¡Ay, Dios mío! Aquí estamos, Costa Rica lista para recibir a medio mundo. No es broma, má’e. Este mes de noviembre nuestro país será sede de la Segunda Conferencia Internacional sobre la Declaración EWIPA, un temón que suena complicado, pero que toca fibras sensibles: la protección de los civiles en tiempos de conflicto armado. Imagínate, más de 60 países y organizaciones internacionales llegando pa' acá a discutir cómo hacer para que la gente inocente no termine atrapada en fuego cruzado. ¡Es una movida tremenda!
El asunto viene de atrás, como dicen por acá. La comunidad internacional lleva tiempo batallando con el tema del uso indiscriminado de armas explosivas en zonas urbanas. Ya se sabe, cuando explota una bomba en medio de un vecindario, lo único que queda es tragedia. Escuelas destruidas, hospitales hechos añicos, iglesias convertidas en ruinas... Un quilombo, como decimos nosotros. Por eso, decenas de países ya andan impulsando medidas para limitar –o hasta eliminar– el uso de esas cosas, buscando proteger a la población civil y salvar lo que se pueda de la infraestructura básica.
Esta conferencia, pues, es una oportunidad pa' seguir avanzando en esa dirección. Según el viceministro de Asuntos Multilaterales, Alejandro Solano, el objetivo final es llegar a un tratado internacional, pero saben cómo son las cosas, esto requiere paciencia y maduración. Hay que ir paso a paso, construyendo consenso y entendiendo bien qué es lo que realmente queremos lograr. Como dice el dicho, 'poco a poco se anda lejos'.
El primer paso, y el que ahora se está dando, es adherirse a la Declaración Política sobre la Protección de los Civiles contra el Empleo de Armas Explosivas en Zonas Pobladas (EWIPA). Esta declaración, firmada en Dublín, Irlanda, en 2022 por 83 países, busca crear un acuerdo político voluntario para restringir el uso de estas armas. No es obligatorio, claro, pero sirve como base pa' generar conciencia y empezar a cambiar la cultura militar. Vamos, sembrar la semilla, má’e.
Solano explica que, si cada vez más países se suman a EWIPA, entonces sí se podría considerar llevar el tema a Naciones Unidas. Ahí, podrían explorar opciones más robustas, como un tratado legalmente vinculante. Él menciona el caso de las bombas de racimo como ejemplo de cómo funciona este proceso: primero generar sensibilización, luego identificar aliados y, finalmente, definir el tipo de instrumento jurídico que se necesita. Suena a plan, ¿verdad?
Y hablando de planes, la conferencia de Costa Rica va a reunir a representantes de alrededor de 65 países, académicos y miembros de la sociedad civil. Se espera que salga una declaración de la sociedad civil y otra política, ambas destinadas a impulsar una especie de “universalización” de la Declaración EWIPA. Aunque no sea obligatoria, desde el gobierno insisten en que es un punto de partida ético y de principios para trabajar en soluciones a este problema tan complejo.
Claro, no todo es color de rosa. Como bien reconoce Solano, convencer a las grandes potencias militares, especialmente aquellas que tienen asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, no va a ser tarea fácil. Son ellos los que suelen tener más influencia y, muchas veces, no están muy dispuestos a ceder terreno en temas de seguridad. Pero él confiesa que tienen esperanzas de que, con el tiempo, algunos de esos países cambien de opinión. Ya vieron, siempre hay que mantener la fe, como dicen por acá.
A pesar de los desafíos, esta conferencia representa una oportunidad única pa’ Costa Rica de mostrar liderazgo mundial en materia de derechos humanos y desarme. Tenemos la responsabilidad de aprovecharla al máximo y de promover un mundo más seguro y justo para todos. Ahora dime, tú qué piensas: ¿crees que la Declaración EWIPA tendrá un impacto real en la reducción del sufrimiento humano causado por las armas explosivas, o es solo una buena intención que nunca llegará a buen término? ¡Déjanos tus opiniones en el foro!
El asunto viene de atrás, como dicen por acá. La comunidad internacional lleva tiempo batallando con el tema del uso indiscriminado de armas explosivas en zonas urbanas. Ya se sabe, cuando explota una bomba en medio de un vecindario, lo único que queda es tragedia. Escuelas destruidas, hospitales hechos añicos, iglesias convertidas en ruinas... Un quilombo, como decimos nosotros. Por eso, decenas de países ya andan impulsando medidas para limitar –o hasta eliminar– el uso de esas cosas, buscando proteger a la población civil y salvar lo que se pueda de la infraestructura básica.
Esta conferencia, pues, es una oportunidad pa' seguir avanzando en esa dirección. Según el viceministro de Asuntos Multilaterales, Alejandro Solano, el objetivo final es llegar a un tratado internacional, pero saben cómo son las cosas, esto requiere paciencia y maduración. Hay que ir paso a paso, construyendo consenso y entendiendo bien qué es lo que realmente queremos lograr. Como dice el dicho, 'poco a poco se anda lejos'.
El primer paso, y el que ahora se está dando, es adherirse a la Declaración Política sobre la Protección de los Civiles contra el Empleo de Armas Explosivas en Zonas Pobladas (EWIPA). Esta declaración, firmada en Dublín, Irlanda, en 2022 por 83 países, busca crear un acuerdo político voluntario para restringir el uso de estas armas. No es obligatorio, claro, pero sirve como base pa' generar conciencia y empezar a cambiar la cultura militar. Vamos, sembrar la semilla, má’e.
Solano explica que, si cada vez más países se suman a EWIPA, entonces sí se podría considerar llevar el tema a Naciones Unidas. Ahí, podrían explorar opciones más robustas, como un tratado legalmente vinculante. Él menciona el caso de las bombas de racimo como ejemplo de cómo funciona este proceso: primero generar sensibilización, luego identificar aliados y, finalmente, definir el tipo de instrumento jurídico que se necesita. Suena a plan, ¿verdad?
Y hablando de planes, la conferencia de Costa Rica va a reunir a representantes de alrededor de 65 países, académicos y miembros de la sociedad civil. Se espera que salga una declaración de la sociedad civil y otra política, ambas destinadas a impulsar una especie de “universalización” de la Declaración EWIPA. Aunque no sea obligatoria, desde el gobierno insisten en que es un punto de partida ético y de principios para trabajar en soluciones a este problema tan complejo.
Claro, no todo es color de rosa. Como bien reconoce Solano, convencer a las grandes potencias militares, especialmente aquellas que tienen asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, no va a ser tarea fácil. Son ellos los que suelen tener más influencia y, muchas veces, no están muy dispuestos a ceder terreno en temas de seguridad. Pero él confiesa que tienen esperanzas de que, con el tiempo, algunos de esos países cambien de opinión. Ya vieron, siempre hay que mantener la fe, como dicen por acá.
A pesar de los desafíos, esta conferencia representa una oportunidad única pa’ Costa Rica de mostrar liderazgo mundial en materia de derechos humanos y desarme. Tenemos la responsabilidad de aprovecharla al máximo y de promover un mundo más seguro y justo para todos. Ahora dime, tú qué piensas: ¿crees que la Declaración EWIPA tendrá un impacto real en la reducción del sufrimiento humano causado por las armas explosivas, o es solo una buena intención que nunca llegará a buen término? ¡Déjanos tus opiniones en el foro!