mostrar cómo administran los recursos. ¡Uy! Directamente al corazón, ¿eh, alcalde? Parece que el ambiente está cargadísimo, y la tensión palpable. Definitivamente, esto es un papelón digno de verse en televisión.
Con todo este embrollo político, uno no puede evitar preguntarse: ¿Es esta disputa por los vehículos eléctricos una simple controversia administrativa, o esconde una lucha de poder más profunda dentro de la Municipalidad de San José? ¿Creen ustedes que el alcalde Miranda está actuando con transparencia, o busca simplemente desviar la atención de posibles irregularidades? ¡Díganme sus opiniones en el foro!