¡Ay, Dios mío, qué bronca! Imagínate pasar años casado en el papeleo con un esposo que te echó el ojo y desapareció, dejándote tirada sin un chícharo. Pues parece que esa pesadilla podría terminar pronto, parce. Una nueva iniciativa en la Asamblea Legislativa busca darle una solución a estas situaciones, permitiendo el divorcio por abandono económico prolongado, sin necesidad de buscarle tres pies al gato.
La diputada Marta Carballo, del PUSC, es quien está manejando este proyecto, buscando aliviar la vida de muchísimas mujeres –y hombres también, aunque sean menos comunes– que han sufrido este abandono. La idea es simple: si no pagas la pensión alimentaria por un año entero, ¡adiós matrimonio! No importa si andabas buscando problemas, si tenías más amantes que canas, la clave es que la plata no llegó a donde debía llegar.
Esto viene de un principio bien básico del derecho familiar, ¿sabes? El matrimonio se construye con dos personas apoyándose mutuamente, compartiendo alegrías y tristezas, y, obvio, las responsabilidades económicas. Cuando uno se va al traste, dejando a su pareja a cargo de todo, el matrimonio pierde toda lógica, tanto legal como en la vida real. Como dice el dicho, 'cuando no hay pan, zarco toca'.
Entonces, ¿qué van a cambiar exactamente? Se quiere agregar una modificación al artículo 48 del Código de Familia, haciendo explícito que el incumplimiento prolongado de la pensión alimentaria es una razón válida para pedir el divorcio. La diputada Carballo enfatiza que esto protege especialmente a los niños y a las personas con discapacidad, que son los que más sufren cuando la ayuda económica se esfuma y los procesos judiciales se alargan hasta el infinito.
Ahora, aquí viene el detalle complicado: la notificación. Si el marido (o la esposa) huyó a los cerros y no sabes dónde encontrarlo, ¡cómo le notificas que vas a pedir el divorcio?! El proyecto piensa en eso y propone una solución ingeniosa: publicar el aviso en un periódico de circulación nacional. Así, aunque esté pescando camarones en Panamá, se entera de que lo están demandando. ¡Qué viva la tecnología, diay!
Y no es cuento, parce. Hay historias verdaderas detrás de esta propuesta. Conocí a una señora de Limón que luchó casi cinco años para divorciarse de un marinero que se fue a navegar y nunca más volvió. Cada vez que intentaban citarlo, ¡boom!, desaparecido. Después de tanta lucha, finalmente consiguió el divorcio, pero me contaba que el estrés y los gastos casi la dejan pelada. “Me sentía atrapada”, me dijo, “como si estuviera casada con un fantasma”.
Según los abogados especializados, como don Kabul Ugalde, la ley actual ya permite divorcios en estos casos, pero el proceso es largo, caro y engorroso. Muchos tienen que contratar un curador procesal, alguien que represente al desaparecido, lo que implica desembolsar unos buenos 200 mil colones. Con esta reforma, ese gasto podría eliminarse. Demuestras que te abandonó, que no paga la pensión, ¡y listo, divorcio express! Menos papeles, menos dinero, menos sufrimiento.
Este cambio podría significar un avance muy importante en cómo el Estado protege a las familias que pasan por momentos difíciles. Reconocer el abandono económico como una causa de divorcio envía un mensaje claro: no se vale dejar a una persona sola a cargar con todas las responsabilidades. Pero, díganme, ¿creen ustedes que esta reforma es justa y necesaria? ¿Será suficiente para proteger a las víctimas de abandono, o deberían considerar otras medidas para garantizar su bienestar?
La diputada Marta Carballo, del PUSC, es quien está manejando este proyecto, buscando aliviar la vida de muchísimas mujeres –y hombres también, aunque sean menos comunes– que han sufrido este abandono. La idea es simple: si no pagas la pensión alimentaria por un año entero, ¡adiós matrimonio! No importa si andabas buscando problemas, si tenías más amantes que canas, la clave es que la plata no llegó a donde debía llegar.
Esto viene de un principio bien básico del derecho familiar, ¿sabes? El matrimonio se construye con dos personas apoyándose mutuamente, compartiendo alegrías y tristezas, y, obvio, las responsabilidades económicas. Cuando uno se va al traste, dejando a su pareja a cargo de todo, el matrimonio pierde toda lógica, tanto legal como en la vida real. Como dice el dicho, 'cuando no hay pan, zarco toca'.
Entonces, ¿qué van a cambiar exactamente? Se quiere agregar una modificación al artículo 48 del Código de Familia, haciendo explícito que el incumplimiento prolongado de la pensión alimentaria es una razón válida para pedir el divorcio. La diputada Carballo enfatiza que esto protege especialmente a los niños y a las personas con discapacidad, que son los que más sufren cuando la ayuda económica se esfuma y los procesos judiciales se alargan hasta el infinito.
Ahora, aquí viene el detalle complicado: la notificación. Si el marido (o la esposa) huyó a los cerros y no sabes dónde encontrarlo, ¡cómo le notificas que vas a pedir el divorcio?! El proyecto piensa en eso y propone una solución ingeniosa: publicar el aviso en un periódico de circulación nacional. Así, aunque esté pescando camarones en Panamá, se entera de que lo están demandando. ¡Qué viva la tecnología, diay!
Y no es cuento, parce. Hay historias verdaderas detrás de esta propuesta. Conocí a una señora de Limón que luchó casi cinco años para divorciarse de un marinero que se fue a navegar y nunca más volvió. Cada vez que intentaban citarlo, ¡boom!, desaparecido. Después de tanta lucha, finalmente consiguió el divorcio, pero me contaba que el estrés y los gastos casi la dejan pelada. “Me sentía atrapada”, me dijo, “como si estuviera casada con un fantasma”.
Según los abogados especializados, como don Kabul Ugalde, la ley actual ya permite divorcios en estos casos, pero el proceso es largo, caro y engorroso. Muchos tienen que contratar un curador procesal, alguien que represente al desaparecido, lo que implica desembolsar unos buenos 200 mil colones. Con esta reforma, ese gasto podría eliminarse. Demuestras que te abandonó, que no paga la pensión, ¡y listo, divorcio express! Menos papeles, menos dinero, menos sufrimiento.
Este cambio podría significar un avance muy importante en cómo el Estado protege a las familias que pasan por momentos difíciles. Reconocer el abandono económico como una causa de divorcio envía un mensaje claro: no se vale dejar a una persona sola a cargar con todas las responsabilidades. Pero, díganme, ¿creen ustedes que esta reforma es justa y necesaria? ¿Será suficiente para proteger a las víctimas de abandono, o deberían considerar otras medidas para garantizar su bienestar?
