¡Ay, Dios mío! Quién iba a decir que tan rápido nos dejaría Don Daniel. Seis meses ya desde que el mundo empresarial y familiar de Costa Rica perdieron a un hombreazo como él, Daniel Drew, el ex esposito de la querida Nancy Dobles. La verdad, todavía duele recordarlo, pero el tributo de su hijo, Daniel Jr., ha tocado fibras sensibles en todos nosotros.
Don Daniel, un nombre que resonaba en los corredores del poder y en los hogares costarricenses gracias a su trayectoria empresarial y a su relación pública con Nancy Dobles, enfrentó un enemigo silencioso, un derrame cerebral que lo mantuvo luchando durante días. Su partida, ocurrida un 14 de abril de 2025, marcó el fin de una etapa llena de éxitos profesionales y momentos personales significativos. Pero vaya que dejó un legado tremendo, así nomás.
Pero ahora, su hijo mayor, Daniel, ha querido ponerle voz a ese dolor y gratitud. A través de sus redes sociales, compartió unas palabras que te llegan al alma, revelando la profundidad del impacto que su padre tuvo en su vida. Más que un simple progenitor, Daniel Sr. fue un faro, un modelo a seguir, un héroe para su primogénito. Y qué canchero el chico, expresándose así, directo al corazón, como nosotros hablamos aquí en Costa Rica, ¿eh?
Las líneas escritas por el joven transmiten una admiración sincera y un profundo amor. "Más que mi padre, eres mi héroe", declara conmovido, resaltando la fortaleza y determinación que caracterizaban a su padre. No exagero, don Daniel era un mae con carácter, con visión, capaz de superar cualquier obstáculo que se le presentara. Esa tenacidad, esa chispa, parece haberla heredado el muchacho.
En medio de la nostalgia, el joven recuerda las valiosas lecciones impartidas por su padre: la importancia del crecimiento constante, el aprendizaje continuo y la ayuda al prójimo. "Me enseñaste a nunca dejar de crecer y a seguir aprendiendo...Eras sabio para tu edad, con ganas de compartir tus conocimientos y ayudar a los demás." Qué responsabilidad grande, vamos. Ser digno de ese legado no es fácil, brete considerable.
El tributo continúa destacando el cariño incondicional y el apoyo constante que Daniel Sr. brindó a su familia. Cada acción, cada gesto, estaba impregnado de amor y generosidad. "Todo lo que hago lleva una parte de ti… Te extrañaré cada día, pero sé que siempre estarás conmigo.” Éste sí que pega, diay. Ver ese tipo de sentimientos tan a flor de piel siempre aprieta el corazón.
Daniel Jr. concluye su emotivo mensaje reiterando su gratitud por cada momento compartido y el orgullo de ser hijo de un hombre ejemplar. Un mensaje cargado de respeto, amor y añoranza, que seguramente resuena en muchos corazones costarricenses que conocieron y admiraron a Don Daniel. Así es como se honra a los nuestros, con sinceridad y demostrando que el afecto trasciende incluso la muerte. El país entero, como digo, siente este dolor, aún.
Este conmovedor homenaje nos invita a reflexionar sobre el valor de la familia, la importancia de los valores y el legado que dejamos atrás. Nos hace pensar en aquellos seres queridos que ya no están con nosotros, pero cuyo recuerdo permanece vivo en nuestro corazón. ¿Ustedes creen que es importante mantener viva la memoria de quienes nos han dejado, compartiendo anécdotas y tributos como éste, o es mejor dejarlos descansar en paz?
Don Daniel, un nombre que resonaba en los corredores del poder y en los hogares costarricenses gracias a su trayectoria empresarial y a su relación pública con Nancy Dobles, enfrentó un enemigo silencioso, un derrame cerebral que lo mantuvo luchando durante días. Su partida, ocurrida un 14 de abril de 2025, marcó el fin de una etapa llena de éxitos profesionales y momentos personales significativos. Pero vaya que dejó un legado tremendo, así nomás.
Pero ahora, su hijo mayor, Daniel, ha querido ponerle voz a ese dolor y gratitud. A través de sus redes sociales, compartió unas palabras que te llegan al alma, revelando la profundidad del impacto que su padre tuvo en su vida. Más que un simple progenitor, Daniel Sr. fue un faro, un modelo a seguir, un héroe para su primogénito. Y qué canchero el chico, expresándose así, directo al corazón, como nosotros hablamos aquí en Costa Rica, ¿eh?
Las líneas escritas por el joven transmiten una admiración sincera y un profundo amor. "Más que mi padre, eres mi héroe", declara conmovido, resaltando la fortaleza y determinación que caracterizaban a su padre. No exagero, don Daniel era un mae con carácter, con visión, capaz de superar cualquier obstáculo que se le presentara. Esa tenacidad, esa chispa, parece haberla heredado el muchacho.
En medio de la nostalgia, el joven recuerda las valiosas lecciones impartidas por su padre: la importancia del crecimiento constante, el aprendizaje continuo y la ayuda al prójimo. "Me enseñaste a nunca dejar de crecer y a seguir aprendiendo...Eras sabio para tu edad, con ganas de compartir tus conocimientos y ayudar a los demás." Qué responsabilidad grande, vamos. Ser digno de ese legado no es fácil, brete considerable.
El tributo continúa destacando el cariño incondicional y el apoyo constante que Daniel Sr. brindó a su familia. Cada acción, cada gesto, estaba impregnado de amor y generosidad. "Todo lo que hago lleva una parte de ti… Te extrañaré cada día, pero sé que siempre estarás conmigo.” Éste sí que pega, diay. Ver ese tipo de sentimientos tan a flor de piel siempre aprieta el corazón.
Daniel Jr. concluye su emotivo mensaje reiterando su gratitud por cada momento compartido y el orgullo de ser hijo de un hombre ejemplar. Un mensaje cargado de respeto, amor y añoranza, que seguramente resuena en muchos corazones costarricenses que conocieron y admiraron a Don Daniel. Así es como se honra a los nuestros, con sinceridad y demostrando que el afecto trasciende incluso la muerte. El país entero, como digo, siente este dolor, aún.
Este conmovedor homenaje nos invita a reflexionar sobre el valor de la familia, la importancia de los valores y el legado que dejamos atrás. Nos hace pensar en aquellos seres queridos que ya no están con nosotros, pero cuyo recuerdo permanece vivo en nuestro corazón. ¿Ustedes creen que es importante mantener viva la memoria de quienes nos han dejado, compartiendo anécdotas y tributos como éste, o es mejor dejarlos descansar en paz?