Ay, Dios mío, qué situación. El Presidente Chaves, bueno, sigue echándole leña al fuego. Resulta que ahora no le cayó bien el Informe del Estado de la Nación, y en lugar de tomarlo como una crítica constructiva, salió con los tacos fríos a atacarlos en su programa de los miércoles. Uno ya ni sabe dónde meterse con tanto lío político.
Y ojo, que no es cualquier ataque. Según el informe, que sí se tomó el tiempo de investigar, parece que el Presidente ha transformado sus charlas semanales en una especie de circo mediático donde nombra y jala a diputados, magistrados, altos funcionarios, instituciones y hasta a los medios que no le cantan las alabanzas. ¡Un berraco!
En medio de su programa, como si estuviera en algún karaoke, soltó que quienes hicieron el informe eran unos “torpes y caros” que se creen la última Coca-Cola porque dicen tener la ‘verdad’ proveniente del famoso Conare. ¡Diay!, eso suena a que no quiere escuchar nada que no le guste, ¿verdad?
Pero eso no es todo, parce. También mandó saludos –de esos cariñosos– a algunos catedráticos de la UCR y a los magistrados del TSE. Se le escapó un “me vale, me resbala” que ya se viralizó en redes sociales. Parece que si algo anda mal, su solución es restarle importancia. ¡Qué poca maña!
El informe del Estado de la Nación, que se presentó la semana pasada, detalla cómo las conferencias presidenciales se han convertido en una oportunidad para lanzar pullas y descalificar a quien haga ruido. Ya van 464 alusiones directas a personajes o entidades públicas desde mayo del año pasado. Eso es un récord Guinness de reclamitos, imagínate.
Lo que preocupa es que esto no es nuevo. Desde que asumió la Presidencia, Chaves ha tenido fricciones constantes con todos los poderes del Estado, creando un ambiente de tensión que va en contra de la estabilidad democrática. Algunos analistas dicen que esta actitud divisoria es parte de su estrategia para mantenerse popular, aunque a costa de debilitar las instituciones.
Y mientras tanto, el país sigue viendo pasar. Entre temblores, escándalos de narcotráfico en Limón y casos de corrupción que nunca terminan de esclarecerse, parece que la pelea del Presidente con el Estado de la Nación es lo de menos. Pero no, parce, es un síntoma de algo mucho más grave: la falta de respeto hacia las normas y los controles que garantizan que nadie abuse del poder.
Ahora dime, mi gente del Foro, ¿cree usted que el Presidente Chaves está realmente preocupado por el bienestar de Costa Rica, o simplemente está buscando maneras de acallar a sus críticos y mantener el control de la narrativa? ¿Hasta dónde llegará esta guerra de dimes y diretes con el resto de los poderes del Estado? ¡Déjeme sus opiniones!
Y ojo, que no es cualquier ataque. Según el informe, que sí se tomó el tiempo de investigar, parece que el Presidente ha transformado sus charlas semanales en una especie de circo mediático donde nombra y jala a diputados, magistrados, altos funcionarios, instituciones y hasta a los medios que no le cantan las alabanzas. ¡Un berraco!
En medio de su programa, como si estuviera en algún karaoke, soltó que quienes hicieron el informe eran unos “torpes y caros” que se creen la última Coca-Cola porque dicen tener la ‘verdad’ proveniente del famoso Conare. ¡Diay!, eso suena a que no quiere escuchar nada que no le guste, ¿verdad?
Pero eso no es todo, parce. También mandó saludos –de esos cariñosos– a algunos catedráticos de la UCR y a los magistrados del TSE. Se le escapó un “me vale, me resbala” que ya se viralizó en redes sociales. Parece que si algo anda mal, su solución es restarle importancia. ¡Qué poca maña!
El informe del Estado de la Nación, que se presentó la semana pasada, detalla cómo las conferencias presidenciales se han convertido en una oportunidad para lanzar pullas y descalificar a quien haga ruido. Ya van 464 alusiones directas a personajes o entidades públicas desde mayo del año pasado. Eso es un récord Guinness de reclamitos, imagínate.
Lo que preocupa es que esto no es nuevo. Desde que asumió la Presidencia, Chaves ha tenido fricciones constantes con todos los poderes del Estado, creando un ambiente de tensión que va en contra de la estabilidad democrática. Algunos analistas dicen que esta actitud divisoria es parte de su estrategia para mantenerse popular, aunque a costa de debilitar las instituciones.
Y mientras tanto, el país sigue viendo pasar. Entre temblores, escándalos de narcotráfico en Limón y casos de corrupción que nunca terminan de esclarecerse, parece que la pelea del Presidente con el Estado de la Nación es lo de menos. Pero no, parce, es un síntoma de algo mucho más grave: la falta de respeto hacia las normas y los controles que garantizan que nadie abuse del poder.
Ahora dime, mi gente del Foro, ¿cree usted que el Presidente Chaves está realmente preocupado por el bienestar de Costa Rica, o simplemente está buscando maneras de acallar a sus críticos y mantener el control de la narrativa? ¿Hasta dónde llegará esta guerra de dimes y diretes con el resto de los poderes del Estado? ¡Déjeme sus opiniones!