¡Imagínate la movida, pura gente! Después de seis largos años, Bradley, ese nene guerrero que todos conocemos porque fue el Mariscal del Festival de la Luz el año pasado, finalmente salió del Hospital Nacional de Niños (HNN). Seis años, diay, casi toda su vida entre cuatro paredes. ¡Una vara tremenda!
Para ponerlos en clima, Bradley nació con una condición crónica que requiere atención médica constante. Desde que era bien chiquito, el hospital se convirtió en su hogar, rodeado de doctores, enfermeros y personal que se volcaron a cuidarlo. No es fácil, imagínense el brete que representa para sus padres y su familia.
Según Carlos Jiménez, el director del HNN, Bradley ahora está en un albergue especial junto con su mamá y otros familiares cercanos. “Estamos pendientes de cómo se adapte a esta nueva etapa,” explicó Jiménez. “Depende mucho de su reacción y evolución para determinar cuánto tiempo puede estar fuera del hospital.” Un respiro para todos, pero con cautela, ¿eh?
Recordemos que antes de este logro, Bradley apenas había tenido la oportunidad de salir del hospital por unos dos días. Eso sí que te da perspectiva, ¿verdad? Casi siempre estaba conectado a máquinas, recibiendo tratamientos y chequeos constantes. Pero incluso en medio de esas circunstancias, este chico demostró una alegría y una fortaleza envidiables.
Y hablando de fortaleza, hace poco fue nombrado Mariscal del Festival de la Luz 2023. El entonces alcalde de San José, Diego Miranda, destacó su valentía y resaltó que su participación era un homenaje al trabajo del HNN y un reconocimiento a cada niño como protagonista de su propia historia. ¡Un verdadero ejemplo a seguir, mándale saludos!
Pero no todo ha sido lucha y sacrificio. Según cuenta el equipo médico, Bradley es un niño increíblemente sociable, cariñoso y lleno de energía positiva. “Es un torbellino de alegría,” comentan. Incluso logró graduarse del kínder gracias al apoyo del equipo de pedagogía hospitalaria, preparándose con entusiasmo para empezar la escuela – ¡qué carga de mística!
Junto a Bradley, la Junta de Protección Social (JPS) también recibió el honor de ser mariscales del Festival de la Luz, compartiendo protagonismo en un evento que celebra la solidaridad y el espíritu costarricense. Definitivamente un guiño a la importancia del trabajo social y comunitario en nuestro país.
Ahora, Bradley enfrenta un nuevo capítulo lleno de esperanzas y retos. Su historia nos recuerda que, a pesar de las adversidades, la luz siempre puede brillar con fuerza. Después de tanto tiempo luchando contra su enfermedad, ¿creen ustedes que será posible para Bradley llevar una vida relativamente normal, asistiendo a la escuela y disfrutando de actividades cotidianas como cualquier otro niño?
Para ponerlos en clima, Bradley nació con una condición crónica que requiere atención médica constante. Desde que era bien chiquito, el hospital se convirtió en su hogar, rodeado de doctores, enfermeros y personal que se volcaron a cuidarlo. No es fácil, imagínense el brete que representa para sus padres y su familia.
Según Carlos Jiménez, el director del HNN, Bradley ahora está en un albergue especial junto con su mamá y otros familiares cercanos. “Estamos pendientes de cómo se adapte a esta nueva etapa,” explicó Jiménez. “Depende mucho de su reacción y evolución para determinar cuánto tiempo puede estar fuera del hospital.” Un respiro para todos, pero con cautela, ¿eh?
Recordemos que antes de este logro, Bradley apenas había tenido la oportunidad de salir del hospital por unos dos días. Eso sí que te da perspectiva, ¿verdad? Casi siempre estaba conectado a máquinas, recibiendo tratamientos y chequeos constantes. Pero incluso en medio de esas circunstancias, este chico demostró una alegría y una fortaleza envidiables.
Y hablando de fortaleza, hace poco fue nombrado Mariscal del Festival de la Luz 2023. El entonces alcalde de San José, Diego Miranda, destacó su valentía y resaltó que su participación era un homenaje al trabajo del HNN y un reconocimiento a cada niño como protagonista de su propia historia. ¡Un verdadero ejemplo a seguir, mándale saludos!
Pero no todo ha sido lucha y sacrificio. Según cuenta el equipo médico, Bradley es un niño increíblemente sociable, cariñoso y lleno de energía positiva. “Es un torbellino de alegría,” comentan. Incluso logró graduarse del kínder gracias al apoyo del equipo de pedagogía hospitalaria, preparándose con entusiasmo para empezar la escuela – ¡qué carga de mística!
Junto a Bradley, la Junta de Protección Social (JPS) también recibió el honor de ser mariscales del Festival de la Luz, compartiendo protagonismo en un evento que celebra la solidaridad y el espíritu costarricense. Definitivamente un guiño a la importancia del trabajo social y comunitario en nuestro país.
Ahora, Bradley enfrenta un nuevo capítulo lleno de esperanzas y retos. Su historia nos recuerda que, a pesar de las adversidades, la luz siempre puede brillar con fuerza. Después de tanto tiempo luchando contra su enfermedad, ¿creen ustedes que será posible para Bradley llevar una vida relativamente normal, asistiendo a la escuela y disfrutando de actividades cotidianas como cualquier otro niño?