Maes, no sé ustedes, pero para mí no hay nada que grite más “¡ya casi es 15 de setiembre!” que escuchar a lo lejos el retumbar de un redoblante y las notas medio desafinadas de una lira. Es como un chip que se nos activa. Por eso, cuando me topé una nota en el Diario Extra sobre la gente del COVAO de Cartago, me pareció demasiado chiva y tenía que compartir la vara con ustedes. Resulta que los güilas se están preparando con todo para los desfiles y, honestamente, la iniciativa está a cachete y es un ejemplo de cómo se hacen bien las cosas.
Diay, es que no estamos hablando de cualquier cosa. La noticia cuenta que son como 250 estudiantes metidos en este proyecto. ¡Doscientos cincuenta! Eso es un montón de gente coordinando brete, tiempo y esfuerzo. Llevan cinco meses dándole que es un gusto, bajo la batuta del profe Juan Angulo. Y lo que más me llamó la atención fue el repertorio. O sea, no es solo el Himno Nacional y cuatro marchas ahí todas tiesas. ¡No, señor! Estos maes se van a mandar con piezas como “Violencia” de Los Hicsos y “La dueña del swing” de los Hermanos Rosario. ¡Puro sabor! Imagínense ese nivel de compromiso para montar 14 piezas que van desde lo folclórico hasta clásicos que ponen a bailar a cualquiera. ¡Qué nivel!
Y aquí es donde la vara se pone todavía más admirable. El artículo resalta algo que a menudo se nos olvida: el sacrificio detrás del espectáculo. Estos estudiantes no están descuidando las lecciones. ¡Para nada! Están usando parte de su hora de almuerzo para ensayar. Piénsenlo un toque: en lugar de ir a mejenguear o a echar cuento, están ahí, bajo el sol, puliendo cada nota y cada paso. Y no estamos hablando solo de estudiantes de música, ojo. Hay gente de mecánica de precisión, de dibujo publicitario, de electrónica industrial. Maes que pasan el día entre chereques, cables y planos, y que luego agarran un tambor o una trompeta con la misma disciplina. Eso, para mí, demuestra un compromiso que ya muchos quisieran.
Como dice el director del cole, José Ortega, esto va más allá de un simple desfile. Es forjar carácter. La puntualidad, el trabajo en equipo, la disciplina... son valores que les van a servir para toda la vida, sin importar si terminan siendo ingenieros, artistas o lo que sea. En un país y en una época donde a veces parece que todo es quejarse y verle el pelo a la sopa, ver a un grupo tan grande de jóvenes metiéndole tanto cariño a una tradición tan nuestra es, simplemente, un respiro de aire fresco. Es la prueba de que no todo está perdido y que el sentido de pertenencia y el amor por la cultura tica siguen vivos en las aulas.
En serio, ver a 250 carajillos, de carreras súper técnicas, sacando tiempo de su almuerzo para pulir cada nota de "La dueña del swing" y representar a su institución con orgullo... eso, maes, es un carga. Es un recordatorio de que las fiestas patrias son mucho más que un feriado. Son la suma de estos pequeños esfuerzos, de esta pasión que se cocina a fuego lento en los patios de los colegios de todo el país. Mi respeto total para la gente del COVAO. Ojalá suenen increíble y nos pongan a todos a celebrar como se debe.
Así que les pregunto, gente del foro: ¿Qué otras bandas de cole les traen recuerdos? ¿Cuál es esa canción de fiestas patrias que los transporta directo a la escuela o al cole, con el sol pegando y el olor a algodón de azúcar en el aire? ¡Cuenten sus historias!
Diay, es que no estamos hablando de cualquier cosa. La noticia cuenta que son como 250 estudiantes metidos en este proyecto. ¡Doscientos cincuenta! Eso es un montón de gente coordinando brete, tiempo y esfuerzo. Llevan cinco meses dándole que es un gusto, bajo la batuta del profe Juan Angulo. Y lo que más me llamó la atención fue el repertorio. O sea, no es solo el Himno Nacional y cuatro marchas ahí todas tiesas. ¡No, señor! Estos maes se van a mandar con piezas como “Violencia” de Los Hicsos y “La dueña del swing” de los Hermanos Rosario. ¡Puro sabor! Imagínense ese nivel de compromiso para montar 14 piezas que van desde lo folclórico hasta clásicos que ponen a bailar a cualquiera. ¡Qué nivel!
Y aquí es donde la vara se pone todavía más admirable. El artículo resalta algo que a menudo se nos olvida: el sacrificio detrás del espectáculo. Estos estudiantes no están descuidando las lecciones. ¡Para nada! Están usando parte de su hora de almuerzo para ensayar. Piénsenlo un toque: en lugar de ir a mejenguear o a echar cuento, están ahí, bajo el sol, puliendo cada nota y cada paso. Y no estamos hablando solo de estudiantes de música, ojo. Hay gente de mecánica de precisión, de dibujo publicitario, de electrónica industrial. Maes que pasan el día entre chereques, cables y planos, y que luego agarran un tambor o una trompeta con la misma disciplina. Eso, para mí, demuestra un compromiso que ya muchos quisieran.
Como dice el director del cole, José Ortega, esto va más allá de un simple desfile. Es forjar carácter. La puntualidad, el trabajo en equipo, la disciplina... son valores que les van a servir para toda la vida, sin importar si terminan siendo ingenieros, artistas o lo que sea. En un país y en una época donde a veces parece que todo es quejarse y verle el pelo a la sopa, ver a un grupo tan grande de jóvenes metiéndole tanto cariño a una tradición tan nuestra es, simplemente, un respiro de aire fresco. Es la prueba de que no todo está perdido y que el sentido de pertenencia y el amor por la cultura tica siguen vivos en las aulas.
En serio, ver a 250 carajillos, de carreras súper técnicas, sacando tiempo de su almuerzo para pulir cada nota de "La dueña del swing" y representar a su institución con orgullo... eso, maes, es un carga. Es un recordatorio de que las fiestas patrias son mucho más que un feriado. Son la suma de estos pequeños esfuerzos, de esta pasión que se cocina a fuego lento en los patios de los colegios de todo el país. Mi respeto total para la gente del COVAO. Ojalá suenen increíble y nos pongan a todos a celebrar como se debe.
Así que les pregunto, gente del foro: ¿Qué otras bandas de cole les traen recuerdos? ¿Cuál es esa canción de fiestas patrias que los transporta directo a la escuela o al cole, con el sol pegando y el olor a algodón de azúcar en el aire? ¡Cuenten sus historias!
