Maes, ¿se acuerdan de cuando la queja más común contra un doctor era que tenía mala letra o que lo hacía esperar a uno mil horas en la sala de espera? Pues bueno, parece que esos tiempos se acabaron. Ahora la vara es otra, y la verdad es que es un verdadero despiche. Resulta que, por primera vez en la historia, el principal dolor de cabeza para el Colegio de Médicos y Cirujanos no son los problemas entre el doctor y el paciente, sino el chorreo de denuncias por certificados médicos fraudulentos. Y el epicentro del temblor, como ya se imaginarán muchos, es el bendito dictamen para la licencia de conducir.
Vamos a los números, porque aquí es donde la cosa se pone color de hormiga. Según el mismo Colegio, la vara ha ido creciendo sin parar en la última década. Para que se hagan una idea del brinco: en 2016 se tramitaron 149 denuncias en total por diversas faltas. Avancemos a 2024 y la cifra se disparó a 504. Y ojo al dato: de esas 504, 164 fueron por dictámenes chuecos. Esa cantidad no solo es la más alta, sino que literalmente duplicó las quejas de siempre, las de la relación médico-paciente, que se quedaron en 83. La tendencia es tan clara que solo en la primera mitad de este año ya van 270 denuncias. ¡Qué torta!
Y diay, ¿cómo es que se jala la torta esta gente? La Fiscalía del Colegio ha encontrado de todo, y algunas prácticas son de no creer. Hay médicos que, estando ellos mismos incapacitados en su casa, mágicamente siguen emitiendo certificados como si nada. Otros se mandan con certificados retroactivos, como si tuvieran un DeLorean en el consultorio para viajar al pasado. Pero lo más increíble son los casos de doctores que firman hasta 80 certificados en un solo día. ¡Ochenta! Mae, ni que fueran una fotocopiadora humana. A eso súmenle la clásica competencia desleal, con precios por los suelos, o el descaro de darle el usuario y la contraseña del sistema a un tercero para que haga el brete. Todo mal.
Obviamente, este relajo no sale gratis. El Colegio de Médicos no se está quedando de brazos cruzados y ya están cayendo las sanciones, que ahora sí pegan duro. De las 26 suspensiones en firme que se han aplicado desde 2023, ¡16 son por esta vara de los certificados y la competencia desleal! Y no crean que son solo los doctores mañosos de toda la vida. Lo más salado es que en la lista hay hasta médicos recién graduados, gente que apenas empieza su carrera y ya se está quemando por entrarle a este negocio fácil. ¡Qué sal! Empezar el brete con una mancha así en el expediente debe ser durísimo y dice mucho del problema de fondo que tenemos.
Para intentar ponerle un candado a este despiche, el Colegio ya está moviendo fichas. Metieron un sistema de doble autenticación en la plataforma digital (a ver si así se les complica a los que prestan la clave) y están pidiendo que se inhabilite temporalmente a los médicos que están bajo investigación, para que no sigan en las mismas mientras se resuelve su caso. La reforma de 2020 parece que por fin le puso dientes a las sanciones, que antes eran de chiste. Pero la pregunta del millón queda en el aire y aquí es donde quiero oírlos a ustedes, foro... ¿Creen que estas medidas tecnológicas y las suspensiones son suficientes? ¿O estamos ante un problema más profundo, de ética profesional, que un simple login no va a arreglar? ¿Alguno ha tenido una experiencia extraña sacando el dictamen? ¡Cuenten todo!
Vamos a los números, porque aquí es donde la cosa se pone color de hormiga. Según el mismo Colegio, la vara ha ido creciendo sin parar en la última década. Para que se hagan una idea del brinco: en 2016 se tramitaron 149 denuncias en total por diversas faltas. Avancemos a 2024 y la cifra se disparó a 504. Y ojo al dato: de esas 504, 164 fueron por dictámenes chuecos. Esa cantidad no solo es la más alta, sino que literalmente duplicó las quejas de siempre, las de la relación médico-paciente, que se quedaron en 83. La tendencia es tan clara que solo en la primera mitad de este año ya van 270 denuncias. ¡Qué torta!
Y diay, ¿cómo es que se jala la torta esta gente? La Fiscalía del Colegio ha encontrado de todo, y algunas prácticas son de no creer. Hay médicos que, estando ellos mismos incapacitados en su casa, mágicamente siguen emitiendo certificados como si nada. Otros se mandan con certificados retroactivos, como si tuvieran un DeLorean en el consultorio para viajar al pasado. Pero lo más increíble son los casos de doctores que firman hasta 80 certificados en un solo día. ¡Ochenta! Mae, ni que fueran una fotocopiadora humana. A eso súmenle la clásica competencia desleal, con precios por los suelos, o el descaro de darle el usuario y la contraseña del sistema a un tercero para que haga el brete. Todo mal.
Obviamente, este relajo no sale gratis. El Colegio de Médicos no se está quedando de brazos cruzados y ya están cayendo las sanciones, que ahora sí pegan duro. De las 26 suspensiones en firme que se han aplicado desde 2023, ¡16 son por esta vara de los certificados y la competencia desleal! Y no crean que son solo los doctores mañosos de toda la vida. Lo más salado es que en la lista hay hasta médicos recién graduados, gente que apenas empieza su carrera y ya se está quemando por entrarle a este negocio fácil. ¡Qué sal! Empezar el brete con una mancha así en el expediente debe ser durísimo y dice mucho del problema de fondo que tenemos.
Para intentar ponerle un candado a este despiche, el Colegio ya está moviendo fichas. Metieron un sistema de doble autenticación en la plataforma digital (a ver si así se les complica a los que prestan la clave) y están pidiendo que se inhabilite temporalmente a los médicos que están bajo investigación, para que no sigan en las mismas mientras se resuelve su caso. La reforma de 2020 parece que por fin le puso dientes a las sanciones, que antes eran de chiste. Pero la pregunta del millón queda en el aire y aquí es donde quiero oírlos a ustedes, foro... ¿Creen que estas medidas tecnológicas y las suspensiones son suficientes? ¿O estamos ante un problema más profundo, de ética profesional, que un simple login no va a arreglar? ¿Alguno ha tenido una experiencia extraña sacando el dictamen? ¡Cuenten todo!