Diay, maes, cuando uno cree que ya lo ha visto todo en las contrataciones del Estado, la realidad llega y le pega a uno un coscorrón para que se despierte. ¡Menuda torta la que se armó! Resulta que mientras aquí el ICE y medio gobierno le hacen ojitos a la empresa Datasys para el anhelado proyecto 5G, allá en Guatemala la cosa está que arde. Tanto, que la Interpol tuvo que venir hasta Sabana Oeste a llevarse detenido a uno de sus altos mandos, un guatemalteco de nombre Hugo Daniel Lemus. Y no, no fue por pasarse un semáforo en rojo; al mae lo buscan por malversación, fraude y legitimación de capitales. ¡Casi nada!
Para entender este despiche hay que devolverse un toque a 2023, a Guatemala. Allá, Datasys fue la encargada de montar el sistema para transmitir los resultados electorales, una vara conocida como TREP. El contrato fue por un platal, casi diez mil millones de colones, pero el sistema terminó siendo un dolor de cabeza, lleno de supuestas anomalías. La bronca escaló tanto que la fiscalía chapina empezó a investigar y, ¡sorpresa!, se encontraron con un posible esquema de corrupción. Ya habían detenido a otro contador de la empresa y ahora le tocó el turno a Lemus, quien, irónicamente, había sido el representante legal que dio la cara por Datasys ante el Congreso guatemalteco para jurar que todo estaba en orden. Claramente, a alguien no le cuadraron las cuentas.
Ahora, si usted piensa que este es un problema ajeno, un incendio en la casa del vecino, permítame decirle que el humo ya se nos metió hasta la cocina. Aquí en Costa Rica, Datasys no es ninguna desconocida. Durante la administración Chaves, sus contratos con el Estado pasaron de $11 a $66 millones de dólares como por arte de magia. Además, la Fiscalía tica ya le tiene el ojo puesto a un contrato con RACSA, también relacionado con el 5G, que se infló de $3 a $25 millones en menos de un año. Es decir, mientras en Guatemala los investigan por un proyecto tecnológico fallido, aquí les estamos abriendo la billetera para otro proyecto tecnológico todavía más grande y crítico. A la empresa, como dicen, le llueve sobre mojado.
Lo más increíble es el comunicado de Datasys, que intenta vender la idea de que la detención de su gerente de Tesorería es un asunto “estrictamente personal”. Es un intento casi tierno de apagar un incendio forestal con un vasito de agua. ¿Personal? ¿Un alto cargo financiero de la compañía, buscado por delitos financieros presuntamente cometidos en el ejercicio de sus funciones para la compañía? Mae, por favor. Aquí lo que está en juego no es la reputación de un solo individuo, sino la credibilidad de la empresa a la que podríamos confiarle la columna vertebral de las comunicaciones del país por las próximas décadas. El riesgo de que toda esta vara del 5G se nos vaya al traste es real y cada día más palpable.
Así que, mientras Lemus espera en una celda tica su probable extradición para enfrentar a la justicia guatemalteca, nosotros nos quedamos con una papa caliente en las manos. La captura de este funcionario no es un chisme farandulero, es una bandera roja del tamaño del Estadio Nacional ondeando frente a la licitación más importante de los últimos años. La pregunta del millón que queda en el aire es: ¿de verdad vamos a seguir adelante y entregarle el brete del 5G a una empresa metida en este despiche hasta el cuello? ¿O es hora de que el ICE y el gobierno le pongan un freno de mano a esto antes de que nos jalemos una torta histórica de la que nos vamos a arrepentir por años?
Para entender este despiche hay que devolverse un toque a 2023, a Guatemala. Allá, Datasys fue la encargada de montar el sistema para transmitir los resultados electorales, una vara conocida como TREP. El contrato fue por un platal, casi diez mil millones de colones, pero el sistema terminó siendo un dolor de cabeza, lleno de supuestas anomalías. La bronca escaló tanto que la fiscalía chapina empezó a investigar y, ¡sorpresa!, se encontraron con un posible esquema de corrupción. Ya habían detenido a otro contador de la empresa y ahora le tocó el turno a Lemus, quien, irónicamente, había sido el representante legal que dio la cara por Datasys ante el Congreso guatemalteco para jurar que todo estaba en orden. Claramente, a alguien no le cuadraron las cuentas.
Ahora, si usted piensa que este es un problema ajeno, un incendio en la casa del vecino, permítame decirle que el humo ya se nos metió hasta la cocina. Aquí en Costa Rica, Datasys no es ninguna desconocida. Durante la administración Chaves, sus contratos con el Estado pasaron de $11 a $66 millones de dólares como por arte de magia. Además, la Fiscalía tica ya le tiene el ojo puesto a un contrato con RACSA, también relacionado con el 5G, que se infló de $3 a $25 millones en menos de un año. Es decir, mientras en Guatemala los investigan por un proyecto tecnológico fallido, aquí les estamos abriendo la billetera para otro proyecto tecnológico todavía más grande y crítico. A la empresa, como dicen, le llueve sobre mojado.
Lo más increíble es el comunicado de Datasys, que intenta vender la idea de que la detención de su gerente de Tesorería es un asunto “estrictamente personal”. Es un intento casi tierno de apagar un incendio forestal con un vasito de agua. ¿Personal? ¿Un alto cargo financiero de la compañía, buscado por delitos financieros presuntamente cometidos en el ejercicio de sus funciones para la compañía? Mae, por favor. Aquí lo que está en juego no es la reputación de un solo individuo, sino la credibilidad de la empresa a la que podríamos confiarle la columna vertebral de las comunicaciones del país por las próximas décadas. El riesgo de que toda esta vara del 5G se nos vaya al traste es real y cada día más palpable.
Así que, mientras Lemus espera en una celda tica su probable extradición para enfrentar a la justicia guatemalteca, nosotros nos quedamos con una papa caliente en las manos. La captura de este funcionario no es un chisme farandulero, es una bandera roja del tamaño del Estadio Nacional ondeando frente a la licitación más importante de los últimos años. La pregunta del millón que queda en el aire es: ¿de verdad vamos a seguir adelante y entregarle el brete del 5G a una empresa metida en este despiche hasta el cuello? ¿O es hora de que el ICE y el gobierno le pongan un freno de mano a esto antes de que nos jalemos una torta histórica de la que nos vamos a arrepentir por años?