¡Aguántense!, porque hoy vamos a tocar un tema que le pega duro al bolsillo de muchos: el crédito para las mipymes en nuestro país. Según los números fresquitos de la Asociación Bancaria Costarricense (ABC), los bancos nos han prestado unos ¢548.656 millones a unas 36.882 micro, pequeñas y medianas empresas. Suena lindo, ¿verdad?
Pero hay que frenar ahí un momentito y analizar qué significa eso realmente. Sí, es cierto, es una inyección importante de capital para nuestros pequeños empresarios, quienes suelen ser la columna vertebral de nuestra economía. El dinero se usa pa’ todo: comprar materiales, poner la bodega en orden, hasta pa’ modernizarse con un poquito de tecnología. Pero la cosa no es tan sencilla como parece.
Si revisamos los detalles, vemos que casi la mitad de ese dineral –unos ¢290.788 millones– va dirigido a las empresas medianas. Eso no es malo, pero nos hace preguntarnos: ¿qué pasa con las micros y pequeñas empresas? Aunque representan la mayoría de los deudores (23.503), reciben una tajada menor del pastel, cerca de ¢257.868 millones. ¿Significa que les cuesta más conseguir el crédito, o que quizás no están aprovechando toda la ayuda que se ofrece?
Y hablando de condiciones, Daniela Gutiérrez de la ABC nos asegura que existen productos “diseñados para distintos tipos de actividad económica” y que evalúan bien a cada cliente. Claaaro, pero sabemos que las cosas no siempre son tan justas. Muchos dueños de chinchorros y pulperías, que son pura voluntad y esfuerzo, tienen dificultades pa' demostrar solvencia y meterse en esos trámites engorrosos. Al final, terminan pagando intereses altísimos o directamente ni siquiera logran acceder al préstamo.
Lo bueno es que no todo es drama. Los bancos también ofrecen capacitaciones y asesorías gratuitas para ayudar a estas empresas a mejorar su gestión. Eso sí es chiva, porque muchas veces los emprendedores están tan metidos en echar pa’ lante que olvidan formarse y aprender nuevas habilidades. Desde cómo manejar las redes sociales hasta cómo hacer un buen plan de negocios, todo cuenta pa’ tener éxito.
Además, la participación de mujeres empresarias es bastante notable: alrededor del 36%, ¡más de 13 mil mujeres echándole huevos! Pero ojo, todavía hay una brecha importante en cuanto al acceso al financiamiento comparado con los hombres. Ahí toca seguir trabajando para empoderar a nuestras féminas y darles las mismas oportunidades.
También es importante destacar que, aunque el sistema bancario dice tener las puertas abiertas, la realidad es que muchos emprendedores se sienten frustrados con la burocracia y la falta de transparencia en los procesos. Se necesita simplificar los trámites, bajar los intereses y crear productos financieros más accesibles para todos, sin importar si tienes una granja de café o un puesto de raspao en la calle.
En fin, el panorama es mixto. Hay avances, pero también desafíos importantes. Y ahora quiero saber de ustedes: ¿Ustedes, como emprendedores o conocedores del tema, creen que el acceso al crédito para las mipymes en Costa Rica es realmente fácil y justo? ¿Qué medidas deberían tomarse para mejorar esta situación y darle un impulso real a nuestros pequeños empresarios?
Pero hay que frenar ahí un momentito y analizar qué significa eso realmente. Sí, es cierto, es una inyección importante de capital para nuestros pequeños empresarios, quienes suelen ser la columna vertebral de nuestra economía. El dinero se usa pa’ todo: comprar materiales, poner la bodega en orden, hasta pa’ modernizarse con un poquito de tecnología. Pero la cosa no es tan sencilla como parece.
Si revisamos los detalles, vemos que casi la mitad de ese dineral –unos ¢290.788 millones– va dirigido a las empresas medianas. Eso no es malo, pero nos hace preguntarnos: ¿qué pasa con las micros y pequeñas empresas? Aunque representan la mayoría de los deudores (23.503), reciben una tajada menor del pastel, cerca de ¢257.868 millones. ¿Significa que les cuesta más conseguir el crédito, o que quizás no están aprovechando toda la ayuda que se ofrece?
Y hablando de condiciones, Daniela Gutiérrez de la ABC nos asegura que existen productos “diseñados para distintos tipos de actividad económica” y que evalúan bien a cada cliente. Claaaro, pero sabemos que las cosas no siempre son tan justas. Muchos dueños de chinchorros y pulperías, que son pura voluntad y esfuerzo, tienen dificultades pa' demostrar solvencia y meterse en esos trámites engorrosos. Al final, terminan pagando intereses altísimos o directamente ni siquiera logran acceder al préstamo.
Lo bueno es que no todo es drama. Los bancos también ofrecen capacitaciones y asesorías gratuitas para ayudar a estas empresas a mejorar su gestión. Eso sí es chiva, porque muchas veces los emprendedores están tan metidos en echar pa’ lante que olvidan formarse y aprender nuevas habilidades. Desde cómo manejar las redes sociales hasta cómo hacer un buen plan de negocios, todo cuenta pa’ tener éxito.
Además, la participación de mujeres empresarias es bastante notable: alrededor del 36%, ¡más de 13 mil mujeres echándole huevos! Pero ojo, todavía hay una brecha importante en cuanto al acceso al financiamiento comparado con los hombres. Ahí toca seguir trabajando para empoderar a nuestras féminas y darles las mismas oportunidades.
También es importante destacar que, aunque el sistema bancario dice tener las puertas abiertas, la realidad es que muchos emprendedores se sienten frustrados con la burocracia y la falta de transparencia en los procesos. Se necesita simplificar los trámites, bajar los intereses y crear productos financieros más accesibles para todos, sin importar si tienes una granja de café o un puesto de raspao en la calle.
En fin, el panorama es mixto. Hay avances, pero también desafíos importantes. Y ahora quiero saber de ustedes: ¿Ustedes, como emprendedores o conocedores del tema, creen que el acceso al crédito para las mipymes en Costa Rica es realmente fácil y justo? ¿Qué medidas deberían tomarse para mejorar esta situación y darle un impulso real a nuestros pequeños empresarios?
