¡Ay, Dios mío, qué historia!
El pequeñito que encontraron abandonadito en un botadero de basura allá por Hatillo 4, ya tiene nombre y cédula, confirmaron desde el PANI. Imagínate la bronca que deben haber tenido por definirle un nombre, pensando en todo lo que vivió el pobre nene. Pero bueno, ahora sí es oficialmente un costarricense, ¡y eso siempre da gusto!
Después de salir del Hospital Nacional de Niños, donde le dieron el visto bueno, pasito a pasito fue entregado a una familia del Programa de Acogimiento Familiar, unos señores y señoras que ya estaban preparados para darle cariño y cuidados temporales. Son pura gente buena, revisada por el PANI, para asegurarse de que le dieran todo el amorcito que necesitaba después de aquella experiencia fea.
Rodolfo Meneses, el abogado del PANI, nos contó que “una vez que el niño anda bien de salud, lo trasladamos a un lugar seguro, casi siempre a una familia de acogimiento”. Dijo también que estas familias son evaluadas a conciencia, que tienen que demostrar que son capaces de echarle la mano al pequeñito. Uno se queda tranquilo sabiendo que está en buenas manos, aunque claro, nadie puede reemplazar a sus padres, ¡eso es la verdad!
Según el reporte del OIJ, el muchachito, que tendría entre cinco y siete días de nacido cuando lo encontraron, seguramente nació en un hospital. Llevaba pañal y hasta la curita que le ponen después de cortar el cordón, ¡imagínate! Demuestra que sí recibió atención médica adecuada antes de que le pasara esa calamidad. Que alguien lo dejara ahí, en medio de la basura, es una barbaridad, ¡qué pena!
Ahora, tanto el OIJ como la Fiscalía están haciendo de todo para encontrar a la mamá o algún familiar del bebé. Están buscando pistas por todos lados, entrevistando a vecinos, revisando registros… ¡uno esperaría que apareciera pronto! Que la justicia caiga encima de quien haya hecho esto, ¡esto no te lo puedes tragar!
El rescate fue bastante emotivo, como dicen por acá. Un policía, al verlo tan solito y tembloroso, le abrió la camisa y lo acunó sobre su pecho para mantenerlo calentito mientras lo llevaban al hospital. ¡Un acto de bondad humana de esos que te tocan el corazón! Ese oficial demostró que hay buena gente trabajando por nosotros, ¡eso hay que reconocerlo!
Y hablando de cosas que tocan el corazón... Este caso nos hace pensar mucho en la vulnerabilidad de los niños y en la importancia de tener redes de apoyo sólidas para las mamás que están pasando por situaciones difíciles. Hay programas sociales que pueden ayudar, pero a veces no alcanzan. Es fundamental que todos pongamos nuestro granito de arena para construir una sociedad más justa y solidaria, donde ningún niño tenga que pasar hambre ni ser abandonado. Una vara es otra, ¿verdad?
Después de todo esto, me pregunto, ¿cree usted que deberíamos fortalecer los programas de ayuda prenatal y posnatal para evitar que tragedias como esta vuelvan a ocurrir, o que tipo de medidas considera más efectivas para proteger a nuestros niños más pequeños?
El pequeñito que encontraron abandonadito en un botadero de basura allá por Hatillo 4, ya tiene nombre y cédula, confirmaron desde el PANI. Imagínate la bronca que deben haber tenido por definirle un nombre, pensando en todo lo que vivió el pobre nene. Pero bueno, ahora sí es oficialmente un costarricense, ¡y eso siempre da gusto!
Después de salir del Hospital Nacional de Niños, donde le dieron el visto bueno, pasito a pasito fue entregado a una familia del Programa de Acogimiento Familiar, unos señores y señoras que ya estaban preparados para darle cariño y cuidados temporales. Son pura gente buena, revisada por el PANI, para asegurarse de que le dieran todo el amorcito que necesitaba después de aquella experiencia fea.
Rodolfo Meneses, el abogado del PANI, nos contó que “una vez que el niño anda bien de salud, lo trasladamos a un lugar seguro, casi siempre a una familia de acogimiento”. Dijo también que estas familias son evaluadas a conciencia, que tienen que demostrar que son capaces de echarle la mano al pequeñito. Uno se queda tranquilo sabiendo que está en buenas manos, aunque claro, nadie puede reemplazar a sus padres, ¡eso es la verdad!
Según el reporte del OIJ, el muchachito, que tendría entre cinco y siete días de nacido cuando lo encontraron, seguramente nació en un hospital. Llevaba pañal y hasta la curita que le ponen después de cortar el cordón, ¡imagínate! Demuestra que sí recibió atención médica adecuada antes de que le pasara esa calamidad. Que alguien lo dejara ahí, en medio de la basura, es una barbaridad, ¡qué pena!
Ahora, tanto el OIJ como la Fiscalía están haciendo de todo para encontrar a la mamá o algún familiar del bebé. Están buscando pistas por todos lados, entrevistando a vecinos, revisando registros… ¡uno esperaría que apareciera pronto! Que la justicia caiga encima de quien haya hecho esto, ¡esto no te lo puedes tragar!
El rescate fue bastante emotivo, como dicen por acá. Un policía, al verlo tan solito y tembloroso, le abrió la camisa y lo acunó sobre su pecho para mantenerlo calentito mientras lo llevaban al hospital. ¡Un acto de bondad humana de esos que te tocan el corazón! Ese oficial demostró que hay buena gente trabajando por nosotros, ¡eso hay que reconocerlo!
Y hablando de cosas que tocan el corazón... Este caso nos hace pensar mucho en la vulnerabilidad de los niños y en la importancia de tener redes de apoyo sólidas para las mamás que están pasando por situaciones difíciles. Hay programas sociales que pueden ayudar, pero a veces no alcanzan. Es fundamental que todos pongamos nuestro granito de arena para construir una sociedad más justa y solidaria, donde ningún niño tenga que pasar hambre ni ser abandonado. Una vara es otra, ¿verdad?
Después de todo esto, me pregunto, ¿cree usted que deberíamos fortalecer los programas de ayuda prenatal y posnatal para evitar que tragedias como esta vuelvan a ocurrir, o que tipo de medidas considera más efectivas para proteger a nuestros niños más pequeños?