Maes, hay que hablar de la vara que se armó ayer, porque parece que en Zapote la mano derecha no sabe lo que está tuiteando la izquierda. Resulta que mientras el presidente Chaves nos dice desde su podio que la crisis de seguridad "no es tan grande", sus propios ministros, los que andan en el día a día de este despiche, van al Congreso a decir todo lo contrario. ¡Qué torta de comunicación interna! Es como si el capitán del barco dijera que solo es una llovizna, mientras la tripulación está sacando agua con baldes porque ya el casco tiene un hueco.
Pongamos las cartas sobre la mesa. El diputado Gilberto Campos, del PLP, le preguntó al ministro de Justicia, Gerald Campos, así, a quemarropa: "¿Estamos en una situación crítica en materia de Seguridad?". Y el ministro, sin pelos en la lengua, soltó un: "Está en una situación crítica, claro que sí". ¡Así de directo! Y para rematar, el de Seguridad, Mario Zamora, le hizo segunda diciendo que el país lleva "varios años" en esta situación crítica. O sea, los dos jerarcas encargados del brete de la seguridad nacional están confirmando lo que todos sentimos en la calle: que la cosa está fea y que se les está saliendo de las manos.
Y diay, en medio de esa confesión de los ministros, sale el presi Chaves en conferencia de prensa y dice que hay "voces que quieren engañarlo a usted" y que el desastre de seguridad "no es tan grande como también lo quieren poner". Uno se queda pensando si le pasaron un reporte diferente o si vive en una realidad paralela. Con todo respeto, minimizar una crisis que tus propios ministros confirman no solo es una mala jugada política, es un insulto a la inteligencia de la gente. Se jaló una torta, porque en lugar de proyectar control, lo que proyecta es desconexión con su propio equipo y con la ciudadanía que vive con miedo.
Pero bueno, dejemos el dime y direte y vayamos a lo que no miente: los números. El OIJ, que no anda con rodeos, reporta 553 homicidios a mediados de agosto. ¡553 familias destrozadas! El 2023 fue el año más violento de la historia con 907 muertes, y el 2024 cerró con 880. Los tres años más sangrientos desde que tenemos registro han sido, casualmente, 2022, 2023 y 2024, todos bajo esta administración. Y para que la estadística no se sienta tan lejana, ahí está el caso de Lindora de la semana pasada: una balacera entre narcos en un restaurante que se llevó la vida de Juan Manuel González, un inocente que solo estaba en el lugar equivocado a la hora equivocada. Eso no es "no tan grande", eso es una tragedia que demuestra que la paz social se nos está yendo al traste.
Al final del día, la pregunta es casi existencial. Si el Presidente y sus dos principales ministros en seguridad tienen versiones tan opuestas sobre la realidad del país, ¿cómo se supone que van a resolver el problema? No se puede arreglar algo si ni siquiera se ponen de acuerdo en qué tan roto está. Es preocupante, porque mientras ellos debaten la semántica de la palabra "crisis", en la calle siguen sonando las balas. Por eso les pregunto a ustedes, maes: más allá del circo político, ¿ustedes sienten que la vara está "crítica" como dicen los ministros, o el presi tiene un punto y los medios exageran? ¿Cómo lo viven en sus barrios?
Pongamos las cartas sobre la mesa. El diputado Gilberto Campos, del PLP, le preguntó al ministro de Justicia, Gerald Campos, así, a quemarropa: "¿Estamos en una situación crítica en materia de Seguridad?". Y el ministro, sin pelos en la lengua, soltó un: "Está en una situación crítica, claro que sí". ¡Así de directo! Y para rematar, el de Seguridad, Mario Zamora, le hizo segunda diciendo que el país lleva "varios años" en esta situación crítica. O sea, los dos jerarcas encargados del brete de la seguridad nacional están confirmando lo que todos sentimos en la calle: que la cosa está fea y que se les está saliendo de las manos.
Y diay, en medio de esa confesión de los ministros, sale el presi Chaves en conferencia de prensa y dice que hay "voces que quieren engañarlo a usted" y que el desastre de seguridad "no es tan grande como también lo quieren poner". Uno se queda pensando si le pasaron un reporte diferente o si vive en una realidad paralela. Con todo respeto, minimizar una crisis que tus propios ministros confirman no solo es una mala jugada política, es un insulto a la inteligencia de la gente. Se jaló una torta, porque en lugar de proyectar control, lo que proyecta es desconexión con su propio equipo y con la ciudadanía que vive con miedo.
Pero bueno, dejemos el dime y direte y vayamos a lo que no miente: los números. El OIJ, que no anda con rodeos, reporta 553 homicidios a mediados de agosto. ¡553 familias destrozadas! El 2023 fue el año más violento de la historia con 907 muertes, y el 2024 cerró con 880. Los tres años más sangrientos desde que tenemos registro han sido, casualmente, 2022, 2023 y 2024, todos bajo esta administración. Y para que la estadística no se sienta tan lejana, ahí está el caso de Lindora de la semana pasada: una balacera entre narcos en un restaurante que se llevó la vida de Juan Manuel González, un inocente que solo estaba en el lugar equivocado a la hora equivocada. Eso no es "no tan grande", eso es una tragedia que demuestra que la paz social se nos está yendo al traste.
Al final del día, la pregunta es casi existencial. Si el Presidente y sus dos principales ministros en seguridad tienen versiones tan opuestas sobre la realidad del país, ¿cómo se supone que van a resolver el problema? No se puede arreglar algo si ni siquiera se ponen de acuerdo en qué tan roto está. Es preocupante, porque mientras ellos debaten la semántica de la palabra "crisis", en la calle siguen sonando las balas. Por eso les pregunto a ustedes, maes: más allá del circo político, ¿ustedes sienten que la vara está "crítica" como dicen los ministros, o el presi tiene un punto y los medios exageran? ¿Cómo lo viven en sus barrios?