Maes, hay que hablar de la vara en el PUSC porque el asunto está que arde. Resulta que Juan Carlos Hidalgo, el candidato presidencial que nos prometió mano dura y cero tolerancia con la corrupción, lleva casi una semana haciendo un mutis espectacular. ¿El motivo? Su candidato estrella por el primer lugar de Alajuela, Jorge Arturo Campos, ya no es solo un "investigado", sino que figura como imputado en el Caso Richter. Diay, y aquí es donde la cosa se pone buena, porque el silencio de Hidalgo es tan, pero tan ruidoso, que ya empieza a parecer una confesión.
Para los que andan un toque perdidos, el Caso Richter no es cualquier tontera. Es una investigación por presuntos delitos de cohecho y tráfico de influencias que ya tiene salpicados a varios peces gordos, incluyendo al diputado Leslye Bojorges y a la alcaldesa de San Ramón. Y ahora, a esa lista se suma oficialmente Campos. Según la Fiscalía, este señor era el supuesto "enlace" entre Bojorges y una red de favores políticos y pagos que huelen bastante mal. ¡Qué despiche! El Ministerio Público incluso habla de "indicadores claros de ilegalidad en su modo de actuar". O sea, no estamos hablando de que se robó un confite.
Pero bueno, aquí es donde uno se pregunta si a Hidalgo le dio amnesia selectiva. Porque, ¿se acuerdan cuando el mismo Juan Carlos Hidalgo se rasgaba las vestiduras pidiendo la expulsión de Leslye Bojorges por este mismísimo caso? En ese entonces, era todo un paladín de la ética y no dudó en tirarle a su propio compañero de bancada, alegando "cuestionamientos éticos". Ahora, con su candidato directo, la respuesta es un tibio: "vamos a solicitar información para hacer las valoraciones". Mae, ¡por favor! La información es pública y la Fiscalía ya confirmó la imputación. ¿Qué más necesita valorar? Pareciera que la vara de medir la ética cambia dependiendo de quién sea el salpicado.
Y para ponerle la cereza al pastel, recordemos el show del domingo pasado en la Asamblea Nacional del PUSC. Hidalgo, con bombos y platillos, hizo que todos sus aspirantes a diputados firmaran un "compromiso" para renunciar a la curul si terminaban metidos en causas penales. Una jugada mediática que se veía muy bien para la foto, pero que ahora se está yendo al traste. Con la imputación de Campos, ese papel firmado parece tener menos valor que un billete de tres mil colones. Es la prueba de fuego y, de momento, el candidato presidencial se la está jalando una torta monumental al quedarse callado. La credibilidad que tanto cuesta construir se puede desmoronar en un parpadeo.
Al final, la situación deja un sabor de boca amargo. No se trata de ser juez ni verdugo, pero la coherencia en política es un bien escaso y valioso. Si vas a venderte como el campeón de la transparencia, tenés que ser el primero en dar el ejemplo, aunque duela y te cueste un alfil importante en el ajedrez electoral. La pregunta que queda en el aire es si Hidalgo está calculando el costo político de sacar a Campos o si de verdad está esperando un informe escrito en piedra para actuar. Sea como sea, cada día que pasa en silencio, la mancha crece más y la gente se pregunta lo mismo.
Así que, maes, abro el debate en el foro: ¿Creen que el silencio de Juan Carlos Hidalgo es una estrategia prudente o una hipocresía pura y dura? ¿Debería exigirle la renuncia a Campos ya mismo, como lo hizo con Bojorges, o le damos el beneficio de la duda?
Para los que andan un toque perdidos, el Caso Richter no es cualquier tontera. Es una investigación por presuntos delitos de cohecho y tráfico de influencias que ya tiene salpicados a varios peces gordos, incluyendo al diputado Leslye Bojorges y a la alcaldesa de San Ramón. Y ahora, a esa lista se suma oficialmente Campos. Según la Fiscalía, este señor era el supuesto "enlace" entre Bojorges y una red de favores políticos y pagos que huelen bastante mal. ¡Qué despiche! El Ministerio Público incluso habla de "indicadores claros de ilegalidad en su modo de actuar". O sea, no estamos hablando de que se robó un confite.
Pero bueno, aquí es donde uno se pregunta si a Hidalgo le dio amnesia selectiva. Porque, ¿se acuerdan cuando el mismo Juan Carlos Hidalgo se rasgaba las vestiduras pidiendo la expulsión de Leslye Bojorges por este mismísimo caso? En ese entonces, era todo un paladín de la ética y no dudó en tirarle a su propio compañero de bancada, alegando "cuestionamientos éticos". Ahora, con su candidato directo, la respuesta es un tibio: "vamos a solicitar información para hacer las valoraciones". Mae, ¡por favor! La información es pública y la Fiscalía ya confirmó la imputación. ¿Qué más necesita valorar? Pareciera que la vara de medir la ética cambia dependiendo de quién sea el salpicado.
Y para ponerle la cereza al pastel, recordemos el show del domingo pasado en la Asamblea Nacional del PUSC. Hidalgo, con bombos y platillos, hizo que todos sus aspirantes a diputados firmaran un "compromiso" para renunciar a la curul si terminaban metidos en causas penales. Una jugada mediática que se veía muy bien para la foto, pero que ahora se está yendo al traste. Con la imputación de Campos, ese papel firmado parece tener menos valor que un billete de tres mil colones. Es la prueba de fuego y, de momento, el candidato presidencial se la está jalando una torta monumental al quedarse callado. La credibilidad que tanto cuesta construir se puede desmoronar en un parpadeo.
Al final, la situación deja un sabor de boca amargo. No se trata de ser juez ni verdugo, pero la coherencia en política es un bien escaso y valioso. Si vas a venderte como el campeón de la transparencia, tenés que ser el primero en dar el ejemplo, aunque duela y te cueste un alfil importante en el ajedrez electoral. La pregunta que queda en el aire es si Hidalgo está calculando el costo político de sacar a Campos o si de verdad está esperando un informe escrito en piedra para actuar. Sea como sea, cada día que pasa en silencio, la mancha crece más y la gente se pregunta lo mismo.
Así que, maes, abro el debate en el foro: ¿Creen que el silencio de Juan Carlos Hidalgo es una estrategia prudente o una hipocresía pura y dura? ¿Debería exigirle la renuncia a Campos ya mismo, como lo hizo con Bojorges, o le damos el beneficio de la duda?
