¡Aguántense!, porque parece que el crecimiento económico no va a ser el desfile que esperábamos. El Banco Nacional acaba de soltarle la bomba: proyecciones para el 2026 muestran un crecimiento moderado, con algunos chinacos que podrían ponernos las cosas difíciles. No es que vamos a irnos al traste, pero tampoco hay que echarles flores.
La verdad es que ya sabíamos que dependemos mucho del gringolandia. Todo lo que ahí pase nos afecta directo, desde nuestras exportaciones hasta la lana que nos mandan los primos que viven allá. Si la economía de Estados Unidos se tambalea, nosotros también sentimos el temblor, diay. Es como estar atados de manos a un gigante, ¿me entienden?
Según el informe, el Producto Interno Bruto (PIB) real podría crecer un 3,79%. Suena bien, ¿verdad? Pero si pones pa’trás, en 2025 íbamos a crecer un 3,71%. ¡Un pelito más! Esto significa que no estamos avanzando a toda máquina, sino a paso de tortuga. Un poco de brío no estaría mal, ¿eh?
Lo bueno es que algunos sectores sí andan bien activos, sobre todo los de servicios y los que tienen que ver con el comercio exterior. Las zonas francas siguen siendo un motor importante para la economía, así que ahí hay que seguir apostando. También dicen que las tasas de interés van a mantenerse tranquilas, lo cual puede ayudar a la gente a pedir prestado y a invertir, pero… ¡ojo!
Porque acá viene el nudo en la garganta. El Ministerio de Hacienda y el Banco Central no ven la vida de la misma forma. Hacienda necesita plata urgentemente y podría subir las tasas de interés, mientras que el Banco Central quiere bajarlas para estimular la economía. ¡Es un brete! Si Hacienda empieza a competir por los recursos, todo el plan podría irse al garete.
Y ni hablar de los factores externos. Además de la desaceleración de Estados Unidos, tenemos que lidiar con las tensiones geopolíticas y el proteccionismo en otros países. El mundo no anda fácil, y eso nos complica la jugada. Pero, por si fuera poco, el próximo año es elección presidencial, y los cambios administrativos pueden meterle aún más leña al fuego. ¡Imagínate la combinación!
Gerardo Rojas, el director de Tesorería del Banco Nacional, lo puso claro: “Costa Rica tiene una economía abierta, pero muy dependiente de Estados Unidos”. Esa dependencia es nuestra debilidad, pero también puede ser nuestra fortaleza si logramos diversificar nuestros mercados y fortalecer nuestra producción interna. Tenemos que dejar de depender tanto del gringo, ¿qué les parece?
En fin, la situación pinta complicada pero no irreversible. Hay que trabajar duro, aguantar los golpes y esperar que las cosas mejoren. Pero, sinceramente, viendo todo esto... ¿Ustedes creen que el gobierno tendrá un plan sólido para enfrentar estos retos económicos y evitar que la situación se vaya al traste en el 2026, o simplemente seguiremos esperando milagros?
La verdad es que ya sabíamos que dependemos mucho del gringolandia. Todo lo que ahí pase nos afecta directo, desde nuestras exportaciones hasta la lana que nos mandan los primos que viven allá. Si la economía de Estados Unidos se tambalea, nosotros también sentimos el temblor, diay. Es como estar atados de manos a un gigante, ¿me entienden?
Según el informe, el Producto Interno Bruto (PIB) real podría crecer un 3,79%. Suena bien, ¿verdad? Pero si pones pa’trás, en 2025 íbamos a crecer un 3,71%. ¡Un pelito más! Esto significa que no estamos avanzando a toda máquina, sino a paso de tortuga. Un poco de brío no estaría mal, ¿eh?
Lo bueno es que algunos sectores sí andan bien activos, sobre todo los de servicios y los que tienen que ver con el comercio exterior. Las zonas francas siguen siendo un motor importante para la economía, así que ahí hay que seguir apostando. También dicen que las tasas de interés van a mantenerse tranquilas, lo cual puede ayudar a la gente a pedir prestado y a invertir, pero… ¡ojo!
Porque acá viene el nudo en la garganta. El Ministerio de Hacienda y el Banco Central no ven la vida de la misma forma. Hacienda necesita plata urgentemente y podría subir las tasas de interés, mientras que el Banco Central quiere bajarlas para estimular la economía. ¡Es un brete! Si Hacienda empieza a competir por los recursos, todo el plan podría irse al garete.
Y ni hablar de los factores externos. Además de la desaceleración de Estados Unidos, tenemos que lidiar con las tensiones geopolíticas y el proteccionismo en otros países. El mundo no anda fácil, y eso nos complica la jugada. Pero, por si fuera poco, el próximo año es elección presidencial, y los cambios administrativos pueden meterle aún más leña al fuego. ¡Imagínate la combinación!
Gerardo Rojas, el director de Tesorería del Banco Nacional, lo puso claro: “Costa Rica tiene una economía abierta, pero muy dependiente de Estados Unidos”. Esa dependencia es nuestra debilidad, pero también puede ser nuestra fortaleza si logramos diversificar nuestros mercados y fortalecer nuestra producción interna. Tenemos que dejar de depender tanto del gringo, ¿qué les parece?
En fin, la situación pinta complicada pero no irreversible. Hay que trabajar duro, aguantar los golpes y esperar que las cosas mejoren. Pero, sinceramente, viendo todo esto... ¿Ustedes creen que el gobierno tendrá un plan sólido para enfrentar estos retos económicos y evitar que la situación se vaya al traste en el 2026, o simplemente seguiremos esperando milagros?
