Maes, el show que se montó hoy en la Asamblea Legislativa estuvo para sentarse a ver con palomitas. Diay, no es todos los días que un presidente en funciones llega a pulsearla para que no le levanten la inmunidad. A las 8 en punto, Rodrigo Chaves llegó, saludó a la barra que lo apoya y se metió al Salón de Jefes de Estado a defenderse. La vara está que arde, porque la Fiscalía General lo acusa de un presunto delito de concusión, y ahora una comisión de diputados tiene que decidir si la cosa amerita seguir o si todo queda en nada.
Apenas le dieron la palabra, Chaves no se anduvo por las ramas y soltó la que parece ser su única carta: todo es un “montaje político”. Así, sin anestesia. Según él, el fiscal general, Carlo Díaz, y los magistrados de la Sala Tercera se la tienen jurada y armaron todo este despiche. Para reforzar su punto, hasta presentó un video del productor Christian Bulgarelli, quien es el famoso “testigo de la corona” en este enredo. El Presidente insiste en que esto es una venganza por haberse atrevido a denunciar las supuestas irregularidades y el “Estado profundo” que, según él, maneja el Poder Judicial. En resumen, su defensa fue un contraataque con todo.
Pero, ¿cuál es el meollo del asunto? ¿De qué lo acusan exactamente? Aquí es donde la vara se pone técnica. La Fiscalía dice que, supuestamente, Chaves le pidió a Bulgarelli que de un contrato que tenía con el BCIE, le pasara $32.000 a Federico Cruz, alias “Choreco”, quien en ese momento era su asesor. O sea, la acusación es que el Presi usó su puesto para sacarle plata a un contratista para un tercero. Para la Fiscalía, la supuesta torta que se jaló el mandatario se llama concusión y tienen un caso “muy sólido”, con audios, documentos y un montón de pruebas más para demostrarlo. Carlo Díaz ya había ido a la misma comisión a decir que esto no es ninguna persecución política, sino una investigación objetiva.
La estrategia de la defensa, liderada por el abogado José Miguel Villalobos, fue atacar la lógica de la acusación. Villalobos básicamente le dijo a los diputados que los hechos que narra la Fiscalía son imposibles, que no tienen ni pies ni cabeza si uno lee bien la pieza acusadora. Es un choque de trenes total: por un lado, Chaves gritando “¡montaje!” y “¡venganza!” y, por el otro, la Fiscalía diciendo que tienen todo amarrado para un juicio. Mientras tanto, en la comisión, estaban los diputados que tienen que tomar la decisión (Andrea Álvarez, Daniel Vargas y Rocío Alfaro), con toda la fracción oficialista, liderada por Pilar Cisneros, echando el hombro.
Al final del día, esto se convirtió en una guerra de narrativas. Tenemos el relato del Presidente que se pinta como un mártir que lucha contra un sistema corrupto que ahora quiere silenciarlo. Y tenemos el relato de la Fiscalía, que asegura tener un caso penal contundente contra el ciudadano más poderoso del país. La pregunta del millón es: ¿a quién le creerán los diputados? Porque esta decisión va más allá de lo legal; es un pulso político de altísimo calibre que podría cambiar el rumbo del gobierno. Ahora la bola está en la cancha de la Asamblea. Maes, yo solo sé que este novelón apenas empieza. ¿Ustedes qué creen? Más allá de si nos cae bien o mal el Presi, ¿creen que los diputados tienen los pantalones para levantarle la inmunidad o esto terminará siendo pura bulla?
Apenas le dieron la palabra, Chaves no se anduvo por las ramas y soltó la que parece ser su única carta: todo es un “montaje político”. Así, sin anestesia. Según él, el fiscal general, Carlo Díaz, y los magistrados de la Sala Tercera se la tienen jurada y armaron todo este despiche. Para reforzar su punto, hasta presentó un video del productor Christian Bulgarelli, quien es el famoso “testigo de la corona” en este enredo. El Presidente insiste en que esto es una venganza por haberse atrevido a denunciar las supuestas irregularidades y el “Estado profundo” que, según él, maneja el Poder Judicial. En resumen, su defensa fue un contraataque con todo.
Pero, ¿cuál es el meollo del asunto? ¿De qué lo acusan exactamente? Aquí es donde la vara se pone técnica. La Fiscalía dice que, supuestamente, Chaves le pidió a Bulgarelli que de un contrato que tenía con el BCIE, le pasara $32.000 a Federico Cruz, alias “Choreco”, quien en ese momento era su asesor. O sea, la acusación es que el Presi usó su puesto para sacarle plata a un contratista para un tercero. Para la Fiscalía, la supuesta torta que se jaló el mandatario se llama concusión y tienen un caso “muy sólido”, con audios, documentos y un montón de pruebas más para demostrarlo. Carlo Díaz ya había ido a la misma comisión a decir que esto no es ninguna persecución política, sino una investigación objetiva.
La estrategia de la defensa, liderada por el abogado José Miguel Villalobos, fue atacar la lógica de la acusación. Villalobos básicamente le dijo a los diputados que los hechos que narra la Fiscalía son imposibles, que no tienen ni pies ni cabeza si uno lee bien la pieza acusadora. Es un choque de trenes total: por un lado, Chaves gritando “¡montaje!” y “¡venganza!” y, por el otro, la Fiscalía diciendo que tienen todo amarrado para un juicio. Mientras tanto, en la comisión, estaban los diputados que tienen que tomar la decisión (Andrea Álvarez, Daniel Vargas y Rocío Alfaro), con toda la fracción oficialista, liderada por Pilar Cisneros, echando el hombro.
Al final del día, esto se convirtió en una guerra de narrativas. Tenemos el relato del Presidente que se pinta como un mártir que lucha contra un sistema corrupto que ahora quiere silenciarlo. Y tenemos el relato de la Fiscalía, que asegura tener un caso penal contundente contra el ciudadano más poderoso del país. La pregunta del millón es: ¿a quién le creerán los diputados? Porque esta decisión va más allá de lo legal; es un pulso político de altísimo calibre que podría cambiar el rumbo del gobierno. Ahora la bola está en la cancha de la Asamblea. Maes, yo solo sé que este novelón apenas empieza. ¿Ustedes qué creen? Más allá de si nos cae bien o mal el Presi, ¿creen que los diputados tienen los pantalones para levantarle la inmunidad o esto terminará siendo pura bulla?