Maes, vieran la vara. Resulta que mientras uno aquí está viendo a ver cómo llega a fin de mes, el subdirector del OIJ, Michael Soto, se fue de gira a Nashville, Tennessee. Pero no crean que a escuchar música country, el mae andaba en un brete serio y parece que le fue bastante bien. Se reunió con la gente de la Oficina Internacional de Asistencia Antinarcóticos de los gringos (el famoso INL) y, para resumir el cuento, logró que nos sigan soltando la platica para capacitar a la gente del OIJ y comprarles juguetes nuevos. Y cuando digo juguetes, me refiero a tecnología de punta para rastrear el despiche que tienen montado los grupos criminales en el país. ¡Qué tuanis!, porque falta que hace.
Ahora, seamos claros: esta ayuda no es porque los gringos sean unas almas de la caridad. Es porque la situación aquí se está poniendo color de hormiga. El mismo Soto se los tuvo que pintar clarito: el narcotráfico y el crimen organizado nos están comiendo vivos. Por eso, la jefa del INL, una señora Lesley C. Ziman, dijo que sí, que le entraban a seguir apoyando con equipo, capacitación y todo el chunchero necesario. Hablaron hasta de los famosos escáneres, que aunque son una novela del Ejecutivo, son vitales. Básicamente, el OIJ les dijo: "Mae, ocupamos ayuda para entrenar a los equipos que trabajan con la DEA, para entender la tecnología nueva y para no quedarnos botados". Y los gringos dijeron: "Dele, ahí les va el empujón".
Pero aquí viene lo más interesante, la carnita del asunto. Una de las varas que más les preocupa, tanto a ellos como a nosotros, es el tema de las criptomonedas. Ya no es como antes, que los narcos andaban con maletines llenos de harina. Ahora los maes son más tecnológicos y usan billeteras virtuales para mover la plata por todo el mundo sin que nadie se dé cuenta. Según Soto, aunque aquí ya se han reventado algunos casos, nos falta un mundo para poder controlar ese flujo de capital. "Falta más equipo, software y preparación", dijo el subdirector. En otras palabras, estamos jugando de locales con las reglas de visita. La idea es que Estados Unidos nos ayude a ponernos las pilas en ese campo, porque las bandas criminales le encontraron la comba al palo y están moviendo millones de esa forma.
Y justo cuando la noticia iba a cachete, con pura vibra positiva de que al menos se está haciendo algo, ¡pum!, sale el típico nubarrón para aguar la fiesta. Resulta que en esa misma reunión en Nashville estaba Stephen Madden, el director de la Policía de Control de Drogas (PCD). Lógicamente, los colegas de CRHoy quisieron hablar con él para que contara su parte de la historia. ¿Y qué pasó? Pues que un señor llamado Ronald Álvarez, que es jefe de prensa del Ministerio de Seguridad Y ADEMÁS asesor del ministro, simplemente dijo que no. Así, sin dar una sola justificación. El director de la PCD tenía toda la disposición de hablar, de contar en qué aportó, pero este mae le bajó el pulgar. ¡Qué torta más monumental de comunicación!
Entonces, al final uno se queda con un sabor agridulce. Por un lado, ¡qué chiva! que el OIJ esté buscando cómo modernizarse y que consiga recursos para enfrentar una bronca que nos afecta a todos. Eso es de aplaudir. Pero por otro lado, es increíble la falta de transparencia y el desorden en la comunicación del propio Ministerio de Seguridad. ¿Por qué negarle la entrevista al director de la PCD en un tema tan crucial? ¿Qué es lo que no querían que dijera? Se jala una torta así y lo único que logra es generar desconfianza y hacer que la gente piense mal. Es el ejemplo perfecto de cómo una buena noticia se puede ver manchada por una pésima gestión.
Diay, maes, ¿qué opinan ustedes? ¿Les da confianza que el OIJ se esté modernizando, o les preocupa más el nivel de bronca que tenemos encima y estas tortas de comunicación del gobierno? ¿Alcanza con plata gringa o el despiche es más de fondo?
Ahora, seamos claros: esta ayuda no es porque los gringos sean unas almas de la caridad. Es porque la situación aquí se está poniendo color de hormiga. El mismo Soto se los tuvo que pintar clarito: el narcotráfico y el crimen organizado nos están comiendo vivos. Por eso, la jefa del INL, una señora Lesley C. Ziman, dijo que sí, que le entraban a seguir apoyando con equipo, capacitación y todo el chunchero necesario. Hablaron hasta de los famosos escáneres, que aunque son una novela del Ejecutivo, son vitales. Básicamente, el OIJ les dijo: "Mae, ocupamos ayuda para entrenar a los equipos que trabajan con la DEA, para entender la tecnología nueva y para no quedarnos botados". Y los gringos dijeron: "Dele, ahí les va el empujón".
Pero aquí viene lo más interesante, la carnita del asunto. Una de las varas que más les preocupa, tanto a ellos como a nosotros, es el tema de las criptomonedas. Ya no es como antes, que los narcos andaban con maletines llenos de harina. Ahora los maes son más tecnológicos y usan billeteras virtuales para mover la plata por todo el mundo sin que nadie se dé cuenta. Según Soto, aunque aquí ya se han reventado algunos casos, nos falta un mundo para poder controlar ese flujo de capital. "Falta más equipo, software y preparación", dijo el subdirector. En otras palabras, estamos jugando de locales con las reglas de visita. La idea es que Estados Unidos nos ayude a ponernos las pilas en ese campo, porque las bandas criminales le encontraron la comba al palo y están moviendo millones de esa forma.
Y justo cuando la noticia iba a cachete, con pura vibra positiva de que al menos se está haciendo algo, ¡pum!, sale el típico nubarrón para aguar la fiesta. Resulta que en esa misma reunión en Nashville estaba Stephen Madden, el director de la Policía de Control de Drogas (PCD). Lógicamente, los colegas de CRHoy quisieron hablar con él para que contara su parte de la historia. ¿Y qué pasó? Pues que un señor llamado Ronald Álvarez, que es jefe de prensa del Ministerio de Seguridad Y ADEMÁS asesor del ministro, simplemente dijo que no. Así, sin dar una sola justificación. El director de la PCD tenía toda la disposición de hablar, de contar en qué aportó, pero este mae le bajó el pulgar. ¡Qué torta más monumental de comunicación!
Entonces, al final uno se queda con un sabor agridulce. Por un lado, ¡qué chiva! que el OIJ esté buscando cómo modernizarse y que consiga recursos para enfrentar una bronca que nos afecta a todos. Eso es de aplaudir. Pero por otro lado, es increíble la falta de transparencia y el desorden en la comunicación del propio Ministerio de Seguridad. ¿Por qué negarle la entrevista al director de la PCD en un tema tan crucial? ¿Qué es lo que no querían que dijera? Se jala una torta así y lo único que logra es generar desconfianza y hacer que la gente piense mal. Es el ejemplo perfecto de cómo una buena noticia se puede ver manchada por una pésima gestión.
Diay, maes, ¿qué opinan ustedes? ¿Les da confianza que el OIJ se esté modernizando, o les preocupa más el nivel de bronca que tenemos encima y estas tortas de comunicación del gobierno? ¿Alcanza con plata gringa o el despiche es más de fondo?