¡Aguante, pura vida! Quién iba a decir que esa pequeña idea de traer café de calidad a Costa Rica, como el que exportamos pa’ fuera, iba a convertirse en este brete tan chiva que hoy vemos. Café Britt anda cumpliendo 40 años, mi gente, y eso amerita un brindis con un buen café bien cargao'. Son cuatro décadas de trabajo duro, innovando y poniendo el nombre de Costa Rica en alto.
Para entender qué onda esto, hay que recordar que allá por los '80, encontrar un café decente aquí era como buscar aguja en paja. La mayoría del buen grano se iba afuera, y nosotros quedábamos con migajas. Pero Don Benji Elizondo, visionario total, dijo “¡diay!, vamos a cambiar esto” y trajo el café Britt. Desde entonces, han ido creciendo poquito a poco, metiéndosele con ganas a mejorar la calidad y a hacer las cosas diferente.
Y no solo se trata de tener un café rico, sino de hacerlo bien hecho. Ya en el ‘91, cuando todavía muchos ni sabían qué era un café orgánico, Britt ya andaba certificando su grano ecológico. ¡Qué anticipaos! Eso demuestra que siempre han tenido la mirada puesta en el futuro y en cuidar nuestro medio ambiente. Se dieron cuenta temprano que el negocio del café, pa’ durar, tenía que ir de la mano con la sostenibilidad, y ahí se agarraron.
Después vino la creación de la Oficina de Responsabilidad Social Empresarial, allá por el 2009, mostrando que no solo querían vender café, sino generar un impacto positivo en las comunidades y en el planeta. Y ahora, con el Reporte de Sostenibilidad 2024, nos muestran los resultados: reducción de emisiones, generación de energía solar con esos paneles preciosos que tienen en las fincas, y hasta transformando basura en materiales de construcción gracias a la alianza con CRDC – Pedregal. ¡Qué nivel!
Pero no todo es números y tecnología, mi raza. También le han puesto empeño a impulsar a las personas. El 41,5% de los puestos de liderazgo están ocupados por mujeres, demostrando que sí se puede romper ese techo de cristal. Además, trabajaron con SIFAIS para capacitar a 37 personas y ayudarlas a conseguir empleo. ¡Eso sí que es un brete importante! Y hablando de ayudar, sus empleados se fueron a plantar árboles en las costas y en zonas rurales. Más de 130 voluntarios sembrando 170 árboles... ¡eso sí da orgullo tico!
Gabriela Muñoz, la jefa ahorita, lo dice claro: “Cumplir 40 años nos llena de orgullo, pero también de responsabilidad”. Y es verdad. Han demostrado que se puede crecer y ganar dinero sin andar pisoteando el medio ambiente o explotando a los trabajadores. Esa estrategia de “Cosecha Futuro” busca seguir innovando y creando un modelo sostenible pa’ las próximas décadas. Vamos a ver si otros siguen sus pasos… sería bueno que aprendieran algo.
Y ni hablar de la iniciativa Café Hábitat, apoyando a organizaciones que protegen la biodiversidad, como Toucan Rescue Ranch o el Jaguar Rescue Center. Ahí se ven comprometidos con las causas ambientales importantes, cuidando nuestras especies y ecosistemas. Es un respaldo crucial para estas organizaciones, que hacen un trabajo increíble para preservar nuestro patrimonio natural. Se nota que les importa el chunche de dejarle un planeta decente a nuestros hijos.
Así que, mi gente, mientras disfrutamos de una taza de café Britt, pensemos en todo este recorrido de 40 años, lleno de esfuerzo, innovación y compromiso con Costa Rica. Con tanta cosa buena que han logrado, me pregunto: ¿Creen que es posible que otras empresas siguan el ejemplo de Britt y adopten prácticas tan sostenibles en sus operaciones, o es que eso requiere de una visión demasiado rara?
Para entender qué onda esto, hay que recordar que allá por los '80, encontrar un café decente aquí era como buscar aguja en paja. La mayoría del buen grano se iba afuera, y nosotros quedábamos con migajas. Pero Don Benji Elizondo, visionario total, dijo “¡diay!, vamos a cambiar esto” y trajo el café Britt. Desde entonces, han ido creciendo poquito a poco, metiéndosele con ganas a mejorar la calidad y a hacer las cosas diferente.
Y no solo se trata de tener un café rico, sino de hacerlo bien hecho. Ya en el ‘91, cuando todavía muchos ni sabían qué era un café orgánico, Britt ya andaba certificando su grano ecológico. ¡Qué anticipaos! Eso demuestra que siempre han tenido la mirada puesta en el futuro y en cuidar nuestro medio ambiente. Se dieron cuenta temprano que el negocio del café, pa’ durar, tenía que ir de la mano con la sostenibilidad, y ahí se agarraron.
Después vino la creación de la Oficina de Responsabilidad Social Empresarial, allá por el 2009, mostrando que no solo querían vender café, sino generar un impacto positivo en las comunidades y en el planeta. Y ahora, con el Reporte de Sostenibilidad 2024, nos muestran los resultados: reducción de emisiones, generación de energía solar con esos paneles preciosos que tienen en las fincas, y hasta transformando basura en materiales de construcción gracias a la alianza con CRDC – Pedregal. ¡Qué nivel!
Pero no todo es números y tecnología, mi raza. También le han puesto empeño a impulsar a las personas. El 41,5% de los puestos de liderazgo están ocupados por mujeres, demostrando que sí se puede romper ese techo de cristal. Además, trabajaron con SIFAIS para capacitar a 37 personas y ayudarlas a conseguir empleo. ¡Eso sí que es un brete importante! Y hablando de ayudar, sus empleados se fueron a plantar árboles en las costas y en zonas rurales. Más de 130 voluntarios sembrando 170 árboles... ¡eso sí da orgullo tico!
Gabriela Muñoz, la jefa ahorita, lo dice claro: “Cumplir 40 años nos llena de orgullo, pero también de responsabilidad”. Y es verdad. Han demostrado que se puede crecer y ganar dinero sin andar pisoteando el medio ambiente o explotando a los trabajadores. Esa estrategia de “Cosecha Futuro” busca seguir innovando y creando un modelo sostenible pa’ las próximas décadas. Vamos a ver si otros siguen sus pasos… sería bueno que aprendieran algo.
Y ni hablar de la iniciativa Café Hábitat, apoyando a organizaciones que protegen la biodiversidad, como Toucan Rescue Ranch o el Jaguar Rescue Center. Ahí se ven comprometidos con las causas ambientales importantes, cuidando nuestras especies y ecosistemas. Es un respaldo crucial para estas organizaciones, que hacen un trabajo increíble para preservar nuestro patrimonio natural. Se nota que les importa el chunche de dejarle un planeta decente a nuestros hijos.
Así que, mi gente, mientras disfrutamos de una taza de café Britt, pensemos en todo este recorrido de 40 años, lleno de esfuerzo, innovación y compromiso con Costa Rica. Con tanta cosa buena que han logrado, me pregunto: ¿Creen que es posible que otras empresas siguan el ejemplo de Britt y adopten prácticas tan sostenibles en sus operaciones, o es que eso requiere de una visión demasiado rara?
