Mae, seamos honestos. Fijo a más de uno le llegó esta mañana al chat de la familia o del brete la foto de esa columna de humo GIGANTE saliendo del Volcán Poás. Y claro, el primer pensamiento es: “listo, hasta aquí llegamos”. Empezaron a volar los audios, los stickers del fin del mundo y las tías reenviando cadenas con información de dudosa procedencia. Por un momento, parecía que el coloso se había enojado de verdad y que la cosa se iba a poner fea. La gente de Alajuela, Heredia y hasta de partes de San José ya estaba viendo por la ventana a ver si el cielo se ponía gris ceniza. Un sustillo mañanero para empezar bien la semana, ¿verdad?
Pero diay, antes de que todo el mundo saliera corriendo a comprar atún y agua embotellada, los maes que sí saben de la vara, la gente del Ovsicori, salieron a ponerle calma al asunto. Resulta que el súper escándalo no fue una erupción como las que vemos en las películas. Según los expertos, lo que vimos fue una “pluma vigorosa” de gas. En tico: el volcán sigue con su desgasificación a todo mecate, y por una combinación de factores, como el viento, la pluma de vapor y gases se vio súper vertical y aparatosa. Geoffroy Avard, uno de los vulcanólogos del Ovsicori, lo explicó clarito: el Poás vive en un constante proceso de liberar gases y, de vez en cuando, nos regala estos espectáculos visuales que nos aceleran el corazón.
Ahora, aquí es donde la cosa se pone interesante y para que nadie se jale una torta pensando que esto es un juego. Otro de los investigadores, Cyrill Muller, tiró una línea que es clave: aunque todo apunta a que fue principalmente la desgasificación normal con una ayudita del viento, no se puede descartar del todo una “pequeña perturbación del sistema magmático”. Ojo, no dijo que el magma viene subiendo para hacernos una fiesta de lava, sino que pudo haber un meneón interno, algo leve, que empujó esa cantidad de gas con más fuerza. Es como cuando uno agita una botella de gaseosa; no va a explotar toda la botella, pero al abrirla, el gas sale con más ganas. Esa es la vara, y por eso es que siempre hay que estar atentos a lo que dicen los que saben.
Lo cierto es que el Poás es así, tiene su carácter. Desde hace rato viene con un comportamiento de pequeñas erupciones de ceniza muy superficiales, casi como si estuviera limpiándose la garganta. El Ovsicori explica que esto pasa a menudo por derrumbes dentro del cráter, en la Boca A, que es básicamente el chunche por donde el volcán respira y saca todo el vapor, gases y calor. A veces, estos colapsos internos destapan una salida y ¡pum!, sale una bocanada. Lo de hoy fue más vaporoso y gaseoso que ceniza, por lo que, de momento, las comunidades cercanas pueden respirar tranquilas, literal y figurativamente. No hay peligro de que les caiga ese polvillo molesto en la ropa recién lavada.
Al final, el saldo del día es: un buen susto, unas fotos increíbles y una lección de vulcanología para principiantes. El Poás nos recordó que está vivo y activo, que es su brete ser así de impresionante. La verdad, ¡qué nivel de postales nos regaló el coloso! Demuestra la fuerza increíble de la naturaleza que tenemos aquí a la par. Pero más allá del show visual, me queda la duda... A ustedes en el foro, ¿también les llegó la cadena de pánico a WhatsApp? ¿Qué fue lo primero que pensaron o hicieron cuando vieron esa columna de gas? ¡Cuenten a ver!
Pero diay, antes de que todo el mundo saliera corriendo a comprar atún y agua embotellada, los maes que sí saben de la vara, la gente del Ovsicori, salieron a ponerle calma al asunto. Resulta que el súper escándalo no fue una erupción como las que vemos en las películas. Según los expertos, lo que vimos fue una “pluma vigorosa” de gas. En tico: el volcán sigue con su desgasificación a todo mecate, y por una combinación de factores, como el viento, la pluma de vapor y gases se vio súper vertical y aparatosa. Geoffroy Avard, uno de los vulcanólogos del Ovsicori, lo explicó clarito: el Poás vive en un constante proceso de liberar gases y, de vez en cuando, nos regala estos espectáculos visuales que nos aceleran el corazón.
Ahora, aquí es donde la cosa se pone interesante y para que nadie se jale una torta pensando que esto es un juego. Otro de los investigadores, Cyrill Muller, tiró una línea que es clave: aunque todo apunta a que fue principalmente la desgasificación normal con una ayudita del viento, no se puede descartar del todo una “pequeña perturbación del sistema magmático”. Ojo, no dijo que el magma viene subiendo para hacernos una fiesta de lava, sino que pudo haber un meneón interno, algo leve, que empujó esa cantidad de gas con más fuerza. Es como cuando uno agita una botella de gaseosa; no va a explotar toda la botella, pero al abrirla, el gas sale con más ganas. Esa es la vara, y por eso es que siempre hay que estar atentos a lo que dicen los que saben.
Lo cierto es que el Poás es así, tiene su carácter. Desde hace rato viene con un comportamiento de pequeñas erupciones de ceniza muy superficiales, casi como si estuviera limpiándose la garganta. El Ovsicori explica que esto pasa a menudo por derrumbes dentro del cráter, en la Boca A, que es básicamente el chunche por donde el volcán respira y saca todo el vapor, gases y calor. A veces, estos colapsos internos destapan una salida y ¡pum!, sale una bocanada. Lo de hoy fue más vaporoso y gaseoso que ceniza, por lo que, de momento, las comunidades cercanas pueden respirar tranquilas, literal y figurativamente. No hay peligro de que les caiga ese polvillo molesto en la ropa recién lavada.
Al final, el saldo del día es: un buen susto, unas fotos increíbles y una lección de vulcanología para principiantes. El Poás nos recordó que está vivo y activo, que es su brete ser así de impresionante. La verdad, ¡qué nivel de postales nos regaló el coloso! Demuestra la fuerza increíble de la naturaleza que tenemos aquí a la par. Pero más allá del show visual, me queda la duda... A ustedes en el foro, ¿también les llegó la cadena de pánico a WhatsApp? ¿Qué fue lo primero que pensaron o hicieron cuando vieron esa columna de gas? ¡Cuenten a ver!