Mae, a veces uno ve las noticias y no sabe si reír, llorar o simplemente prepararse un café bien chorreado y aceptar que la política tica es un chunche complicado. Y el último despiche que se armó en la Asamblea Legislativa es la prueba perfecta de esto. Resulta que el Plenario se convirtió en una verdadera mejenga campal, todo por un comentario que soltó el presi, Rodrigo Chaves, allá en Guanacaste. La vara está tan caliente que 24 diputados votaron a favor de una moción para repudiar las palabras del mandatario, mientras que 14, incluyendo toda la bancada oficialista, le hicieron segunda y lo defendieron a capa y espada. ¡Qué torta se está armando!
Para los que han estado viviendo debajo de una piedra o muy ocupados en el brete, les hago un resumen rápido. El pasado 25 de julio, durante la celebración de la Anexión del Partido de Nicoya, el presidente Chaves estaba en un evento público y, en medio de la gente, se le acercó una familia. Al ver a una niña, se le ocurrió la "genial" idea de decirle a los papás: "me la regala y se la devuelvo cuando entre a la universidad". Diay, como se podrán imaginar, la frase cayó como una bomba. Una frase que, para ser claros, a cualquiera con dos dedos de frente le suena, como mínimo, a vara de tío incómodo en fiesta de Navidad. No es un secreto que el estilo del presidente es confrontativo y a veces se pasa de la raya, pero esta vez muchos sienten que se fue al traste por completo.
La reacción en Cuesta de Moras no se hizo esperar. Un grupo de diputadas, hartas de lo que consideran un patrón, redactaron una moción que no se andaba por las ramas. El texto es categórico: le piden al presidente que se abstenga de hacer "comentarios, bromas o mensajes que reproduzcan estereotipos sexistas". Y la parte más fuerte: "Repudiamos el comentario que realizó el pasado 25 de julio a una niña, provocando un espacio incómodo para una niña que confiadamente se le acercó. Las niñas no son objetos: sujetas de derechos y merecen crecer libres de violencia simbólica, sexual o institucional". Más claro, imposible. La moción aprovechó un homenaje al voto femenino para meterle el codazo a Chaves, una jugada políticamente astuta.
Y como en toda buena novela política tica, no podía faltar el encontronazo en el Plenario. La jefa de la fracción oficialista, Pilar Cisneros, salió a batear por su jefe, argumentando que todo era una exageración y un ataque político. Pero del otro lado de la cancha le salió Sofía Guillén, del Frente Amplio, que no se guardó nada. Guillén la fustigó durísimo, diciendo algo que resonó en todo el edificio: "De doña Pilar no me extraña, parece que está dedicada a justificar cuanta caballada haga Rodrigo Chaves". ¡"Caballada"! Esa palabra define perfectamente el sentimiento de muchos. Lo más interesante no fue solo la pelea entre ellas, sino ver quiénes más se sumaron a la defensa: Nueva República y varios diputados del PUSC votaron en contra de la moción, demostrando que el "chavismo" a veces tiene aliados inesperados.
Al final del día, esta vara va más allá de un mal chiste o una frase desafortunada. Esto se convirtió en otro round en la pelea de fondo que define este gobierno: el estilo Chaves contra el "establishment" político y las sensibilidades de una parte del país. Para sus seguidores, es un líder auténtico que habla sin filtros; para sus detractores, como la diputada Johana Obando que lo tildó de "sátiro", es una figura que normaliza discursos peligrosos. Lo que es innegable es que el presidente, una vez más, logró que todo el país hablara de él, dividiendo las aguas y poniendo a la Asamblea a gastar horas y saliva en su última polémica.
Pero bueno, ahora les toca a ustedes. ¿Ustedes qué piensan, compas? ¿Fue una exageración de la Asamblea o Chaves de verdad se jaló una torta y ya era hora de que le pusieran un alto? ¿O es que ya todo es un despiche político y esto es solo más leña para el fuego? ¡Los leo en los comentarios!
Para los que han estado viviendo debajo de una piedra o muy ocupados en el brete, les hago un resumen rápido. El pasado 25 de julio, durante la celebración de la Anexión del Partido de Nicoya, el presidente Chaves estaba en un evento público y, en medio de la gente, se le acercó una familia. Al ver a una niña, se le ocurrió la "genial" idea de decirle a los papás: "me la regala y se la devuelvo cuando entre a la universidad". Diay, como se podrán imaginar, la frase cayó como una bomba. Una frase que, para ser claros, a cualquiera con dos dedos de frente le suena, como mínimo, a vara de tío incómodo en fiesta de Navidad. No es un secreto que el estilo del presidente es confrontativo y a veces se pasa de la raya, pero esta vez muchos sienten que se fue al traste por completo.
La reacción en Cuesta de Moras no se hizo esperar. Un grupo de diputadas, hartas de lo que consideran un patrón, redactaron una moción que no se andaba por las ramas. El texto es categórico: le piden al presidente que se abstenga de hacer "comentarios, bromas o mensajes que reproduzcan estereotipos sexistas". Y la parte más fuerte: "Repudiamos el comentario que realizó el pasado 25 de julio a una niña, provocando un espacio incómodo para una niña que confiadamente se le acercó. Las niñas no son objetos: sujetas de derechos y merecen crecer libres de violencia simbólica, sexual o institucional". Más claro, imposible. La moción aprovechó un homenaje al voto femenino para meterle el codazo a Chaves, una jugada políticamente astuta.
Y como en toda buena novela política tica, no podía faltar el encontronazo en el Plenario. La jefa de la fracción oficialista, Pilar Cisneros, salió a batear por su jefe, argumentando que todo era una exageración y un ataque político. Pero del otro lado de la cancha le salió Sofía Guillén, del Frente Amplio, que no se guardó nada. Guillén la fustigó durísimo, diciendo algo que resonó en todo el edificio: "De doña Pilar no me extraña, parece que está dedicada a justificar cuanta caballada haga Rodrigo Chaves". ¡"Caballada"! Esa palabra define perfectamente el sentimiento de muchos. Lo más interesante no fue solo la pelea entre ellas, sino ver quiénes más se sumaron a la defensa: Nueva República y varios diputados del PUSC votaron en contra de la moción, demostrando que el "chavismo" a veces tiene aliados inesperados.
Al final del día, esta vara va más allá de un mal chiste o una frase desafortunada. Esto se convirtió en otro round en la pelea de fondo que define este gobierno: el estilo Chaves contra el "establishment" político y las sensibilidades de una parte del país. Para sus seguidores, es un líder auténtico que habla sin filtros; para sus detractores, como la diputada Johana Obando que lo tildó de "sátiro", es una figura que normaliza discursos peligrosos. Lo que es innegable es que el presidente, una vez más, logró que todo el país hablara de él, dividiendo las aguas y poniendo a la Asamblea a gastar horas y saliva en su última polémica.
Pero bueno, ahora les toca a ustedes. ¿Ustedes qué piensan, compas? ¿Fue una exageración de la Asamblea o Chaves de verdad se jaló una torta y ya era hora de que le pusieran un alto? ¿O es que ya todo es un despiche político y esto es solo más leña para el fuego? ¡Los leo en los comentarios!