¡Ay, Dios mío! Parece que algunos compañeros no entienden que manejar no es correr carreras. El exceso de velocidad se ha coronado otra vez como el enemigo número uno en nuestras carreteras, dejando un reguero de dolor y lamentablemente, 161 personas fallecidas entre enero y septiembre de este 2025. ¿Hasta cuándo vamos a seguir así?
Las autoridades de Tránsito nos ponen la cifra: 3,186 multas por ir a toda velocidad en estos primeros nueve meses del año. Esto significa que, aunque hayan puesto operativos y todo, todavía hay muchos puritos que creen que la carretera es su pista personal. Es una pena porque detrás de cada uno de esos autos hay familias enteras sufriendo.
Según datos oficiales del MOPT, estamos encaminados a tener otro año negro en cuanto a accidentes de tráfico. Si esto sigue así, ¡nos vamos al traste! Y eso nadie quiere, ¿verdad? La situación es tan seria que hasta Martín Sánchez Agüero, el subdirector de la Policía de Tránsito, tuvo que salir a decirnos que pensemos en las vidas que perdemos por esta irresponsabilidad.
Pero no es solo ir rápido, ¡es ir rápido donde no se debe! Tenemos 91 casos documentados de gente pasándose la velocidad cerca de escuelas y hospitales. ¡Imagínate! Con niños corriendo, con enfermos… ¡Qué falta de consideración!
Vamos a echarle un ojo a cómo andamos con esas multas: 575 conductores sancionados por exceder el límite en más de 40 kilómetros por hora –eso sí que es ir buscando problemas– , 1,045 personas por ir más de 30 kilómetros por encima del límite, y el grueso, 1,294 infractores, llevándose una multa por pasar el límite en 20 kilómetros por hora. Son números que dan que pensar, ¿eh?
Y ni hablar de la invasión de carril, que anda pegadita al exceso de velocidad como la sombra. Ahí tenemos 97 fallecidos este año, con 1,249 sanciones. Parece que algunos piensan que la calle es suya y pueden hacer lo que quieran. ¡No señor!
Además, la cosa no termina con una simple multa. Si te pasan de 120 kilómetros por hora, te sacan seis puntos de la licencia y tienes que ir a hacer el curso de reeducación vial. ¡Ahonda! Y si sigues haciendo estupideces, adiós al carnet. Ya sabes, amigo, las consecuencias están ahí para recordarte que la seguridad es lo primero.
En fin, parece que la imprudencia al volante sigue siendo un problema crónico en Costa Rica. La pregunta es: ¿Qué medidas adicionales debemos tomar para hacer que nuestros conductores entiendan que la velocidad excesiva no solo les pone en peligro a ellos, sino a todos los que compartimos la vía pública? Dejen sus ideas en los comentarios, ¡vamos a debatir!
Las autoridades de Tránsito nos ponen la cifra: 3,186 multas por ir a toda velocidad en estos primeros nueve meses del año. Esto significa que, aunque hayan puesto operativos y todo, todavía hay muchos puritos que creen que la carretera es su pista personal. Es una pena porque detrás de cada uno de esos autos hay familias enteras sufriendo.
Según datos oficiales del MOPT, estamos encaminados a tener otro año negro en cuanto a accidentes de tráfico. Si esto sigue así, ¡nos vamos al traste! Y eso nadie quiere, ¿verdad? La situación es tan seria que hasta Martín Sánchez Agüero, el subdirector de la Policía de Tránsito, tuvo que salir a decirnos que pensemos en las vidas que perdemos por esta irresponsabilidad.
Pero no es solo ir rápido, ¡es ir rápido donde no se debe! Tenemos 91 casos documentados de gente pasándose la velocidad cerca de escuelas y hospitales. ¡Imagínate! Con niños corriendo, con enfermos… ¡Qué falta de consideración!
Vamos a echarle un ojo a cómo andamos con esas multas: 575 conductores sancionados por exceder el límite en más de 40 kilómetros por hora –eso sí que es ir buscando problemas– , 1,045 personas por ir más de 30 kilómetros por encima del límite, y el grueso, 1,294 infractores, llevándose una multa por pasar el límite en 20 kilómetros por hora. Son números que dan que pensar, ¿eh?
Y ni hablar de la invasión de carril, que anda pegadita al exceso de velocidad como la sombra. Ahí tenemos 97 fallecidos este año, con 1,249 sanciones. Parece que algunos piensan que la calle es suya y pueden hacer lo que quieran. ¡No señor!
Además, la cosa no termina con una simple multa. Si te pasan de 120 kilómetros por hora, te sacan seis puntos de la licencia y tienes que ir a hacer el curso de reeducación vial. ¡Ahonda! Y si sigues haciendo estupideces, adiós al carnet. Ya sabes, amigo, las consecuencias están ahí para recordarte que la seguridad es lo primero.
En fin, parece que la imprudencia al volante sigue siendo un problema crónico en Costa Rica. La pregunta es: ¿Qué medidas adicionales debemos tomar para hacer que nuestros conductores entiendan que la velocidad excesiva no solo les pone en peligro a ellos, sino a todos los que compartimos la vía pública? Dejen sus ideas en los comentarios, ¡vamos a debatir!
