Maes, levante la mano el que no ha ido a celebrar un cumple, un aniversario o simplemente a darse un gustazo en El Novillo Alegre. Es casi un rito de paso. Pues resulta que esa experiencia, ese olorcito a parrilla que uno asocia con un buen rato en familia o con los compas, está a punto de cruzar fronteras. Agárrense, porque la reconocida cadena acaba de anunciar que en diciembre abre su primera franquicia fuera del país, y el primer destino es nada menos que San Salvador. ¡Qué nivel!
Y no, no es que van a mandar un contenedor con carne y ya. La jugada es mucho más seria. El primer local internacional va a estar en el distrito de San Benito, una de las zonas más movidas de la capital salvadoreña. Y ojo al detalle: van a replicar el chunche completo. La vara es que se sienta igual que acá, con jardines, salones privados y ese ambiente que mezcla lo elegante con lo familiar. Para lograrlo, se aliaron con un peso pesado de allá, el Grupo Cireba, que ya maneja un montón de restaurantes. O sea, no se están mandando solos, van con gente que conoce el mercado. La promesa es que el menú, la calidad de los cortes y hasta la carta de vinos (con el respaldo de Olé Gourmet) serán un calco de la experiencia tica.
Ahora, vamos a lo que nos interesa a todos: el brete detrás de esta expansión. Según Leandro Aldaburu, el gerente general de El Novillo Alegre, este es un proyecto que vienen cocinando a fuego lento desde hace tiempo. Y una de las partes más interesantes es cómo van a garantizar que el servicio sea idéntico. Están barajando dos opciones: o se llevan a colaboradores ticos a capacitar al nuevo personal en San Salvador, o se traen a los salvadoreños para que aprendan el teje y maneje directamente en los locales de aquí. Para mí, ese es el detalle que marca la diferencia. No se trata solo de vender una marca, sino de exportar una cultura de servicio. Quieren que el mesero que te atienda allá sepa tanto del lomito como el que te atiende en Escazú. ¡Eso está a cachete!
Diay, ¿y por qué El Salvador? Pues parece que no fue una decisión al azar. Los maes le echaron el ojo porque la economía salvadoreña está mostrando un dinamismo interesante y el turismo anda para arriba. Esto genera un ambiente perfecto para que marcas extranjeras como la nuestra lleguen a invertir. Además, un dato no menor es que la economía de El Salvador está dolarizada, lo que facilita mantener precios competitivos y alineados con los de Costa Rica. Y esto es apenas el calentamiento, porque ya confirmaron que Panamá está en la mira para seguir consolidando su presencia en Centroamérica. Se ve que el plan es en grande.
Al final, más allá de la noticia de negocios, esta vara se siente como un pequeño triunfo para todos. Ver una marca que empezó como un restaurante pequeño y que ahora tiene 12 locales en todo el país y da el salto internacional, es algo que da orgullo. Es la prueba de que cuando las cosas se hacen bien, con constancia y calidad, se puede competir en cualquier lado. Es un pedacito de Costa Rica que se va a la conquista de la región. Así que, la próxima vez que pasemos por un Novillo Alegre, habrá que verlo con otros ojos: ya no es solo una parrilla tica, es un nuevo embajador gastronómico. ¡Qué chiva noticia!
Maes, ahora les tiro la bola a ustedes: más allá del orgullo que da ver a una marca tica crecer así, ¿qué otro restaurante o producto nacional creen ustedes que la pegaría con todo si se expandiera por Centroamérica? ¿Será que estamos viendo el inicio de una "invasión" gastronómica tica en la región? ¡Los leo!
Y no, no es que van a mandar un contenedor con carne y ya. La jugada es mucho más seria. El primer local internacional va a estar en el distrito de San Benito, una de las zonas más movidas de la capital salvadoreña. Y ojo al detalle: van a replicar el chunche completo. La vara es que se sienta igual que acá, con jardines, salones privados y ese ambiente que mezcla lo elegante con lo familiar. Para lograrlo, se aliaron con un peso pesado de allá, el Grupo Cireba, que ya maneja un montón de restaurantes. O sea, no se están mandando solos, van con gente que conoce el mercado. La promesa es que el menú, la calidad de los cortes y hasta la carta de vinos (con el respaldo de Olé Gourmet) serán un calco de la experiencia tica.
Ahora, vamos a lo que nos interesa a todos: el brete detrás de esta expansión. Según Leandro Aldaburu, el gerente general de El Novillo Alegre, este es un proyecto que vienen cocinando a fuego lento desde hace tiempo. Y una de las partes más interesantes es cómo van a garantizar que el servicio sea idéntico. Están barajando dos opciones: o se llevan a colaboradores ticos a capacitar al nuevo personal en San Salvador, o se traen a los salvadoreños para que aprendan el teje y maneje directamente en los locales de aquí. Para mí, ese es el detalle que marca la diferencia. No se trata solo de vender una marca, sino de exportar una cultura de servicio. Quieren que el mesero que te atienda allá sepa tanto del lomito como el que te atiende en Escazú. ¡Eso está a cachete!
Diay, ¿y por qué El Salvador? Pues parece que no fue una decisión al azar. Los maes le echaron el ojo porque la economía salvadoreña está mostrando un dinamismo interesante y el turismo anda para arriba. Esto genera un ambiente perfecto para que marcas extranjeras como la nuestra lleguen a invertir. Además, un dato no menor es que la economía de El Salvador está dolarizada, lo que facilita mantener precios competitivos y alineados con los de Costa Rica. Y esto es apenas el calentamiento, porque ya confirmaron que Panamá está en la mira para seguir consolidando su presencia en Centroamérica. Se ve que el plan es en grande.
Al final, más allá de la noticia de negocios, esta vara se siente como un pequeño triunfo para todos. Ver una marca que empezó como un restaurante pequeño y que ahora tiene 12 locales en todo el país y da el salto internacional, es algo que da orgullo. Es la prueba de que cuando las cosas se hacen bien, con constancia y calidad, se puede competir en cualquier lado. Es un pedacito de Costa Rica que se va a la conquista de la región. Así que, la próxima vez que pasemos por un Novillo Alegre, habrá que verlo con otros ojos: ya no es solo una parrilla tica, es un nuevo embajador gastronómico. ¡Qué chiva noticia!
Maes, ahora les tiro la bola a ustedes: más allá del orgullo que da ver a una marca tica crecer así, ¿qué otro restaurante o producto nacional creen ustedes que la pegaría con todo si se expandiera por Centroamérica? ¿Será que estamos viendo el inicio de una "invasión" gastronómica tica en la región? ¡Los leo!