¡Diale! Parece que el sector alimentario en Costa Rica anda buscando dónde parcharle el techo, y vaya que hay cosas que arreglar. La Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (CACIA) organizó un movidito conversatorio este martes en Barreal de Heredia, donde juntaron a to’s los peces gordos – ejecutivos, proveedores, hasta algunos candadito– para echarle una mirada a cómo va a estar la cosa en 2026. Se trata de la Cumbre “Trazando el Futuro de CACIA”, un intento serio de saber si vamos a seguir patinando o si por fin le agarramos el ritmo al brete.
La idea es simple: ver qué onda con la economía, cómo está cambiando el gusto de la gente por comer y, sobre todo, qué piensan los aspirantes a diputados sobre todo esto. Porque, díganlo ustedes, un congreso que no entienda de agricultura ni de comercio es como un gallo sin pelea; no llega a ningún lado. Juan Ignacio Pérez, el man que manda en CACIA, lo puso bien claro: necesitan una visión clara, entender el presente, anticipar el futuro y, sobre todo, acelerar el negocio del sector. Que no les quedem quede, ¡necesitan resultados!
Y ahí estaban ellos, los candidatos a diputado por San José: Álvaro Ramírez (PLN), Abril Gordienko (PUSC), Nogui Acosta (Pueblo Soberano), César Zúñiga (Nueva República) y Freddy Morera (Juntos Podemos). Bajo la lupa del abogado Mario Quiros Salazar, cada quien tuvo que sacar sus cartas y decir qué planes tienen para facilitar la vida a los productores y comerciantes. Hablaban de inversiones, de empleos, de competitividad... la cantala entera, ¡dándole duro! Pero la gran pregunta era: ¿de qué vale toda esa palabrería si no se traduce en acciones concretas?
Pero no todo fue discurso político, señor. La cumbre también trajo expertos para darle más sabor a la mezcla. José Luis Arce, el economista, nos contó cómo van las finanzas del país y si el bolsillo de la gente seguirá apretado. Robert Alayón, de NielsenIQ, nos abrió los ojos sobre las nuevas modas en cuanto a comida – parece que la salud y lo ecológico están pisando fuerte. Alejandra Ortiz, de Caricam, nos explicó cómo están comprando nuestros vecinos en Centroamérica, porque ya saben, el mercado se ha globalizado y tenemos que ponernos las pilas.
Además, hubo espacio para un análisis político más profundo, con Mario Quirós explicando los riesgos regulatorios y las dinámicas de poder que podrían afectar al sector. Porque aquí en Costa Rica, la política siempre está metida en todo, y eso no es malo necesariamente, pero sí requiere estar atento y saber movernos entre los tecnicismos y las promesas incumplidas. Y hablando de eso, la seguridad, la educación y la infraestructura seguían siendo puntos débiles que CACIA insistía en abordar, pues sin esos pilares sólidos, cualquier esfuerzo se va al traste.
La verdad es que el ambiente estaba cargado de expectativas, ¿eh? Por un lado, la esperanza de tener un gobierno que apoye al sector alimentario. Por otro lado, el temor a que sigamos dando vueltas en círculos y viendo cómo las oportunidades se nos escapan de las manos. Algunos asistentes murmuraban sobre posibles cambios en las políticas fiscales, otros se preocupaban por la falta de inversión en tecnología y modernización. Era un hormiguero de ideas, opiniones y preocupaciones.
Ahora, con estos conversatorios y estas cumbres, esperamos que nuestros representantes electos se pongan las pilas y realmente comprendan la importancia del sector alimentario para nuestra economía. No basta con prometer, necesitamos hechos, necesitamos leyes claras, necesitamos incentivos para la producción y la exportación. Si no, amigos, seguimos lamentándonos y viendo cómo otros países nos comen el terreno. Tenemos que dejar de irnos al traste con la indecisión y empezar a trabajar juntos para construir un futuro más próspero para todos los ticos.
Después de tanto análisis y conversación, queda la pregunta en el aire: ¿Veremos una verdadera transformación en el sector alimentario costarricense, o simplemente presenciaríamos más de lo mismo? ¿Será este un año de avances significativos o terminaremos lamentando que se nos jaló otra torta? ¿Cuál creen ustedes que será el rumbo del sector alimentario en los próximos años, considerando el panorama político y económico actual? Compartan sus opiniones en el foro, ¡queremos saber qué piensan!
La idea es simple: ver qué onda con la economía, cómo está cambiando el gusto de la gente por comer y, sobre todo, qué piensan los aspirantes a diputados sobre todo esto. Porque, díganlo ustedes, un congreso que no entienda de agricultura ni de comercio es como un gallo sin pelea; no llega a ningún lado. Juan Ignacio Pérez, el man que manda en CACIA, lo puso bien claro: necesitan una visión clara, entender el presente, anticipar el futuro y, sobre todo, acelerar el negocio del sector. Que no les quedem quede, ¡necesitan resultados!
Y ahí estaban ellos, los candidatos a diputado por San José: Álvaro Ramírez (PLN), Abril Gordienko (PUSC), Nogui Acosta (Pueblo Soberano), César Zúñiga (Nueva República) y Freddy Morera (Juntos Podemos). Bajo la lupa del abogado Mario Quiros Salazar, cada quien tuvo que sacar sus cartas y decir qué planes tienen para facilitar la vida a los productores y comerciantes. Hablaban de inversiones, de empleos, de competitividad... la cantala entera, ¡dándole duro! Pero la gran pregunta era: ¿de qué vale toda esa palabrería si no se traduce en acciones concretas?
Pero no todo fue discurso político, señor. La cumbre también trajo expertos para darle más sabor a la mezcla. José Luis Arce, el economista, nos contó cómo van las finanzas del país y si el bolsillo de la gente seguirá apretado. Robert Alayón, de NielsenIQ, nos abrió los ojos sobre las nuevas modas en cuanto a comida – parece que la salud y lo ecológico están pisando fuerte. Alejandra Ortiz, de Caricam, nos explicó cómo están comprando nuestros vecinos en Centroamérica, porque ya saben, el mercado se ha globalizado y tenemos que ponernos las pilas.
Además, hubo espacio para un análisis político más profundo, con Mario Quirós explicando los riesgos regulatorios y las dinámicas de poder que podrían afectar al sector. Porque aquí en Costa Rica, la política siempre está metida en todo, y eso no es malo necesariamente, pero sí requiere estar atento y saber movernos entre los tecnicismos y las promesas incumplidas. Y hablando de eso, la seguridad, la educación y la infraestructura seguían siendo puntos débiles que CACIA insistía en abordar, pues sin esos pilares sólidos, cualquier esfuerzo se va al traste.
La verdad es que el ambiente estaba cargado de expectativas, ¿eh? Por un lado, la esperanza de tener un gobierno que apoye al sector alimentario. Por otro lado, el temor a que sigamos dando vueltas en círculos y viendo cómo las oportunidades se nos escapan de las manos. Algunos asistentes murmuraban sobre posibles cambios en las políticas fiscales, otros se preocupaban por la falta de inversión en tecnología y modernización. Era un hormiguero de ideas, opiniones y preocupaciones.
Ahora, con estos conversatorios y estas cumbres, esperamos que nuestros representantes electos se pongan las pilas y realmente comprendan la importancia del sector alimentario para nuestra economía. No basta con prometer, necesitamos hechos, necesitamos leyes claras, necesitamos incentivos para la producción y la exportación. Si no, amigos, seguimos lamentándonos y viendo cómo otros países nos comen el terreno. Tenemos que dejar de irnos al traste con la indecisión y empezar a trabajar juntos para construir un futuro más próspero para todos los ticos.
Después de tanto análisis y conversación, queda la pregunta en el aire: ¿Veremos una verdadera transformación en el sector alimentario costarricense, o simplemente presenciaríamos más de lo mismo? ¿Será este un año de avances significativos o terminaremos lamentando que se nos jaló otra torta? ¿Cuál creen ustedes que será el rumbo del sector alimentario en los próximos años, considerando el panorama político y económico actual? Compartan sus opiniones en el foro, ¡queremos saber qué piensan!