¡Ay, dios mío, qué despiche! Quién iba a decir que don William Bonilla, ese ícono de nuestro periodismo costaricense, se retira de 'Las Historias'. Después de tantísimos años contándonos esas verdades que duelen y esas historias que nos hacen suspirar, parece que llegó la hora de pasarle la batuta. Repretel mandó un comunicado medio formal, pero todos sabemos que algo se movió detrás de cámaras, ¿verdad?
Para los que no estén enterados, William Bonilla ha sido una figura clave en 'Las Historias' desde hace casi dos décadas. Él le dio esa onda humana, esa cercanía con la gente que hacía que hasta el político más duro se pusiera a pensar. Su estilo era único: tranquilo, observador, con ese dejo de sabiduría popular que solo los nuestros tienen. No era de gritos ni de polémicas baratas; él prefería dejar que las historias hablaran por sí solas, y vaya si hablaban… Nos tocó el corazón a muchísima gente.
Según fuentes internas –y claro, siempre hay chismes, diay– parece que Repretel quiere darle un aire fresco al programa. Dicen que buscan una narrativa más dinámica, más rápida, porque ahora la gente tiene atención de pez dorado. Pero, ¿será que quieren sacrificar esa autenticidad, esa magia que hacía 'Las Historias' tan especial? Uno se pregunta... Ya saben cómo son los canales, buscando números y ratings a toda costa, a veces olvidándose de lo que realmente importa: contar historias que conecten con el pueblo.
Diana Rosa, la productora, salió a defender la posición del canal, diciendo que van a mantener la esencia del programa, pero modernizándolo. Que buscarán una relación más directa con la audiencia y que seguirán contando historias que inspiren. Pero a ver, ¿cómo vas a mantener la esencia si cambias al cara visible, al que le daba personalidad al programa? Eso es como querer hacer gallo pinto sin arroz, ¡qué torta!
Don William siempre fue un tipo humilde, alejado de los reflectores, concentrado en su trabajo. Nadie puede negar su entrega y su profesionalismo. Sus entrevistas eran un arte, sabía cómo sacar la verdad de la gente, cómo hacerlos sentirse cómodos para abrirle el corazón. Recuerdo cuando hizo el reportaje sobre la familia afectada por la erupción del volcán Arenal… ¡ufff!, eso sí que te tocaba el alma. Demostró que el periodismo puede ser mucho más que simplemente informar, que también puede ser una herramienta para generar empatía y comprensión.
Ahora, ‘Las Historias’ enfrenta un nuevo reto. Tendrán que demostrar que pueden seguir siendo relevantes sin perder su identidad. Será interesante ver quién ocupará el lugar de William. ¿Alguien podrá llenar esos zapatos? ¿Lograrán capturar esa conexión con la audiencia que Don William cultivó durante tantos años? La verdad es que suena complicado, brete grande tienen por delante. Parece que nos esperan cambios significativos en uno de los programas más queridos de nuestra tele.
Y es que esto nos lleva a reflexionar sobre el periodismo en Costa Rica, ¿no creen? Con tanta presión por rating y tantas tendencias pasajeras, ¿dónde queda ese periodismo serio, comprometido con la verdad y con la gente? Parece que estamos perdiendo la costumbre de sentarnos a escuchar historias, de conectar con nuestras raíces, de valorar lo que realmente importa. Ahora todo va rápido, superficial, buscando likes y compartidos, pero pocas veces generando un impacto real en la sociedad. ¿Será que estamos sacrificando la calidad por la velocidad?
Así que, mi gente, díganme: ¿creen que ‘Las Historias’ podrá mantenerse fiel a su espíritu original con este cambio? ¿Pensarán que este movimiento refrescará el programa o le restará valor? ¿Consideran que el periodismo tradicional aún tiene cabida en la televisión costarricense, o ya estamos irremediablemente atrapados en la vorágine de las redes sociales?
Para los que no estén enterados, William Bonilla ha sido una figura clave en 'Las Historias' desde hace casi dos décadas. Él le dio esa onda humana, esa cercanía con la gente que hacía que hasta el político más duro se pusiera a pensar. Su estilo era único: tranquilo, observador, con ese dejo de sabiduría popular que solo los nuestros tienen. No era de gritos ni de polémicas baratas; él prefería dejar que las historias hablaran por sí solas, y vaya si hablaban… Nos tocó el corazón a muchísima gente.
Según fuentes internas –y claro, siempre hay chismes, diay– parece que Repretel quiere darle un aire fresco al programa. Dicen que buscan una narrativa más dinámica, más rápida, porque ahora la gente tiene atención de pez dorado. Pero, ¿será que quieren sacrificar esa autenticidad, esa magia que hacía 'Las Historias' tan especial? Uno se pregunta... Ya saben cómo son los canales, buscando números y ratings a toda costa, a veces olvidándose de lo que realmente importa: contar historias que conecten con el pueblo.
Diana Rosa, la productora, salió a defender la posición del canal, diciendo que van a mantener la esencia del programa, pero modernizándolo. Que buscarán una relación más directa con la audiencia y que seguirán contando historias que inspiren. Pero a ver, ¿cómo vas a mantener la esencia si cambias al cara visible, al que le daba personalidad al programa? Eso es como querer hacer gallo pinto sin arroz, ¡qué torta!
Don William siempre fue un tipo humilde, alejado de los reflectores, concentrado en su trabajo. Nadie puede negar su entrega y su profesionalismo. Sus entrevistas eran un arte, sabía cómo sacar la verdad de la gente, cómo hacerlos sentirse cómodos para abrirle el corazón. Recuerdo cuando hizo el reportaje sobre la familia afectada por la erupción del volcán Arenal… ¡ufff!, eso sí que te tocaba el alma. Demostró que el periodismo puede ser mucho más que simplemente informar, que también puede ser una herramienta para generar empatía y comprensión.
Ahora, ‘Las Historias’ enfrenta un nuevo reto. Tendrán que demostrar que pueden seguir siendo relevantes sin perder su identidad. Será interesante ver quién ocupará el lugar de William. ¿Alguien podrá llenar esos zapatos? ¿Lograrán capturar esa conexión con la audiencia que Don William cultivó durante tantos años? La verdad es que suena complicado, brete grande tienen por delante. Parece que nos esperan cambios significativos en uno de los programas más queridos de nuestra tele.
Y es que esto nos lleva a reflexionar sobre el periodismo en Costa Rica, ¿no creen? Con tanta presión por rating y tantas tendencias pasajeras, ¿dónde queda ese periodismo serio, comprometido con la verdad y con la gente? Parece que estamos perdiendo la costumbre de sentarnos a escuchar historias, de conectar con nuestras raíces, de valorar lo que realmente importa. Ahora todo va rápido, superficial, buscando likes y compartidos, pero pocas veces generando un impacto real en la sociedad. ¿Será que estamos sacrificando la calidad por la velocidad?
Así que, mi gente, díganme: ¿creen que ‘Las Historias’ podrá mantenerse fiel a su espíritu original con este cambio? ¿Pensarán que este movimiento refrescará el programa o le restará valor? ¿Consideran que el periodismo tradicional aún tiene cabida en la televisión costarricense, o ya estamos irremediablemente atrapados en la vorágine de las redes sociales?
