¡Ay, papá! Quién iba a decir que un fogoncito en medio de las montañas de Peñas Blancas se convertiría en un ejemplo de cómo darle una mano a quienes más lo necesitan y rescatar la sazón de nuestra abuela. Se trata de 'El Fogón de Chela', un restaurante que no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma, demostrando que con esfuerzo, cariño y un poquito de maña, se puede construir algo grande.
Peñas Blancas, un distrito tranquilo cerca de La Fortuna, a veces pasa desapercibido. Pero aquí, en medio de la bruma y la vegetación exuberante, Isela Jiménez, alias Chela, vio una oportunidad. Después de perderlo todo durante la pandemia, decidió ponerle empeño a recuperar su hogar y construir una casita para su abuelita, y qué mejor manera que con los sabores tradicionales de nuestro país.
Todo comenzó con unos pocos platos típicos vendidos a domicilio, sin esperar mucho éxito. "Usé un montón de tácticas de guerra, mándale, para atraer gente", recuerda Chela, riendo. La verdadera chispa llegó cuando una pareja de turistas, buscando dónde aliviar sus necesidades, probaron la comida y quedaron encantados. Escribieron una reseña que describió el lugar como 'la casa de Chela en medio de la jungla', y así, poco a poco, la gente empezó a llegar.
Hoy, 'El Fogón de Chela' es mucho más que un restaurante. Es un punto de encuentro para lugareños y visitantes, un sitio donde se comparten historias, se revive la memoria colectiva y, sobre todo, se crean oportunidades. El aroma a leña quemando, el sonido de la música folclórica y la calidez de la atención hacen que te sientas como en casa, ¡como dice Chela, como en su propia sala!
Pero la verdadera magia de este fogón radica en el empoderamiento de mujeres de la comunidad. Chela tiene tres colaboradoras directas, mamás solteras que han encontrado en este negocio una fuente de ingresos y estabilidad. Además, contrata personal extra durante las temporadas altas, generando aún más empleos. Como bien dice Chela, "Tengo el privilegio de contar con estas mamás, y eso sí me da mucha satisfacción.">
Entre esas mujeres está Francella López, quien ha trabajado junto a Chela desde los inicios, cuando éramos solo nosotras dos. "Gracias a ella, mis hijos ahora tienen una condición más cómoda", confiesa Francella con una sonrisa. Y luego está Seidy Herrera, quien asegura que el Fogón ha sido una bendición para su bebé y toda su familia. Estas mujeres, a través del sudor de su frente, mantienen viva la tradición culinaria costarricense y le dan un toque especial al Fogón de Chela.
El restaurante abraza la autenticidad. La cocina permanece abierta para que los comensales puedan observar el proceso de preparación, directamente del fogón de leña. Turistas y nacionales aplauden este concepto único, recordando los sabores de la infancia, el cariño de sus propias abuelas. No es un restaurante cualquiera; es una experiencia cultural, con paredes adornadas de frases típicas y un ambiente acogedor que invita a quedarse horas conversando, a compartir un cafecito y, como dice el rótulo de Chela, ¡a echar el chisme!
Ahora, 'El Fogón de Chela' forma parte del Comité de Turismo de Peñas Blancas, impulsando el desarrollo sostenible del distrito y dando visibilidad a sus atractivos naturales y culturales. Con el apoyo de la Municipalidad de San Ramón, Peñas Blancas pinta un futuro prometedor, basado en la autenticidad, la hospitalidad y, por supuesto, ¡la deliciosa comida hecha con amor!. ¿Ustedes creen que iniciativas como 'El Fogón de Chela' podrían inspirar a otros distritos rurales a desarrollar estrategias de turismo comunitario similares?
Peñas Blancas, un distrito tranquilo cerca de La Fortuna, a veces pasa desapercibido. Pero aquí, en medio de la bruma y la vegetación exuberante, Isela Jiménez, alias Chela, vio una oportunidad. Después de perderlo todo durante la pandemia, decidió ponerle empeño a recuperar su hogar y construir una casita para su abuelita, y qué mejor manera que con los sabores tradicionales de nuestro país.
Todo comenzó con unos pocos platos típicos vendidos a domicilio, sin esperar mucho éxito. "Usé un montón de tácticas de guerra, mándale, para atraer gente", recuerda Chela, riendo. La verdadera chispa llegó cuando una pareja de turistas, buscando dónde aliviar sus necesidades, probaron la comida y quedaron encantados. Escribieron una reseña que describió el lugar como 'la casa de Chela en medio de la jungla', y así, poco a poco, la gente empezó a llegar.
Hoy, 'El Fogón de Chela' es mucho más que un restaurante. Es un punto de encuentro para lugareños y visitantes, un sitio donde se comparten historias, se revive la memoria colectiva y, sobre todo, se crean oportunidades. El aroma a leña quemando, el sonido de la música folclórica y la calidez de la atención hacen que te sientas como en casa, ¡como dice Chela, como en su propia sala!
Pero la verdadera magia de este fogón radica en el empoderamiento de mujeres de la comunidad. Chela tiene tres colaboradoras directas, mamás solteras que han encontrado en este negocio una fuente de ingresos y estabilidad. Además, contrata personal extra durante las temporadas altas, generando aún más empleos. Como bien dice Chela, "Tengo el privilegio de contar con estas mamás, y eso sí me da mucha satisfacción.">
Entre esas mujeres está Francella López, quien ha trabajado junto a Chela desde los inicios, cuando éramos solo nosotras dos. "Gracias a ella, mis hijos ahora tienen una condición más cómoda", confiesa Francella con una sonrisa. Y luego está Seidy Herrera, quien asegura que el Fogón ha sido una bendición para su bebé y toda su familia. Estas mujeres, a través del sudor de su frente, mantienen viva la tradición culinaria costarricense y le dan un toque especial al Fogón de Chela.
El restaurante abraza la autenticidad. La cocina permanece abierta para que los comensales puedan observar el proceso de preparación, directamente del fogón de leña. Turistas y nacionales aplauden este concepto único, recordando los sabores de la infancia, el cariño de sus propias abuelas. No es un restaurante cualquiera; es una experiencia cultural, con paredes adornadas de frases típicas y un ambiente acogedor que invita a quedarse horas conversando, a compartir un cafecito y, como dice el rótulo de Chela, ¡a echar el chisme!
Ahora, 'El Fogón de Chela' forma parte del Comité de Turismo de Peñas Blancas, impulsando el desarrollo sostenible del distrito y dando visibilidad a sus atractivos naturales y culturales. Con el apoyo de la Municipalidad de San Ramón, Peñas Blancas pinta un futuro prometedor, basado en la autenticidad, la hospitalidad y, por supuesto, ¡la deliciosa comida hecha con amor!. ¿Ustedes creen que iniciativas como 'El Fogón de Chela' podrían inspirar a otros distritos rurales a desarrollar estrategias de turismo comunitario similares?