Maes, hablemos de la última movida del PPSO. A simple vista, la vara suena bien: metieron un montón de gente joven, menor de 35 años, en las suplencias para las diputaciones. La noticia oficial dice que lo hicieron para cumplir con el estatuto del partido, que les exige un 20% de participación juvenil. Diay, uno lee eso y piensa "¡qué buena nota, al fin caras nuevas!". Pero como en toda buena serie de política tica, apenas uno rasca un poquito la pintura, empieza a ver que la procesión va por dentro y que el arroz con mango está servido.
Primero, los datos duros para que no digan que uno solo habla paja. La asamblea nacional del partido oficialista se reunió y soltó la lista de nombres. Por San José, los elegidos fueron Jordan Carrillo, María José Castro y Axel Bolaños; por Alajuela, Vivian Alvarado y Julio Rodríguez; por Cartago, Stephanie Guzmán y Óscar Villalta, y así con todas las provincias. En papel, es una jugada de manual para proyectar una imagen de renovación, de que le están dando pelota a la juventud y de que no son "los mismos de siempre". Un intento claro de lavarse la cara de cara a lo que se viene. Pero, ¿es un cambio real o solo es para cumplir con la cuota y que el Tribunal Supremo de Elecciones no los moleste?
Aquí es donde la cosa se pone color de hormiga y empieza el verdadero despiche. Resulta que en medio de toda esta fiesta de la "juventud al poder", a un delegado de Puntarenas, un mae llamado Carlos Vásquez, le hicieron la jugada sucia, o al menos eso denuncia él. El señor había presentado cuatro recursos de amparo contra el partido por broncas en el proceso de elección. Y, ¡qué casualidad!, justo a él lo dejaron por fuera de la asamblea. Según Vásquez, por orden de precedencia le tocaba a él participar como suplente, pero la presidenta del partido, Mayuli Ortega, decidió saltárselo y meter a alguien que estaba más abajo en la lista. ¡Qué sal!
La acusación de Vásquez no es cualquier cosa, es una bomba. Él lo dijo clarito: "Las voces disidentes las sacan de las asambleas para hacer lo que ellos quieran y que no haya testigos". O sea, está denunciando que lo silenciaron a propósito para poder manejar la asamblea a su antojo, sin gente incómoda haciendo preguntas. Obviamente, el Diario Extra fue a buscar a doña Mayuli, y ella, como era de esperarse, negó todo. Dijo que "no existe un orden de suplencias" y que el señor no fue retirado porque "todos tienen derecho a participar". Una respuesta que, siendo sinceros, suena bastante conveniente y deja más dudas que certezas. Si todos tienen derecho a participar, ¿por qué precisamente el que ha estado señalando broncas se quedó afuera?
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Al final, esta noticia es el retrato perfecto de nuestra política. Por un lado, un discurso público que habla de inclusión, de oportunidades para los jóvenes y de renovación. Por el otro, un pleito interno con acusaciones serias de silenciar a la oposición y de aplicar las viejas mañas de siempre. El PPSO se jaló una torta al permitir que un evento que debía ser una vitrina de modernidad terminara manchado por un zafarrancho que huele a dedazo y a control interno. Entonces, la pregunta del millón queda en el aire. Maes, ¿ustedes qué creen? ¿Es el PPSO de verdad abriéndole campo a la nueva generación o es puro teatro para la galería mientras siguen los mismos pleitos de siempre? ¿Le compran la historia de la renovación o les huele a más de lo mismo?
Primero, los datos duros para que no digan que uno solo habla paja. La asamblea nacional del partido oficialista se reunió y soltó la lista de nombres. Por San José, los elegidos fueron Jordan Carrillo, María José Castro y Axel Bolaños; por Alajuela, Vivian Alvarado y Julio Rodríguez; por Cartago, Stephanie Guzmán y Óscar Villalta, y así con todas las provincias. En papel, es una jugada de manual para proyectar una imagen de renovación, de que le están dando pelota a la juventud y de que no son "los mismos de siempre". Un intento claro de lavarse la cara de cara a lo que se viene. Pero, ¿es un cambio real o solo es para cumplir con la cuota y que el Tribunal Supremo de Elecciones no los moleste?
Aquí es donde la cosa se pone color de hormiga y empieza el verdadero despiche. Resulta que en medio de toda esta fiesta de la "juventud al poder", a un delegado de Puntarenas, un mae llamado Carlos Vásquez, le hicieron la jugada sucia, o al menos eso denuncia él. El señor había presentado cuatro recursos de amparo contra el partido por broncas en el proceso de elección. Y, ¡qué casualidad!, justo a él lo dejaron por fuera de la asamblea. Según Vásquez, por orden de precedencia le tocaba a él participar como suplente, pero la presidenta del partido, Mayuli Ortega, decidió saltárselo y meter a alguien que estaba más abajo en la lista. ¡Qué sal!
La acusación de Vásquez no es cualquier cosa, es una bomba. Él lo dijo clarito: "Las voces disidentes las sacan de las asambleas para hacer lo que ellos quieran y que no haya testigos". O sea, está denunciando que lo silenciaron a propósito para poder manejar la asamblea a su antojo, sin gente incómoda haciendo preguntas. Obviamente, el Diario Extra fue a buscar a doña Mayuli, y ella, como era de esperarse, negó todo. Dijo que "no existe un orden de suplencias" y que el señor no fue retirado porque "todos tienen derecho a participar". Una respuesta que, siendo sinceros, suena bastante conveniente y deja más dudas que certezas. Si todos tienen derecho a participar, ¿por qué precisamente el que ha estado señalando broncas se quedó afuera?
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Al final, esta noticia es el retrato perfecto de nuestra política. Por un lado, un discurso público que habla de inclusión, de oportunidades para los jóvenes y de renovación. Por el otro, un pleito interno con acusaciones serias de silenciar a la oposición y de aplicar las viejas mañas de siempre. El PPSO se jaló una torta al permitir que un evento que debía ser una vitrina de modernidad terminara manchado por un zafarrancho que huele a dedazo y a control interno. Entonces, la pregunta del millón queda en el aire. Maes, ¿ustedes qué creen? ¿Es el PPSO de verdad abriéndole campo a la nueva generación o es puro teatro para la galería mientras siguen los mismos pleitos de siempre? ¿Le compran la historia de la renovación o les huele a más de lo mismo?
