Diay, maes, se acabó el recreo en la comisión legislativa que estaba viendo la vara de la inmunidad del presi Rodrigo Chaves y, para serles franco, esto se está poniendo como un novelón político de los buenos. Después de días de audiencias y papeles, la cosa quedó clara: no hay un solo camino. Ahora tenemos dos informes que van para el Plenario, y cada uno cuenta una historia completamente distinta. Por un lado, las diputadas Andrea Álvarez (PLN) y Rocío Alfaro (Frente Amplio) van a recomendar que se le levante el fuero a Chaves. Por el otro, como era de esperarse, el diputado oficialista Daniel Vargas va a defender a capa y espada que no se toque al mandatario. El verdadero despiche apenas está por comenzar.
Lo más interesante de este primer round es la estrategia. Álvarez y Alfaro, a pesar de venir de aceras políticas que normalmente ni se saludan, están pensando en unificar su criterio en un solo documento. ¿La jugada? Presentar un “informe de mayoría”. En el ajedrez legislativo, eso le da prioridad y más peso político cuando la discusión llegue al Plenario. Es una movida inteligente. Andrea Álvarez, que además preside la comisión, básicamente dijo que era lo más lógico, y Alfaro le hizo segunda, señalando que aunque sus análisis tienen énfasis distintos, al final del día llegan a la misma conclusión. Mientras tanto, el diputado Vargas ya se resignó a que su defensa será un “informe de minoría”. O sea, desde ya se está pintando la cancha para la batalla campal que se nos viene.
Y como si la vara no estuviera ya lo suficientemente enredada, tenemos el mini-drama del ministro de Cultura, Jorge Rodríguez. El mae llegó a la comisión y, en un acto de aparente transparencia, dijo que renunciaba a su inmunidad. ¡Punto y final, caso cerrado! dirían algunos. De hecho, así lo ven la diputada Álvarez y el oficialista Vargas. Pero Rocío Alfaro, la frenteamplista, salió a decir que un momentito, que esa vara no es como renunciar al brete. Según ella, el fuero no es un chunche personal del que uno se puede deshacer cuando le da la gana; la Asamblea tiene que votarlo sí o sí. Al final, parece que esa torta la tendrá que resolver el presidente del Congreso, Rodrigo Arias, pero no deja de ser un ejemplo perfecto del enredo legal y político en el que están metidos.
Ahora, ¿qué sigue? El lunes votan estos informes en la comisión y de ahí pasan al gran escenario: el Plenario. Ojo, y esto es clave: lo que diga la comisión es una simple recomendación. No obliga a nadie. El verdadero brete empieza ahora para los 57 diputados, que tendrán que decidir el futuro del presidente. Para levantar la inmunidad se ocupa una mayoría calificada, o sea, 38 votos. ¡Casi nada! Ya hay gente como Leslye Bojorges que adelantó que votará en contra, pero la mayoría de las fracciones grandes siguen en silencio. Chaves, por su parte, tendrá 30 minutos para ir a dar su discurso y defenderse ante los diputados antes de que empiece la votación. Será todo un espectáculo.
Al final, todo se reduce a un juego de números y lealtades políticas que es casi imposible de predecir. La misma Andrea Álvarez confesó que, hasta este viernes, no había hablado del tema con su propia fracción de Liberación Nacional. Si la presidenta de la comisión investigadora no tiene ni idea de cómo van a votar sus propios compañeros de partido, imagínense el nivel de incertidumbre que hay. Esto va más allá de si Chaves es culpable o inocente del supuesto delito de concusión; se ha convertido en una prueba de fuerza política. La pregunta que queda en el aire es: ¿votarán los diputados con la cabeza, con el hígado o con la calculadora electoral en la mano?
Y para ustedes, la gente del foro: ¿Creen que la Asamblea logrará los 38 votos? ¿O esto es puro show político y al final no va a pasar nada? ¡Los leo!
Lo más interesante de este primer round es la estrategia. Álvarez y Alfaro, a pesar de venir de aceras políticas que normalmente ni se saludan, están pensando en unificar su criterio en un solo documento. ¿La jugada? Presentar un “informe de mayoría”. En el ajedrez legislativo, eso le da prioridad y más peso político cuando la discusión llegue al Plenario. Es una movida inteligente. Andrea Álvarez, que además preside la comisión, básicamente dijo que era lo más lógico, y Alfaro le hizo segunda, señalando que aunque sus análisis tienen énfasis distintos, al final del día llegan a la misma conclusión. Mientras tanto, el diputado Vargas ya se resignó a que su defensa será un “informe de minoría”. O sea, desde ya se está pintando la cancha para la batalla campal que se nos viene.
Y como si la vara no estuviera ya lo suficientemente enredada, tenemos el mini-drama del ministro de Cultura, Jorge Rodríguez. El mae llegó a la comisión y, en un acto de aparente transparencia, dijo que renunciaba a su inmunidad. ¡Punto y final, caso cerrado! dirían algunos. De hecho, así lo ven la diputada Álvarez y el oficialista Vargas. Pero Rocío Alfaro, la frenteamplista, salió a decir que un momentito, que esa vara no es como renunciar al brete. Según ella, el fuero no es un chunche personal del que uno se puede deshacer cuando le da la gana; la Asamblea tiene que votarlo sí o sí. Al final, parece que esa torta la tendrá que resolver el presidente del Congreso, Rodrigo Arias, pero no deja de ser un ejemplo perfecto del enredo legal y político en el que están metidos.
Ahora, ¿qué sigue? El lunes votan estos informes en la comisión y de ahí pasan al gran escenario: el Plenario. Ojo, y esto es clave: lo que diga la comisión es una simple recomendación. No obliga a nadie. El verdadero brete empieza ahora para los 57 diputados, que tendrán que decidir el futuro del presidente. Para levantar la inmunidad se ocupa una mayoría calificada, o sea, 38 votos. ¡Casi nada! Ya hay gente como Leslye Bojorges que adelantó que votará en contra, pero la mayoría de las fracciones grandes siguen en silencio. Chaves, por su parte, tendrá 30 minutos para ir a dar su discurso y defenderse ante los diputados antes de que empiece la votación. Será todo un espectáculo.
Al final, todo se reduce a un juego de números y lealtades políticas que es casi imposible de predecir. La misma Andrea Álvarez confesó que, hasta este viernes, no había hablado del tema con su propia fracción de Liberación Nacional. Si la presidenta de la comisión investigadora no tiene ni idea de cómo van a votar sus propios compañeros de partido, imagínense el nivel de incertidumbre que hay. Esto va más allá de si Chaves es culpable o inocente del supuesto delito de concusión; se ha convertido en una prueba de fuerza política. La pregunta que queda en el aire es: ¿votarán los diputados con la cabeza, con el hígado o con la calculadora electoral en la mano?
Y para ustedes, la gente del foro: ¿Creen que la Asamblea logrará los 38 votos? ¿O esto es puro show político y al final no va a pasar nada? ¡Los leo!