¡Ay, Dios mío! ¿Se imaginan la bronca? El Consejo Técnico de Aviación Civil (Cetac), el encargado de vigilar que todo esté bien en nuestros cielos, parece que se le está yendo todo al garete. Resulta que se quedaron sin gente, sin quórum, lo que significa que ya no pueden tomar decisiones importantes. ¡Qué despache!
Todo empezó con la renuncia de Danielle Jenkins Bolaños, la representante de UCCAEP. Ella puso pa’ arriba su carta explicando que tenía problemas profesionales que no le permitían hacer bien su trabajo. En la misama carta, dejó claro que la confianza es fundamental en un lugar como el Cetac, donde hasta el más mínimo descuido puede tener consecuencias graves. Uno se pregunta, ¿qué estará pasando realmente detrás de bambalinas?
Pero eso no es todo, porque también salió José Fadrique Rosales Salas, uno de los nombramientos del Poder Ejecutivo. Ahora toca buscarle reemplazo, ¡y urgente!, porque la situación está más que seria. La DGAC, como siempre, soltó un comunicado diciendo que UCCAEP tiene que poner a alguien nuevo y el Gobierno designar al ingeniero que falte. Ahí vemos si se apuran, porque la cosa está caliente.
La última reunión del Cetac fue hace poquito, el 4 de diciembre, y desde entonces la cosa anda revuelta. Todavía quedan algunos miembros como Efraín Zeledón, William Rodríguez, Nidia Cordero, Mauricio Campos, Edgar Zamora… pero no basta, necesitan el quórum completo para poder funcionar correctamente. Además, tenemos al director general de Aviación Civil, Marcos Castillo Masis, y la subdirección, que anda vacante, aumentando aún más el caos.
Y hablando de Marcos Castillo, justo cuando parecía que la cosa iba a amainar, estalló el escándalo de la nota roja en seguridad aérea. Recordarán que Castillo le dijo a los diputados que la información era falsa y errónea, ¡pero resultó que tenía un documento interno confirmándolo todo! Parece mentira, ¿verdad? Una cosa es decir una cosa y otra muy distinta demostrar lo contrario. Ya la Comisión de Infraestructura quiere llamarlo de nuevo para que explique esas inconsistencias, y con razón, ¡el mae se metió en un brete enorme!
Este caso ha levantado muchas sospechas y preguntas sobre cómo se está manejando la seguridad aérea en Costa Rica. ¿Cómo es posible que haya tanta confusión y contradicción en temas tan importantes? Algunos dicen que hay intereses políticos moviéndose detrás de esto, otros que simplemente hay incompetencia. Lo cierto es que la ciudadanía está preocupada y exige respuestas claras y transparentes.
Ahora, resulta que esos saldos no son solo producto de un error administrativo, sino que llegan en medio de fuertes cuestionamientos hacia la gestión de Castillo. Las salidas de Jenkins Bolaños y Rosales Salas, sumadas a la crisis en la seguridad aérea, pintan un panorama más oscuro de lo que pensábamos. No es para tomárselo a broma, ¡porque estamos hablando de la vida de miles de personas que viajan por nuestros cielos todos los días!
Esta maraña de renuncias, documentos contradictorios y cuestionamientos hacia la administración de la aviación civil nos deja pensando: ¿Es posible recuperar la confianza en el Cetac y garantizar la seguridad aérea en Costa Rica, o estamos frente a una crisis irreversible? ¿Creen que deberían destituir a Marcos Castillo, o darle una oportunidad de aclarar todas estas situaciones?
Todo empezó con la renuncia de Danielle Jenkins Bolaños, la representante de UCCAEP. Ella puso pa’ arriba su carta explicando que tenía problemas profesionales que no le permitían hacer bien su trabajo. En la misama carta, dejó claro que la confianza es fundamental en un lugar como el Cetac, donde hasta el más mínimo descuido puede tener consecuencias graves. Uno se pregunta, ¿qué estará pasando realmente detrás de bambalinas?
Pero eso no es todo, porque también salió José Fadrique Rosales Salas, uno de los nombramientos del Poder Ejecutivo. Ahora toca buscarle reemplazo, ¡y urgente!, porque la situación está más que seria. La DGAC, como siempre, soltó un comunicado diciendo que UCCAEP tiene que poner a alguien nuevo y el Gobierno designar al ingeniero que falte. Ahí vemos si se apuran, porque la cosa está caliente.
La última reunión del Cetac fue hace poquito, el 4 de diciembre, y desde entonces la cosa anda revuelta. Todavía quedan algunos miembros como Efraín Zeledón, William Rodríguez, Nidia Cordero, Mauricio Campos, Edgar Zamora… pero no basta, necesitan el quórum completo para poder funcionar correctamente. Además, tenemos al director general de Aviación Civil, Marcos Castillo Masis, y la subdirección, que anda vacante, aumentando aún más el caos.
Y hablando de Marcos Castillo, justo cuando parecía que la cosa iba a amainar, estalló el escándalo de la nota roja en seguridad aérea. Recordarán que Castillo le dijo a los diputados que la información era falsa y errónea, ¡pero resultó que tenía un documento interno confirmándolo todo! Parece mentira, ¿verdad? Una cosa es decir una cosa y otra muy distinta demostrar lo contrario. Ya la Comisión de Infraestructura quiere llamarlo de nuevo para que explique esas inconsistencias, y con razón, ¡el mae se metió en un brete enorme!
Este caso ha levantado muchas sospechas y preguntas sobre cómo se está manejando la seguridad aérea en Costa Rica. ¿Cómo es posible que haya tanta confusión y contradicción en temas tan importantes? Algunos dicen que hay intereses políticos moviéndose detrás de esto, otros que simplemente hay incompetencia. Lo cierto es que la ciudadanía está preocupada y exige respuestas claras y transparentes.
Ahora, resulta que esos saldos no son solo producto de un error administrativo, sino que llegan en medio de fuertes cuestionamientos hacia la gestión de Castillo. Las salidas de Jenkins Bolaños y Rosales Salas, sumadas a la crisis en la seguridad aérea, pintan un panorama más oscuro de lo que pensábamos. No es para tomárselo a broma, ¡porque estamos hablando de la vida de miles de personas que viajan por nuestros cielos todos los días!
Esta maraña de renuncias, documentos contradictorios y cuestionamientos hacia la administración de la aviación civil nos deja pensando: ¿Es posible recuperar la confianza en el Cetac y garantizar la seguridad aérea en Costa Rica, o estamos frente a una crisis irreversible? ¿Creen que deberían destituir a Marcos Castillo, o darle una oportunidad de aclarar todas estas situaciones?