¡Ay, Dios mío! Este caso de Randall Gamboa parece que nunca va a salir de la 'chinchorro'. Ya van semanas desde que falleció nuestro compatriota luego de ser deportado de Estados Unidos, y la Cancillería sigue dando vueltas, esperando una respuesta que parece no llegar. La cosa está saliendo más larga que ir a pensar en la poligonal.
Como bien sabemos, Randall Gamboa Esquivel regresó al país en condiciones críticas tras su deportación. Se echó unos meses en el hospital Escalante Pradilla luchando contra una enfermedad que, según familiares, se agravó durante su detención en territorio americano. La pobre familia, pasando loa peores momentos, tratando de entender qué pasó con su pariente.
La Cancillería, como siempre, emitió un comunicado expresando sus condolencias y prometiendo hacer todas las gestiones necesarias para esclarecer lo sucedido. Claro, los comunicados son fáciles de sacar, pero lo importante es ver resultados, ¿verdad, maes? Más que palabras bonitas, necesitamos saber quién va a rendir cuentas por esto.
Lo que realmente molesta es la falta de transparencia. Según la hermana de Randall, Greidy Graciela Mata Esquivel, ha ido de consejero en consejero, buscando respuestas, pero dice que se siente como si estuviera hablando pa’ las paredes. “Con Cancillería no obtuve más que un recibimiento muy ameno, muy cordial, y siempre me han contestado muy cordialmente. Pero digamos, no era servicio al cliente lo que yo necesitaba, era que me ayudaran a defender los derechos humanos”, nos comentó. ¡Eso duele!
Y hablando de derechos humanos, ¿qué pasa con el historial médico de Randall? ¿Por qué Estados Unidos no quiere soltar esa información? Parece que están escondiendo algo, ¿no creen? La familia ya está buscando asesoría legal internacional, porque, díganlo claro, acá no se puede seguir así, dejando pasar estas injusticias. No podemos quedarnos cruzados de brazos viendo como nuestros nacionales sufren así.
El abogado de la familia, un experto en derecho internacional, está analizando las opciones disponibles para presentar una demanda ante organismos internacionales. Lo quieren llevar hasta donde tenga que llevarlo, para que se haga justicia. Quién sabe, quizás así tengamos alguna respuesta concreta sobre lo que le pasó a Randall y si hubo negligencia por parte de las autoridades estadounidenses. Esperemos que esta vez sí veamos movimiento, porque la paciencia de la familia, ya está más que agotada.
El consulado de Costa Rica en Houston hizo lo que pudo mientras Randall estaba bajo custodia de las autoridades migratorias, dentro del marco legal que tenían, pero eso no basta. Necesitamos una investigación exhaustiva e independiente, que determine responsabilidades y evite que casos como este se repitan. Esto no es un juego, estamos hablando de vidas humanas, de familias destrozadas.
En fin, el caso Gamboa sigue siendo un dolor de cabeza para Costa Rica. La espera de una respuesta oficial por parte de Estados Unidos se prolonga y la familia clama por justicia. ¿Ustedes creen que la Cancillería debería tomar medidas más drásticas para presionar a Estados Unidos y obtener claridad sobre lo sucedido? ¿Se justifica una denuncia formal ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos?
Como bien sabemos, Randall Gamboa Esquivel regresó al país en condiciones críticas tras su deportación. Se echó unos meses en el hospital Escalante Pradilla luchando contra una enfermedad que, según familiares, se agravó durante su detención en territorio americano. La pobre familia, pasando loa peores momentos, tratando de entender qué pasó con su pariente.
La Cancillería, como siempre, emitió un comunicado expresando sus condolencias y prometiendo hacer todas las gestiones necesarias para esclarecer lo sucedido. Claro, los comunicados son fáciles de sacar, pero lo importante es ver resultados, ¿verdad, maes? Más que palabras bonitas, necesitamos saber quién va a rendir cuentas por esto.
Lo que realmente molesta es la falta de transparencia. Según la hermana de Randall, Greidy Graciela Mata Esquivel, ha ido de consejero en consejero, buscando respuestas, pero dice que se siente como si estuviera hablando pa’ las paredes. “Con Cancillería no obtuve más que un recibimiento muy ameno, muy cordial, y siempre me han contestado muy cordialmente. Pero digamos, no era servicio al cliente lo que yo necesitaba, era que me ayudaran a defender los derechos humanos”, nos comentó. ¡Eso duele!
Y hablando de derechos humanos, ¿qué pasa con el historial médico de Randall? ¿Por qué Estados Unidos no quiere soltar esa información? Parece que están escondiendo algo, ¿no creen? La familia ya está buscando asesoría legal internacional, porque, díganlo claro, acá no se puede seguir así, dejando pasar estas injusticias. No podemos quedarnos cruzados de brazos viendo como nuestros nacionales sufren así.
El abogado de la familia, un experto en derecho internacional, está analizando las opciones disponibles para presentar una demanda ante organismos internacionales. Lo quieren llevar hasta donde tenga que llevarlo, para que se haga justicia. Quién sabe, quizás así tengamos alguna respuesta concreta sobre lo que le pasó a Randall y si hubo negligencia por parte de las autoridades estadounidenses. Esperemos que esta vez sí veamos movimiento, porque la paciencia de la familia, ya está más que agotada.
El consulado de Costa Rica en Houston hizo lo que pudo mientras Randall estaba bajo custodia de las autoridades migratorias, dentro del marco legal que tenían, pero eso no basta. Necesitamos una investigación exhaustiva e independiente, que determine responsabilidades y evite que casos como este se repitan. Esto no es un juego, estamos hablando de vidas humanas, de familias destrozadas.
En fin, el caso Gamboa sigue siendo un dolor de cabeza para Costa Rica. La espera de una respuesta oficial por parte de Estados Unidos se prolonga y la familia clama por justicia. ¿Ustedes creen que la Cancillería debería tomar medidas más drásticas para presionar a Estados Unidos y obtener claridad sobre lo sucedido? ¿Se justifica una denuncia formal ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos?
