¡Ay, Dios mío! Se armó un quite tremendo en un parqueo cerca del Parque Morazán. Parece que el diputado Alexander Barrantes, manito del oficialismo, se echó un clavado y terminó estrellándose contra otro carro. Pero ahí no acabó la cosa, ¡ni mucho menos!
Según testigos, el diputado salió volando del coche como alma que lleva diablo, tratando de huir de la escena del accidente. Al parecer, andaba más contento de lo normal, digamos que ya había probado un poco del néctar de los dioses. Como no logró escapar, se puso a discutir con el dueño del carro, llegando al punto de intercambiar gritos y empujones, ¡una verdadera torta!
Y aquí viene lo más picante: justo cuando la situación estaba a punto de llegar a mayores, apareció un empresario indio llamado Prabhakar Sharan Prasad, de esos que tienen pinta de tener contactos hasta en la luna. Este señor, que anda muy juntito con el chavismo venezolano –dicen las malas lenguas–, sacó mil dólares en billetes verdes de una bolsa y se los entregó al afectado para cubrir los daños.
El diputado Ariel Robles, que no se quedó callado viendo el panorama, explotó con toda la fuerza de un volcán. "¿Quién saca mil dólares en efectivo así, como si fuera chancla?", preguntó con evidente indignación. "Parece que el diputado Barrantes se va de gallo a pasar la noche en alguna cantina y luego sale a armar escándalos. ¡Me da pena ajena, mándale saludos!”, agregó Robles con su característico estilo directo y sin pelos en la lengua.
Robles también señaló que este empresario indio, Sharam, según entendemos, tiene encuentros constantes con figuras clave del gobierno. "Esto huele a podrido, imagínate, un tipo que parece salido de una novela de espías aparece de la nada a pagar los daños del diputado. ¡No hay caso, esto es mafioso!". ¡Un brete el que se ha metido este hombre!
Johanna Obando, diputada independiente, se sumó a las críticas, exigiendo a Barrantes que aclare el origen de esos miles de dólares. “Es inaceptable que se use dinero de dudosa procedencia para solucionar problemas personales. Tenemos que investigar esto a fondo”, declaró Obando, quien pidió transparencia total en el manejo de fondos públicos y privados.”
Las autoridades, por ahora, han limitado sus reacciones a llamar la atención al diputado Barrantes, pero sin imponer sanciones más severas. La fracción de gobierno dice estar analizando la situación, aunque muchos creen que van a taparle el ojo a Alexander porque anda con gente poderosa. Este asunto de seguro va a dar para rato, y la confianza del público en nuestros políticos sigue decayendo día tras día. ¡Qué pena ajena ver cómo algunos se comportan como si fueran dueños del país!
Ante este torbellino de acusaciones y controversias, me pregunto: ¿Crees que la justicia llegará a esclarecer los hechos o este caso quedará archivado como tantos otros? ¿Hasta dónde puede llegar la influencia de intereses externos en nuestra política nacional?
Según testigos, el diputado salió volando del coche como alma que lleva diablo, tratando de huir de la escena del accidente. Al parecer, andaba más contento de lo normal, digamos que ya había probado un poco del néctar de los dioses. Como no logró escapar, se puso a discutir con el dueño del carro, llegando al punto de intercambiar gritos y empujones, ¡una verdadera torta!
Y aquí viene lo más picante: justo cuando la situación estaba a punto de llegar a mayores, apareció un empresario indio llamado Prabhakar Sharan Prasad, de esos que tienen pinta de tener contactos hasta en la luna. Este señor, que anda muy juntito con el chavismo venezolano –dicen las malas lenguas–, sacó mil dólares en billetes verdes de una bolsa y se los entregó al afectado para cubrir los daños.
El diputado Ariel Robles, que no se quedó callado viendo el panorama, explotó con toda la fuerza de un volcán. "¿Quién saca mil dólares en efectivo así, como si fuera chancla?", preguntó con evidente indignación. "Parece que el diputado Barrantes se va de gallo a pasar la noche en alguna cantina y luego sale a armar escándalos. ¡Me da pena ajena, mándale saludos!”, agregó Robles con su característico estilo directo y sin pelos en la lengua.
Robles también señaló que este empresario indio, Sharam, según entendemos, tiene encuentros constantes con figuras clave del gobierno. "Esto huele a podrido, imagínate, un tipo que parece salido de una novela de espías aparece de la nada a pagar los daños del diputado. ¡No hay caso, esto es mafioso!". ¡Un brete el que se ha metido este hombre!
Johanna Obando, diputada independiente, se sumó a las críticas, exigiendo a Barrantes que aclare el origen de esos miles de dólares. “Es inaceptable que se use dinero de dudosa procedencia para solucionar problemas personales. Tenemos que investigar esto a fondo”, declaró Obando, quien pidió transparencia total en el manejo de fondos públicos y privados.”
Las autoridades, por ahora, han limitado sus reacciones a llamar la atención al diputado Barrantes, pero sin imponer sanciones más severas. La fracción de gobierno dice estar analizando la situación, aunque muchos creen que van a taparle el ojo a Alexander porque anda con gente poderosa. Este asunto de seguro va a dar para rato, y la confianza del público en nuestros políticos sigue decayendo día tras día. ¡Qué pena ajena ver cómo algunos se comportan como si fueran dueños del país!
Ante este torbellino de acusaciones y controversias, me pregunto: ¿Crees que la justicia llegará a esclarecer los hechos o este caso quedará archivado como tantos otros? ¿Hasta dónde puede llegar la influencia de intereses externos en nuestra política nacional?