¡Ay, dios mío! Esto sí que está picante, mi gente. Parece que el gobierno está jugando duro con las radios comunitarias y las emisoras locales, y la cosa huele a gallina culeada. La diputada Johana Obando soltó la bomba en el Foro Legislativo, acusando al Presidente Chaves de traicionar a aquellos medios que lo respaldaron a punta de sangre durante la campaña.
Según la diputada, la subasta de frecuencias está diseñada para favorecer a unos pocos y dejar a muchos varados. No estamos hablando de algo abstracto, bretes. Estamos hablando de estaciones que llevan décadas sirviendo a las comunidades, informando y entreteniendo, especialmente en esos rincones del país donde la señal nacional no llega ni a medias. La situación está tan fea que hasta los dueños de las radios más grandes están resoplando y buscando cómo defenderse, dicen que esto les está sacando canas verdes.
Obando no anduvo con rodeos y dijo textualmente: "Así paga Rodrigo Chaves". Es decir, una vez que los medios ya cumplieron su función de propaganda gubernamental, los dejaron botar. ¿Les suena familiar? Porque parece que hemos visto esta película antes, muchachos. Ese estilo de gobernar, de usar a la gente hasta sacarla jugo, nos da escalofríos, diay.
La diputada también mencionó nombres propios, dando ejemplos concretos de emisoras que están en peligro crítico. Radio Sinfonola, Columbia, Elite Radio, Radio Cultural de Turrialba, Radio La Fuente Musical – ¡una barbaridad! Pero el caso que más le dio pena fue el de La Voz de Talamanca, un medio esencial para las comunidades indígenas de esa región. Imaginen, mi gente, quedarse sin voz, sin la posibilidad de recibir información vital, especialmente en tiempos de emergencia. ¡Eso es quitarles hasta el aire!
Pero no solo eso, la diputada Obando tocó otro tema candente: la disminución del apoyo popular al gobierno. Dice que ya no hay tanto “chavismo” como antes, que la gente está cansada de promesas incumplidas y de decisiones arbitrarias. ¿Será cierto? Muchos analistas señalan que la frustración con la gestión económica y la percepción de corrupción están erosionando la credibilidad del mandatario. De hecho, en las redes sociales la cosa está más tranquila, no hay tantos defensores acérrimos como antes, aunque todavía queda algunos súper fanáticos, claro.
Y para colmo, salió el señor Cisneros a echar más leña al fuego, diciendo que los dueños de los medios se acostumbraron a robar por setenta años. ¡Uy, qué bochorno! Aunque sea verdad, ¿cómo expresarlo de esa manera? Eso no ayuda a calmar las aguas, más bien aviva aún más la polémica. Que hombre bronco... Pero bueno, dejando de lado los dichos fuertes, la realidad es que el futuro de muchas emisoras está en juego, y con ellas, el acceso a la información y la diversidad de voces en nuestra sociedad.
Este asunto de la subasta de frecuencias es más complejo de lo que parece a simple vista. Hay intereses económicos poderosos detrás, y la regulación de las comunicaciones es un terreno pantanoso donde políticos, empresarios y ciudadanos chocan constantemente. Lo importante es que estemos atentos a lo que está pasando y que exijamos transparencia y justicia en este proceso. Porque si no, quién nos va a contar lo que pasa en nuestro propio país, maes?
Ahora, díganme ustedes, ¿creen que el gobierno está priorizando sus intereses políticos sobre el derecho de las comunidades a estar informadas? ¿Consideran que la subasta de frecuencias es justa y transparente, o es un intento de controlar el flujo de información en Costa Rica?
Según la diputada, la subasta de frecuencias está diseñada para favorecer a unos pocos y dejar a muchos varados. No estamos hablando de algo abstracto, bretes. Estamos hablando de estaciones que llevan décadas sirviendo a las comunidades, informando y entreteniendo, especialmente en esos rincones del país donde la señal nacional no llega ni a medias. La situación está tan fea que hasta los dueños de las radios más grandes están resoplando y buscando cómo defenderse, dicen que esto les está sacando canas verdes.
Obando no anduvo con rodeos y dijo textualmente: "Así paga Rodrigo Chaves". Es decir, una vez que los medios ya cumplieron su función de propaganda gubernamental, los dejaron botar. ¿Les suena familiar? Porque parece que hemos visto esta película antes, muchachos. Ese estilo de gobernar, de usar a la gente hasta sacarla jugo, nos da escalofríos, diay.
La diputada también mencionó nombres propios, dando ejemplos concretos de emisoras que están en peligro crítico. Radio Sinfonola, Columbia, Elite Radio, Radio Cultural de Turrialba, Radio La Fuente Musical – ¡una barbaridad! Pero el caso que más le dio pena fue el de La Voz de Talamanca, un medio esencial para las comunidades indígenas de esa región. Imaginen, mi gente, quedarse sin voz, sin la posibilidad de recibir información vital, especialmente en tiempos de emergencia. ¡Eso es quitarles hasta el aire!
Pero no solo eso, la diputada Obando tocó otro tema candente: la disminución del apoyo popular al gobierno. Dice que ya no hay tanto “chavismo” como antes, que la gente está cansada de promesas incumplidas y de decisiones arbitrarias. ¿Será cierto? Muchos analistas señalan que la frustración con la gestión económica y la percepción de corrupción están erosionando la credibilidad del mandatario. De hecho, en las redes sociales la cosa está más tranquila, no hay tantos defensores acérrimos como antes, aunque todavía queda algunos súper fanáticos, claro.
Y para colmo, salió el señor Cisneros a echar más leña al fuego, diciendo que los dueños de los medios se acostumbraron a robar por setenta años. ¡Uy, qué bochorno! Aunque sea verdad, ¿cómo expresarlo de esa manera? Eso no ayuda a calmar las aguas, más bien aviva aún más la polémica. Que hombre bronco... Pero bueno, dejando de lado los dichos fuertes, la realidad es que el futuro de muchas emisoras está en juego, y con ellas, el acceso a la información y la diversidad de voces en nuestra sociedad.
Este asunto de la subasta de frecuencias es más complejo de lo que parece a simple vista. Hay intereses económicos poderosos detrás, y la regulación de las comunicaciones es un terreno pantanoso donde políticos, empresarios y ciudadanos chocan constantemente. Lo importante es que estemos atentos a lo que está pasando y que exijamos transparencia y justicia en este proceso. Porque si no, quién nos va a contar lo que pasa en nuestro propio país, maes?
Ahora, díganme ustedes, ¿creen que el gobierno está priorizando sus intereses políticos sobre el derecho de las comunidades a estar informadas? ¿Consideran que la subasta de frecuencias es justa y transparente, o es un intento de controlar el flujo de información en Costa Rica?