En lo que va del año, Costa Rica ha registrado diez brotes de rabia paralítica bovina, un dato que ha puesto en alerta a las autoridades y a la población. Esta situación, aunque preocupante, también es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la prevención y el control de enfermedades que, aunque endémicas, siguen representando un riesgo significativo tanto para la salud animal como para la humana.
El Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA), parte del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), ha intensificado la vigilancia epidemiológica en todo el territorio nacional, respondiendo de manera rápida y efectiva a los casos sospechosos que son reportados por los ganaderos. Esta acción no solo es crucial para la protección del hato ganadero, sino también para prevenir posibles transmisiones a humanos, un escenario que, aunque raro, puede tener consecuencias fatales.
El último caso de rabia humana en Costa Rica, provocado por la variante del virus transmitida por murciélagos hematófagos, se registró en 2018 en Copey de Dota. Este evento aislado subraya la importancia de mantenerse alerta, dado que la rabia es una enfermedad vírica con una tasa de letalidad cercana al 100% si no se trata a tiempo. El virus se encuentra en la saliva de los animales infectados y se transmite principalmente a través de mordeduras, lo que hace que cualquier contacto con un animal sospechoso sea un motivo de preocupación.
A pesar de que Costa Rica se encuentra libre de rabia canina, la rabia paralítica bovina sigue siendo un desafío constante. Este año, los brotes han sido reportados en diversas regiones del país, incluyendo Alajuela, Buenos Aires, Golfito y Pérez Zeledón, con los bovinos como la especie más afectada. La situación resalta la necesidad de una vigilancia constante y de la aplicación rigurosa de las medidas preventivas.
Uno de los principales reservorios del virus de la rabia son los murciélagos hematófagos, la única especie de murciélago que se alimenta de sangre. Aunque estas criaturas suelen ser vistas con temor, es importante recordar que la gran mayoría de las especies de murciélagos son beneficiosas para el ecosistema, contribuyendo al control de plagas y la polinización. No obstante, la presencia de murciélagos hematófagos en áreas rurales sigue siendo un factor de riesgo para la transmisión de la rabia a los bovinos.
Es vital que la población, especialmente en las zonas rurales, tome medidas preventivas para proteger tanto a los animales como a los humanos. Una de las acciones más efectivas es la vacunación. SENASA recuerda a los propietarios de mascotas que la vacuna antirrábica debe aplicarse anualmente, no solo para proteger la vida de los animales domésticos, sino también para mantener un entorno libre de rabia. La vacunación es una herramienta clave en la prevención de la propagación de esta enfermedad, especialmente en un país donde la rabia paralítica bovina es endémica.
Además de la vacunación, es crucial que los ganaderos y la población en general se mantengan informados sobre los signos de la rabia en los animales, que pueden incluir cambios en el comportamiento, salivación excesiva y dificultad para moverse. Ante la sospecha de un caso, es indispensable notificar de inmediato a las autoridades para que puedan tomar las medidas necesarias y evitar la propagación del virus.
Este 28 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Rabia, una fecha que sirve para recordar la importancia de combatir esta enfermedad. El lema de este año, "Romper las fronteras de la rabia", enfatiza la necesidad de superar los límites tradicionales en la lucha contra la rabia, buscando la eliminación total de los casos de rabia humana transmitida por perros. Sin embargo, en Costa Rica, donde la rabia paralítica bovina sigue siendo una realidad, este lema adquiere una relevancia especial.
Es un llamado a la acción para todos:
Desde las autoridades hasta los ciudadanos, para que juntos podamos proteger la salud pública y el bienestar animal.
Los brotes de rabia paralítica bovina en Costa Rica no deben tomarse a la ligera. Son un recordatorio de que, a pesar de los avances en la erradicación de la rabia canina, la lucha contra esta enfermedad está lejos de terminar. La vigilancia, la vacunación y la educación son nuestras mejores herramientas para enfrentar este desafío y asegurar que tanto los animales como las personas puedan vivir libres de la amenaza de la rabia.
El Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA), parte del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), ha intensificado la vigilancia epidemiológica en todo el territorio nacional, respondiendo de manera rápida y efectiva a los casos sospechosos que son reportados por los ganaderos. Esta acción no solo es crucial para la protección del hato ganadero, sino también para prevenir posibles transmisiones a humanos, un escenario que, aunque raro, puede tener consecuencias fatales.
El último caso de rabia humana en Costa Rica, provocado por la variante del virus transmitida por murciélagos hematófagos, se registró en 2018 en Copey de Dota. Este evento aislado subraya la importancia de mantenerse alerta, dado que la rabia es una enfermedad vírica con una tasa de letalidad cercana al 100% si no se trata a tiempo. El virus se encuentra en la saliva de los animales infectados y se transmite principalmente a través de mordeduras, lo que hace que cualquier contacto con un animal sospechoso sea un motivo de preocupación.
A pesar de que Costa Rica se encuentra libre de rabia canina, la rabia paralítica bovina sigue siendo un desafío constante. Este año, los brotes han sido reportados en diversas regiones del país, incluyendo Alajuela, Buenos Aires, Golfito y Pérez Zeledón, con los bovinos como la especie más afectada. La situación resalta la necesidad de una vigilancia constante y de la aplicación rigurosa de las medidas preventivas.
Uno de los principales reservorios del virus de la rabia son los murciélagos hematófagos, la única especie de murciélago que se alimenta de sangre. Aunque estas criaturas suelen ser vistas con temor, es importante recordar que la gran mayoría de las especies de murciélagos son beneficiosas para el ecosistema, contribuyendo al control de plagas y la polinización. No obstante, la presencia de murciélagos hematófagos en áreas rurales sigue siendo un factor de riesgo para la transmisión de la rabia a los bovinos.
Es vital que la población, especialmente en las zonas rurales, tome medidas preventivas para proteger tanto a los animales como a los humanos. Una de las acciones más efectivas es la vacunación. SENASA recuerda a los propietarios de mascotas que la vacuna antirrábica debe aplicarse anualmente, no solo para proteger la vida de los animales domésticos, sino también para mantener un entorno libre de rabia. La vacunación es una herramienta clave en la prevención de la propagación de esta enfermedad, especialmente en un país donde la rabia paralítica bovina es endémica.
Además de la vacunación, es crucial que los ganaderos y la población en general se mantengan informados sobre los signos de la rabia en los animales, que pueden incluir cambios en el comportamiento, salivación excesiva y dificultad para moverse. Ante la sospecha de un caso, es indispensable notificar de inmediato a las autoridades para que puedan tomar las medidas necesarias y evitar la propagación del virus.
Este 28 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Rabia, una fecha que sirve para recordar la importancia de combatir esta enfermedad. El lema de este año, "Romper las fronteras de la rabia", enfatiza la necesidad de superar los límites tradicionales en la lucha contra la rabia, buscando la eliminación total de los casos de rabia humana transmitida por perros. Sin embargo, en Costa Rica, donde la rabia paralítica bovina sigue siendo una realidad, este lema adquiere una relevancia especial.
Es un llamado a la acción para todos:
Desde las autoridades hasta los ciudadanos, para que juntos podamos proteger la salud pública y el bienestar animal.
Los brotes de rabia paralítica bovina en Costa Rica no deben tomarse a la ligera. Son un recordatorio de que, a pesar de los avances en la erradicación de la rabia canina, la lucha contra esta enfermedad está lejos de terminar. La vigilancia, la vacunación y la educación son nuestras mejores herramientas para enfrentar este desafío y asegurar que tanto los animales como las personas puedan vivir libres de la amenaza de la rabia.