Maes, agarren silla y preparen el café, porque el despiche político que se nos viene este viernes promete más drama que cualquier novela de las nueve. La vara está así: el presidente Rodrigo Chaves va a plantarse en la Asamblea Legislativa. No manda abogado, no manda un chat, no. El mae va en persona a enfrentar a la comisión que está viendo si le levantan la inmunidad. Y como es su costumbre, no llegó callado al pleito; el miércoles calentó el ambiente en su conferencia de prensa, y dejó clarísimo que no va a pedir cacao, sino que llega a repartir culpas y a señalar lo que él llama un “sinsentido” y un “absurdo”.
La cosa se puso color de hormiga cuando Chaves, sin pelos en la lengua, acusó directamente a 16 magistrados de la Corte Suprema de Justicia de cometer un acto de “corrupción intelectual, moral y jurídica”. ¡Así como lo leen! Según él, todo este enredo es simplemente porque a algunos les pica la idea de darle un “golpe de estado judicial”. Es una acusación de un calibre monumental, mae. Básicamente, está diciendo que la cabeza de un poder de la República está conspirando para bajarlo. Afirma que tiene todas las pruebas para demostrarle al país que esto es una pasada de factura por las denuncias que él mismo ha hecho contra el Poder Judicial. Diay, sea cierto o no, que un presidente diga eso abiertamente es una señal de que la relación entre poderes se fue al traste.
Y si pensaban que eso era todo, se equivocan. El presidente personalizó el asunto. Como si fuera un pleito de cole, le tiró un reto directo al Fiscal General, Carlo Díaz. “Carlo, lléguese”, le dijo, invitándolo a la Asamblea este viernes aunque el mae ni siquiera está convocado. Quiere verlo cara a cara, que le responda preguntas a su abogado. ¡Qué nivel de telenovela! Es una jugada mediática de manual: te pinto como el malo y te reto a un duelo público sabiendo que probablemente no vas a ir. Recordemos que Díaz ya fue a la comisión el 8 de agosto y mantuvo un perfil bajo, diciendo que no podía hablar del fondo del caso por el secreto de la investigación. Pero Chaves, con esta movida, lo vuelve a poner en el centro del huracán.
Ahora, más allá del show, ¿cuál es la torta de la que se le acusa al presi? Vamos al grano, porque es un enredo de plata y poder. La Fiscalía dice que Chaves y su exjefe de despacho, Jorge Rodríguez (ahora Ministro de Cultura), supuestamente indujeron para que se usara plata de un fondo de cooperación del BCIE para pagarle un contrato de casi medio millón de dólares a la productora de Christian Bulgarelli. O sea, usar fondos que no eran para eso en beneficio de una empresa específica. Para terminar de enredar el chunche, de esa plata habrían salido como $32,000 para pagarle el alquiler de una casa al famoso asesor “Choreco” Cruz, vivienda que al final usaba el propio presidente. El delito técnico se llama “concusión”, que en tico simple es abusar de su puesto para sacarle un beneficio económico a alguien. Un despiche, por donde se le vea.
Al final del día, los diputados de esa comisión tienen una papa caliente que quema más que el asfalto a mediodía en Guanacaste. Tienen que decidir si lo que dice la Fiscalía tiene suficiente peso para quitarle la inmunidad al Presidente de la República y que enfrente un juicio. Mientras tanto, Chaves apuesta a su teflón político, a su discurso de lucha contra la corrupción y a convertir este proceso legal en un circo mediático donde él es la víctima. La pregunta del millón es si la estrategia le funcionará esta vez. Este viernes a las 8 de la mañana empieza el primer round en vivo y a todo color.
Ahora les toca a ustedes, maes. Más allá de si les cuadra Chaves o no, ¿quién creen que tiene la razón en este pleito? ¿Estamos viendo una persecución política orquestada como dice el presidente, o de verdad se jalaron una torta y la justicia simplemente está haciendo su brete?
La cosa se puso color de hormiga cuando Chaves, sin pelos en la lengua, acusó directamente a 16 magistrados de la Corte Suprema de Justicia de cometer un acto de “corrupción intelectual, moral y jurídica”. ¡Así como lo leen! Según él, todo este enredo es simplemente porque a algunos les pica la idea de darle un “golpe de estado judicial”. Es una acusación de un calibre monumental, mae. Básicamente, está diciendo que la cabeza de un poder de la República está conspirando para bajarlo. Afirma que tiene todas las pruebas para demostrarle al país que esto es una pasada de factura por las denuncias que él mismo ha hecho contra el Poder Judicial. Diay, sea cierto o no, que un presidente diga eso abiertamente es una señal de que la relación entre poderes se fue al traste.
Y si pensaban que eso era todo, se equivocan. El presidente personalizó el asunto. Como si fuera un pleito de cole, le tiró un reto directo al Fiscal General, Carlo Díaz. “Carlo, lléguese”, le dijo, invitándolo a la Asamblea este viernes aunque el mae ni siquiera está convocado. Quiere verlo cara a cara, que le responda preguntas a su abogado. ¡Qué nivel de telenovela! Es una jugada mediática de manual: te pinto como el malo y te reto a un duelo público sabiendo que probablemente no vas a ir. Recordemos que Díaz ya fue a la comisión el 8 de agosto y mantuvo un perfil bajo, diciendo que no podía hablar del fondo del caso por el secreto de la investigación. Pero Chaves, con esta movida, lo vuelve a poner en el centro del huracán.
Ahora, más allá del show, ¿cuál es la torta de la que se le acusa al presi? Vamos al grano, porque es un enredo de plata y poder. La Fiscalía dice que Chaves y su exjefe de despacho, Jorge Rodríguez (ahora Ministro de Cultura), supuestamente indujeron para que se usara plata de un fondo de cooperación del BCIE para pagarle un contrato de casi medio millón de dólares a la productora de Christian Bulgarelli. O sea, usar fondos que no eran para eso en beneficio de una empresa específica. Para terminar de enredar el chunche, de esa plata habrían salido como $32,000 para pagarle el alquiler de una casa al famoso asesor “Choreco” Cruz, vivienda que al final usaba el propio presidente. El delito técnico se llama “concusión”, que en tico simple es abusar de su puesto para sacarle un beneficio económico a alguien. Un despiche, por donde se le vea.
Al final del día, los diputados de esa comisión tienen una papa caliente que quema más que el asfalto a mediodía en Guanacaste. Tienen que decidir si lo que dice la Fiscalía tiene suficiente peso para quitarle la inmunidad al Presidente de la República y que enfrente un juicio. Mientras tanto, Chaves apuesta a su teflón político, a su discurso de lucha contra la corrupción y a convertir este proceso legal en un circo mediático donde él es la víctima. La pregunta del millón es si la estrategia le funcionará esta vez. Este viernes a las 8 de la mañana empieza el primer round en vivo y a todo color.
Ahora les toca a ustedes, maes. Más allá de si les cuadra Chaves o no, ¿quién creen que tiene la razón en este pleito? ¿Estamos viendo una persecución política orquestada como dice el presidente, o de verdad se jalaron una torta y la justicia simplemente está haciendo su brete?
