Diay, maes, apenas estamos en setiembre y la vara política ya se siente como la platina en hora pico. Uno ni ha terminado de pagar el marchamo y ya tenemos una lista de candidatos a la presidencia más larga que la espera para una cita en la Caja. Faltan cinco meses para ir a las urnas y el menú de opciones es tan variado como confuso. Honestamente, viendo los nombres que ya suenan, la primera impresión es que estamos ante un despiche de proporciones épicas, con una mezcla de figuritas repetidas, exfuncionarios del gobierno actual que ahora juegan de opositores y uno que otro valiente que se anima a entrar al ruedo por primera vez. El brete que nos toca como votantes para descifrar este enredo va a estar bueno.
Lo que más llama la atención es el fenómeno del “Club de Exministros de Chaves”. Es casi una novela. Tenemos a Natalia Díaz, que hasta hace dos días era la mano derecha del presi, ahora con su propio partido. También está Laura Fernández, que pasó por Mideplan y Presidencia, y ahora se postula con Pueblo Soberano. Y para cerrar el círculo, Luz Mary Alpízar, la presidenta del PPSD, el partido que llevó a Chaves al poder, ahora es la candidata oficial tras el pleito público entre ambos. Es como ver una temporada de intriga palaciega donde todos los que antes compartían el café en Zapote ahora se van a sacar los trapitos sucios en los debates. ¿Estrategia o pura conveniencia? Saquen sus conclusiones.
Por otro lado, tenemos a los de siempre, los que nunca faltan en la foto. Fabricio Alvarado va por su tercer intento, como quien no quiere la cosa, a ver si esta vez el milagro se le cumple. Eli Feinzaig, del PLP, también repite, buscando consolidar el voto liberal que agarró fuerza en la última vuelta. Y claro, los partidos tradicionales que se niegan a morir. El PLN se la juega con Álvaro Ramos, el expresidente de la Caja que Chaves despidió, lo que le da una narrativa de “enemigo del oficialismo” bastante jugosa. Mientras tanto, el PUSC presenta a Juan Carlos Hidalgo, un politólogo con un perfil más técnico, intentando refrescar una marca que lleva años tratando de quitarse el polvo.
Y en medio de todo este tumulto, aparecen otras caras. El PAC, casi en modo de supervivencia, postula a la exprimera dama Claudia Dobles. El Frente Amplio manda a uno de sus diputados más vocales, Ariel Robles, y de paso nos recuerda que el incombustible José María Villalta va de nuevo por una curul. A ellos se suma un montón de gente más de partidos como Nueva Generación o Esperanza Nacional, que completan este álbum Panini político. La pregunta del millón es si alguno de ellos tiene el músculo (y la plata, seamos honestos) para romper la polarización que seguramente veremos entre los pesos pesados. O si, como casi siempre, terminarán siendo parte del paisaje electoral.
Viendo este panorama, uno se queda pensando si de verdad hay para dónde agarrar. La oferta es enorme, pero ¿hay calidad? ¿Hay ideas nuevas o es el mismo atol con el dedo de cada cuatro años? Se siente como que muchos se postulan por ego, otros por revancha y muy pocos con un plan país que vaya más allá de los eslóganes pegajosos. En fin, maes, la campaña arranca oficialmente en nada y nos van a bombardear hasta en la sopa. Así que la pregunta es para ustedes: ¿Ya tienen su gallo para el 2026 o sienten que esta lista es más de lo mismo? ¿Hay alguien ahí que de verdad los convenza o nos preparamos para otro domingo de elecciones con un abstencionismo por las nubes?
Lo que más llama la atención es el fenómeno del “Club de Exministros de Chaves”. Es casi una novela. Tenemos a Natalia Díaz, que hasta hace dos días era la mano derecha del presi, ahora con su propio partido. También está Laura Fernández, que pasó por Mideplan y Presidencia, y ahora se postula con Pueblo Soberano. Y para cerrar el círculo, Luz Mary Alpízar, la presidenta del PPSD, el partido que llevó a Chaves al poder, ahora es la candidata oficial tras el pleito público entre ambos. Es como ver una temporada de intriga palaciega donde todos los que antes compartían el café en Zapote ahora se van a sacar los trapitos sucios en los debates. ¿Estrategia o pura conveniencia? Saquen sus conclusiones.
Por otro lado, tenemos a los de siempre, los que nunca faltan en la foto. Fabricio Alvarado va por su tercer intento, como quien no quiere la cosa, a ver si esta vez el milagro se le cumple. Eli Feinzaig, del PLP, también repite, buscando consolidar el voto liberal que agarró fuerza en la última vuelta. Y claro, los partidos tradicionales que se niegan a morir. El PLN se la juega con Álvaro Ramos, el expresidente de la Caja que Chaves despidió, lo que le da una narrativa de “enemigo del oficialismo” bastante jugosa. Mientras tanto, el PUSC presenta a Juan Carlos Hidalgo, un politólogo con un perfil más técnico, intentando refrescar una marca que lleva años tratando de quitarse el polvo.
Y en medio de todo este tumulto, aparecen otras caras. El PAC, casi en modo de supervivencia, postula a la exprimera dama Claudia Dobles. El Frente Amplio manda a uno de sus diputados más vocales, Ariel Robles, y de paso nos recuerda que el incombustible José María Villalta va de nuevo por una curul. A ellos se suma un montón de gente más de partidos como Nueva Generación o Esperanza Nacional, que completan este álbum Panini político. La pregunta del millón es si alguno de ellos tiene el músculo (y la plata, seamos honestos) para romper la polarización que seguramente veremos entre los pesos pesados. O si, como casi siempre, terminarán siendo parte del paisaje electoral.
Viendo este panorama, uno se queda pensando si de verdad hay para dónde agarrar. La oferta es enorme, pero ¿hay calidad? ¿Hay ideas nuevas o es el mismo atol con el dedo de cada cuatro años? Se siente como que muchos se postulan por ego, otros por revancha y muy pocos con un plan país que vaya más allá de los eslóganes pegajosos. En fin, maes, la campaña arranca oficialmente en nada y nos van a bombardear hasta en la sopa. Así que la pregunta es para ustedes: ¿Ya tienen su gallo para el 2026 o sienten que esta lista es más de lo mismo? ¿Hay alguien ahí que de verdad los convenza o nos preparamos para otro domingo de elecciones con un abstencionismo por las nubes?