Bueno, pues ahí nos tienen, filetes. Otro sabor amargo en la boca de todos los costarricenses. Después de diez meses de Miguel Herrera al mando de nuestra querida Sele, se acabó la telenovela. Se marchó por la puerta de atrás, dejando un vacío enorme y la frustración a flor de piel. El partido de ayer en el Nacional fue… bueno, digamos que no salió como esperábamos, ¿eh?
El ‘Piojo’, como le decían cariñosamente, no pudo hacer milagros. Llegó en enero con toda la ilusión del mundo, prometiendo revitalizar al equipo y llevarnos otra vez a pelear entre los grandes. Había esperanza, chunches nuevos, entrenamientos intensos... pero al final, la realidad nos golpeó como un balazo. La eliminación ante Honduras fue una puñalada al corazón, un mazazo que dejó a miles de aficionados en shock.
Herrera ha dicho que nunca había experimentado un fracaso así en su carrera, y vaya que es cierto. Se nota que le pegó duro, porque nadie quería ver cómo nuestro sueño mundialista se iba al traste. Pero él, con la frente bien alta, asegura que dieron todo lo que tenían. Qué te digo, mae, a veces ni esforzándose al máximo se logra lo que uno quiere. El fútbol es así, impredecible y caprichoso como pocas cosas en este mundo.
Ahora, las especulaciones vuelan más alto que un quirquincho en carnaval. ¿Quién será el próximo técnico? ¿Volverá Ricky Thompson? ¿Buscarán un extranjero con experiencia? Las redes sociales están que arden, los debates se multiplican y la incertidumbre reina en el ambiente. Ya se sabe, cuando la Sele falla, el país entero siente el bajón. Es parte de nuestra idiosincrasia, amar y sufrir con nuestros colores nacionales.
Muchos señalan la falta de actitud, la poca entrega en algunos partidos. Otros critican la estrategia, la elección de jugadores, la preparación física... Hay para todos los gustos y colores. Lo que sí es seguro es que hay mucho por analizar y corregir. No podemos seguir cometiendo los mismos errores una y otra vez si queremos aspirar a llegar lejos en el futuro. Tenemos talento, tenemos pasión, pero necesitamos disciplina y planificación.
Pero también hay que darle crédito al esfuerzo. Estos muchachos sudaron la camiseta, dieron el alma en cada entrenamiento y partido. Aunque el resultado no haya sido el esperado, ellos merecen nuestro respeto y apoyo. Al final del día, todos somos hinchas apasionados y queremos lo mejor para nuestra Sele. Recordemos que representan a nuestro país en escenarios internacionales y siempre vale la pena estar detrás de ellos, incluso en los momentos más difíciles.
Y hablando de momentos difíciles, la seguridad durante el partido de vuelta dejó mucho que desear. Disturbios, altercados, vándalos causando destrozos… ¡qué despiche! Uno entiende la frustración de la gente, pero no justifica actos violentos que ponen en peligro la integridad de las personas y dañan la imagen de nuestro país. La violencia nunca es la solución, señores. Siempre hay que buscar alternativas pacíficas para expresar nuestras opiniones.
Así que, filetes, después de este panorama agridulce, me pregunto: ¿Crees que realmente hemos aprendido la lección de estos últimos partidos eliminatorios o seguiremos dando tumbos buscando el rumbo? ¿Y cuál consideras que debería ser la prioridad número uno para la Federación Costarricense de Fútbol en los próximos meses para reconstruir la confianza y volver a ilusionar a los aficionados?
El ‘Piojo’, como le decían cariñosamente, no pudo hacer milagros. Llegó en enero con toda la ilusión del mundo, prometiendo revitalizar al equipo y llevarnos otra vez a pelear entre los grandes. Había esperanza, chunches nuevos, entrenamientos intensos... pero al final, la realidad nos golpeó como un balazo. La eliminación ante Honduras fue una puñalada al corazón, un mazazo que dejó a miles de aficionados en shock.
Herrera ha dicho que nunca había experimentado un fracaso así en su carrera, y vaya que es cierto. Se nota que le pegó duro, porque nadie quería ver cómo nuestro sueño mundialista se iba al traste. Pero él, con la frente bien alta, asegura que dieron todo lo que tenían. Qué te digo, mae, a veces ni esforzándose al máximo se logra lo que uno quiere. El fútbol es así, impredecible y caprichoso como pocas cosas en este mundo.
Ahora, las especulaciones vuelan más alto que un quirquincho en carnaval. ¿Quién será el próximo técnico? ¿Volverá Ricky Thompson? ¿Buscarán un extranjero con experiencia? Las redes sociales están que arden, los debates se multiplican y la incertidumbre reina en el ambiente. Ya se sabe, cuando la Sele falla, el país entero siente el bajón. Es parte de nuestra idiosincrasia, amar y sufrir con nuestros colores nacionales.
Muchos señalan la falta de actitud, la poca entrega en algunos partidos. Otros critican la estrategia, la elección de jugadores, la preparación física... Hay para todos los gustos y colores. Lo que sí es seguro es que hay mucho por analizar y corregir. No podemos seguir cometiendo los mismos errores una y otra vez si queremos aspirar a llegar lejos en el futuro. Tenemos talento, tenemos pasión, pero necesitamos disciplina y planificación.
Pero también hay que darle crédito al esfuerzo. Estos muchachos sudaron la camiseta, dieron el alma en cada entrenamiento y partido. Aunque el resultado no haya sido el esperado, ellos merecen nuestro respeto y apoyo. Al final del día, todos somos hinchas apasionados y queremos lo mejor para nuestra Sele. Recordemos que representan a nuestro país en escenarios internacionales y siempre vale la pena estar detrás de ellos, incluso en los momentos más difíciles.
Y hablando de momentos difíciles, la seguridad durante el partido de vuelta dejó mucho que desear. Disturbios, altercados, vándalos causando destrozos… ¡qué despiche! Uno entiende la frustración de la gente, pero no justifica actos violentos que ponen en peligro la integridad de las personas y dañan la imagen de nuestro país. La violencia nunca es la solución, señores. Siempre hay que buscar alternativas pacíficas para expresar nuestras opiniones.
Así que, filetes, después de este panorama agridulce, me pregunto: ¿Crees que realmente hemos aprendido la lección de estos últimos partidos eliminatorios o seguiremos dando tumbos buscando el rumbo? ¿Y cuál consideras que debería ser la prioridad número uno para la Federación Costarricense de Fútbol en los próximos meses para reconstruir la confianza y volver a ilusionar a los aficionados?