¡Ay, Dios mío, qué vaina! Resulta que el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, decidió pasarse de listo y decir que la Asamblea General de la ONU era una pérdida de tiempo. Imagínate, un tipo que se cree el rey del mundo, faltando a un evento donde se toman decisiones importantes a nivel global. ¡Se le fue la pincha, chunche!
Y no es para menos, viendo cómo andamos acá en Costa Rica con nuestras cositas, uno se pregunta si realmente vale la pena darle tanto bombo a estos eventos internacionales. Pero que Bukele vaya y diga eso tan abierto… ¡eso sí que es un quite! Parece que piensa que él solito puede resolver todos los problemas del planeta, sin necesidad de escuchar a nadie más.
Según entendí, el mae mandó un mensaje en inglés por Twitter – o X, como ahora le dicen – donde decía que prefirió saltarse la Asamblea porque le pareció inútil. Pa' rematar, puso un video de su discurso del año pasado, donde despotricaba contra el mundo y acusaba a las redes sociales de censurarlo. ¡Qué manera de meterle dedo en la llaga a la comunidad internacional, mae!
Ahora bien, hay que ponerlo en perspectiva. Bukele viene de hacer muchas cosas polémicas, incluyendo ese régimen de excepción que tienen allá. Organizaciones de derechos humanos y varios países le han puesto el ojo encima, acusándolo de violaciones a los derechos humanos. Así que, quizás, su ausencia en la ONU es parte de una estrategia para evitar cualquier tipo de escrutinio o presión internacional. Se le complica tener que responder a preguntas incómodas, ¿verdad?
Pero lo curioso es que esto coincide con las críticas de Donald Trump, otro líder populista que tampoco parece muy amigo de las instituciones multilaterales. ¿Será que están juntando fuerzas para desafiar el orden mundial? ¡Eso sí que sería una entrada! De hecho, hay quien dice que Bukele le está haciendo competencia a Trump en cuanto a quién puede ser el más atrevido del mundo. ¡Qué brete!
Por otro lado, no podemos negar que Bukele ha tenido éxito en reducir la violencia en El Salvador gracias a su dura política contra las pandillas. Aunque algunos digan que lo ha logrado a costa de libertades civiles, la gente parece estar dispuesta a sacrificar algunas cosas por sentirse segura. Ahí está el truco, ¿no? Conseguir el equilibrio entre seguridad y libertad, que es una vara difícil de medir.
Sin embargo, faltaría preguntarle a los salvadoreños que viven allá. Porque aunque las estadísticas digan una cosa, la realidad en las cárceles y en las calles puede ser otra muy distinta. Hay muchos testimonios de personas inocentes que han sido afectadas por el régimen de excepción, y eso no se puede ignorar. Al final, la verdad siempre sale a la luz, diay.
Y así estamos, con Bukele mandándose unos chillazos a nivel mundial y nosotros aquí, tratando de entender qué está pasando. Ahora me pregunto, ¿creen ustedes que las acciones de Bukele son un reflejo de una tendencia creciente hacia el aislacionismo y el rechazo a las instituciones internacionales, o simplemente es la actitud impulsiva de un político que busca llamar la atención? Déjenme saber qué piensan en los comentarios, ¡dale!
Y no es para menos, viendo cómo andamos acá en Costa Rica con nuestras cositas, uno se pregunta si realmente vale la pena darle tanto bombo a estos eventos internacionales. Pero que Bukele vaya y diga eso tan abierto… ¡eso sí que es un quite! Parece que piensa que él solito puede resolver todos los problemas del planeta, sin necesidad de escuchar a nadie más.
Según entendí, el mae mandó un mensaje en inglés por Twitter – o X, como ahora le dicen – donde decía que prefirió saltarse la Asamblea porque le pareció inútil. Pa' rematar, puso un video de su discurso del año pasado, donde despotricaba contra el mundo y acusaba a las redes sociales de censurarlo. ¡Qué manera de meterle dedo en la llaga a la comunidad internacional, mae!
Ahora bien, hay que ponerlo en perspectiva. Bukele viene de hacer muchas cosas polémicas, incluyendo ese régimen de excepción que tienen allá. Organizaciones de derechos humanos y varios países le han puesto el ojo encima, acusándolo de violaciones a los derechos humanos. Así que, quizás, su ausencia en la ONU es parte de una estrategia para evitar cualquier tipo de escrutinio o presión internacional. Se le complica tener que responder a preguntas incómodas, ¿verdad?
Pero lo curioso es que esto coincide con las críticas de Donald Trump, otro líder populista que tampoco parece muy amigo de las instituciones multilaterales. ¿Será que están juntando fuerzas para desafiar el orden mundial? ¡Eso sí que sería una entrada! De hecho, hay quien dice que Bukele le está haciendo competencia a Trump en cuanto a quién puede ser el más atrevido del mundo. ¡Qué brete!
Por otro lado, no podemos negar que Bukele ha tenido éxito en reducir la violencia en El Salvador gracias a su dura política contra las pandillas. Aunque algunos digan que lo ha logrado a costa de libertades civiles, la gente parece estar dispuesta a sacrificar algunas cosas por sentirse segura. Ahí está el truco, ¿no? Conseguir el equilibrio entre seguridad y libertad, que es una vara difícil de medir.
Sin embargo, faltaría preguntarle a los salvadoreños que viven allá. Porque aunque las estadísticas digan una cosa, la realidad en las cárceles y en las calles puede ser otra muy distinta. Hay muchos testimonios de personas inocentes que han sido afectadas por el régimen de excepción, y eso no se puede ignorar. Al final, la verdad siempre sale a la luz, diay.
Y así estamos, con Bukele mandándose unos chillazos a nivel mundial y nosotros aquí, tratando de entender qué está pasando. Ahora me pregunto, ¿creen ustedes que las acciones de Bukele son un reflejo de una tendencia creciente hacia el aislacionismo y el rechazo a las instituciones internacionales, o simplemente es la actitud impulsiva de un político que busca llamar la atención? Déjenme saber qué piensan en los comentarios, ¡dale!