Cuando uno cree que el lunes no puede ponerse más cuesta arriba, llega el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) a recordarnos que siempre, pero siempre, se puede poner más húmedo. Si ya estaban mentalizados para la pereza de arrancar la semana, el tráfico infernal y las reuniones de las 8 a.m., pues ahora súmenle a la ecuación un aguacero de esos bíblicos, cortesía de la Onda Tropical #27. ¡Qué sal que nos caiga justo para empezar el brete! Pareciera que el clima tiene un calendario y lo usa específicamente para arruinarnos los planes.
Vamos a ver, traduzcamos lo que nos están diciendo los expertos para nosotros, los mortales que solo queremos saber si sacamos la sombrilla o la lancha. La vara es que esta onda tropical viene con ganas de aumentar la "inestabilidad atmosférica", que en buen tico significa que el cielo se va a abrir y no va a tener piedad. Desde la madrugada del lunes ya se van a empezar a sentir los efectos, sobre todo para la gente del Pacífico Sur y el Caribe, que les tocará el primer round con lluvias dispersas. Pero no se confíen los del Valle Central, que el plato fuerte, como siempre, nos lo guardan para la tarde.
El pronóstico del IMN es clarísimo: para la tarde y noche se espera un "reforzamiento de las precipitaciones en gran parte del país". Es decir, si en la mañana llovizna, en la tarde prepárense para el diluvio. Ya me imagino el despiche en Circunvalación, la gente corriendo para que no se le moje el almuerzo y los que van en moto capeando el baldazo como si fuera un videojuego. Y para rematar, la inestabilidad se podría quedar molestando hasta la madrugada del martes, así que la lavada va a ser completa y extendida. Se fueron al traste los planes de cualquiera que pensara en lavar ropa o dejar el carro limpio.
Más allá de la broma, maes, ya sabemos cómo se pone la cosa en este país cuando llueve así. Hay que andar con mil ojos. Las calles se convierten en ríos, las alcantarillas colapsan y un trayecto de veinte minutos al trabajo se transforma en una odisea de dos horas. No es por ser alarmista, pero es la realidad de todos los inviernos. La recomendación es la de siempre: si pueden, salgan con más tiempo de lo normal; revisen las llantas del carro, y por el amor de Dios, tengan paciencia. El peor enemigo en una presa bajo un aguacero es un conductor estresado.
En fin, así arranca la semana. Con el cielo gris y la promesa de un buen chaparrón. Es lo que tiene vivir en el trópico, supongo. Un día nos estamos derritiendo de calor y al siguiente necesitamos un arca para salir de la casa. Es parte del paquete. Así que a sacar las sombrillas, las capas, las botas de hule y, sobre todo, una buena dosis de buen humor para no amargarse con el clima que nos tocó.
Y ustedes, ¿cómo se preparan para este lunes pasado por agua? ¿Ya tienen el playlist para la presa o son de los valientes que se la van a jugar en moto?
Vamos a ver, traduzcamos lo que nos están diciendo los expertos para nosotros, los mortales que solo queremos saber si sacamos la sombrilla o la lancha. La vara es que esta onda tropical viene con ganas de aumentar la "inestabilidad atmosférica", que en buen tico significa que el cielo se va a abrir y no va a tener piedad. Desde la madrugada del lunes ya se van a empezar a sentir los efectos, sobre todo para la gente del Pacífico Sur y el Caribe, que les tocará el primer round con lluvias dispersas. Pero no se confíen los del Valle Central, que el plato fuerte, como siempre, nos lo guardan para la tarde.
El pronóstico del IMN es clarísimo: para la tarde y noche se espera un "reforzamiento de las precipitaciones en gran parte del país". Es decir, si en la mañana llovizna, en la tarde prepárense para el diluvio. Ya me imagino el despiche en Circunvalación, la gente corriendo para que no se le moje el almuerzo y los que van en moto capeando el baldazo como si fuera un videojuego. Y para rematar, la inestabilidad se podría quedar molestando hasta la madrugada del martes, así que la lavada va a ser completa y extendida. Se fueron al traste los planes de cualquiera que pensara en lavar ropa o dejar el carro limpio.
Más allá de la broma, maes, ya sabemos cómo se pone la cosa en este país cuando llueve así. Hay que andar con mil ojos. Las calles se convierten en ríos, las alcantarillas colapsan y un trayecto de veinte minutos al trabajo se transforma en una odisea de dos horas. No es por ser alarmista, pero es la realidad de todos los inviernos. La recomendación es la de siempre: si pueden, salgan con más tiempo de lo normal; revisen las llantas del carro, y por el amor de Dios, tengan paciencia. El peor enemigo en una presa bajo un aguacero es un conductor estresado.
En fin, así arranca la semana. Con el cielo gris y la promesa de un buen chaparrón. Es lo que tiene vivir en el trópico, supongo. Un día nos estamos derritiendo de calor y al siguiente necesitamos un arca para salir de la casa. Es parte del paquete. Así que a sacar las sombrillas, las capas, las botas de hule y, sobre todo, una buena dosis de buen humor para no amargarse con el clima que nos tocó.
Y ustedes, ¿cómo se preparan para este lunes pasado por agua? ¿Ya tienen el playlist para la presa o son de los valientes que se la van a jugar en moto?
