¡Ay, mi gente! Ya llegó el Cyber Monday, ese día donde nos creemos que vamos a encontrar gangas increíbles y terminamos con la cartera más flaca que un espagueti. Pero ojo, porque este año, los ciberdelincuentes andan más vivos que el coyote y quieren sacarle jugo a nuestra emoción por esos descuentos.
Como ya saben, después del Black Friday, este lunes 1 de diciembre se supone que los negocios online se ponen generosos. Suenan las sirenas de ofertas, nos llenan los correos electrónicos con promociones que parecen sacadas de un cuento de hadas… y ahí es donde hay que ponerle cerebro, pura mantequilla. Según ESET, una empresa que sabe un rush de estas cosas, la prisa por ahorrar puede convertirnos en víctimas fáciles de unos artilugios muy bien planeados.
Camilo Gutiérrez, el máster Jedi de seguridad digital de ESET Latinoamérica, lo dejó bien clarito: “Lo que empieza como una linda oportunidad de compra termina siendo el caldo de cultivo perfecto para los abusones virtuales”. Estos tipos aprovechan que estamos distraídos buscando el precio más bajo y nos tiran trucos para robar nuestros datos o nuestro dinero. No sean churros, fíjense bien.
Y para que estén preparados, les voy a soltar cuatro modalidades de fraude que están pegándose como chinchorro durante estas fechas. Primero, los anuncios patrocinados en Gmail que se hacen pasar por marcas reconocidas. Parecen legitimos, pero cuidado con darle click a cualquier link sospechoso; verifiquen la dirección del remitente, ¡siempre!
Luego, tenemos los sitios web falsos que imitan a las tiendas online que conocemos. Aparecen mágicamente en los resultados de búsqueda de Google, intentando engañarnos con precios súper tentadores. Google ha puesto cierto empeño en separar estos anuncios, pero aún así hay que estar tranquilos y revisar bien la URL. ¡Que no les pase como a mi tía, que compró un chupon falso pensando que era original!
Otra táctica común es crear páginas clonadas de tiendas reales, copiando sus diseños y catálogos. Ofrecen precios tan ridículos que levantan sospechas, pero algunos caen en la trampa creyendo que encontraron la ganga del siglo. Verifiquen si la promoción existe en el sitio web oficial antes de meter sus tarjetas de crédito. Recuerden, si suena demasiado bueno, probablemente lo sea... ¡y para mal!
Finalmente, no se confíen de los mensajes de WhatsApp que les prometen sorteos o descuentos exclusivos. Muchos de estos son trampas disfrazadas para robarles información personal o instalarles programas maliciosos en sus teléfonos. Siempre consulten la página web oficial de la marca para verificar la autenticidad de las promociones y nunca descarguen aplicaciones desde enlaces desconocidos. ¡No se hagan pisotes!
Así que ya saben, mi gente, disfruten del Cyber Monday, pero con precaución y sentido común. Que no les lleve el chancho y terminen arrepentidos. Ahora me pregunto, ¿creen que vale la pena arriesgarse a perder nuestros datos personales por unos pocos colones de descuento?
Como ya saben, después del Black Friday, este lunes 1 de diciembre se supone que los negocios online se ponen generosos. Suenan las sirenas de ofertas, nos llenan los correos electrónicos con promociones que parecen sacadas de un cuento de hadas… y ahí es donde hay que ponerle cerebro, pura mantequilla. Según ESET, una empresa que sabe un rush de estas cosas, la prisa por ahorrar puede convertirnos en víctimas fáciles de unos artilugios muy bien planeados.
Camilo Gutiérrez, el máster Jedi de seguridad digital de ESET Latinoamérica, lo dejó bien clarito: “Lo que empieza como una linda oportunidad de compra termina siendo el caldo de cultivo perfecto para los abusones virtuales”. Estos tipos aprovechan que estamos distraídos buscando el precio más bajo y nos tiran trucos para robar nuestros datos o nuestro dinero. No sean churros, fíjense bien.
Y para que estén preparados, les voy a soltar cuatro modalidades de fraude que están pegándose como chinchorro durante estas fechas. Primero, los anuncios patrocinados en Gmail que se hacen pasar por marcas reconocidas. Parecen legitimos, pero cuidado con darle click a cualquier link sospechoso; verifiquen la dirección del remitente, ¡siempre!
Luego, tenemos los sitios web falsos que imitan a las tiendas online que conocemos. Aparecen mágicamente en los resultados de búsqueda de Google, intentando engañarnos con precios súper tentadores. Google ha puesto cierto empeño en separar estos anuncios, pero aún así hay que estar tranquilos y revisar bien la URL. ¡Que no les pase como a mi tía, que compró un chupon falso pensando que era original!
Otra táctica común es crear páginas clonadas de tiendas reales, copiando sus diseños y catálogos. Ofrecen precios tan ridículos que levantan sospechas, pero algunos caen en la trampa creyendo que encontraron la ganga del siglo. Verifiquen si la promoción existe en el sitio web oficial antes de meter sus tarjetas de crédito. Recuerden, si suena demasiado bueno, probablemente lo sea... ¡y para mal!
Finalmente, no se confíen de los mensajes de WhatsApp que les prometen sorteos o descuentos exclusivos. Muchos de estos son trampas disfrazadas para robarles información personal o instalarles programas maliciosos en sus teléfonos. Siempre consulten la página web oficial de la marca para verificar la autenticidad de las promociones y nunca descarguen aplicaciones desde enlaces desconocidos. ¡No se hagan pisotes!
Así que ya saben, mi gente, disfruten del Cyber Monday, pero con precaución y sentido común. Que no les lleve el chancho y terminen arrepentidos. Ahora me pregunto, ¿creen que vale la pena arriesgarse a perder nuestros datos personales por unos pocos colones de descuento?
