¡Ay, Dios mío! Quién iba a decir que nuestro Elí Feinzaig, el político que siempre va pa' delante, estaría pasando por esto, ¿verdad? El caso del accidente que tuvo hace unos días dio vuelta a toda la capital, y ahora, desde la comodidad de su casa, el diputadito del PLP ha salido a compartir cómo está llevando la jugada. Al final, parece que los ángeles sí estaban ahí cuidándolo.
Para refrescarles la memoria, el incidente ocurrió el 24 de octubre, dejando al vehículo destrozado y lamentablemente, la pérdida de Ericka Benavides, su fiel colaboradora. Un golpe duro para todos, especialmente para Feinzaig, quien ha expresado públicamente el dolor que siente por la partida de su amiga y colega. Se dice por ahí que Ericka era pura máquina trabajando en campaña, y una pena que se haya ido así, tan pronto.
Según contó el mismo Elí, salió librado de cuatro costillas rotas y un esternón que necesitó grapas, ¡imagínate el bronco que debió ser! Pero mira vos, el mae está agarrándole la onda a la recuperación, siguiendo al pie de la letra lo que le dicen los doctores. No se anda fiendo de remedios caseros ni de consejos de chamacas, sino escuchando a los profesionales, eso se nota.
En su publicación, el político aprovechó para agradecer a to’ aquellos que le echaron un mano justo después del choque. Reconoció la labor del Cuerpo de Bomberos, la Cruz Roja, la Fuerza Pública, el Tránsito y los médicos del Hospital de San Ramón. Además, mandó un saludo bien grande al equipo del Hospital Metropolitano, donde pasó varios días recuperándose. ¡Se nota que le importan estas cosas, a diferencia de otros políticos que solo aparecen cuando necesitan votos!
Pero lo que realmente tocó el corazón fue el recuerdo a Ericka Benavides. Feinzaig la describió como “una amiga leal y una colaboradora extraordinaria”. Dijo que incluso en medio de su proceso de recuperación, recibió mensajes reconfortantes de sus hijos, que le dieron “paz y esperanza”. Imagínate lo difícil que debe haber sido recibir esa clase de apoyo en estos momentos tan complicados… ¡Un verdadero gesto de amor familiar!
Y como si fuera poco, Feinzaig cerró su mensaje con una reflexión profunda sobre la vida. En medio de la adversidad, nos recordó que “la vida es un soplo” y nos invitó a decirle a nuestros seres queridos cuánto los queremos. O sea, el mae tánto buscando conectar con la gente, recordándonos que lo importante es valorar lo que tenemos y aprovechar cada momento. A veces, hasta los políticos dan buenos consejos, ¿quién diría?
Este incidente ha puesto a muchos a reflexionar sobre la fragilidad de la existencia y la importancia de la cercanía humana. Ver a un político, acostumbrado a estar en el ojo público, mostrar tanta vulnerabilidad y agradecimiento, toca fibras sensibles. Nos demuestra que detrás de las apariencias y los discursos hay personas reales, con sentimientos y familias, que también sufren y se alegran. La respuesta de la comunidad solidaria ha sido abrumadora, demostrando que en Costa Rica todavía existe un gran corazón.
Ahora, me pregunto, ¿cree usted que este tipo de experiencias transformadoras puede cambiar la forma en que los políticos ven la vida y se relacionan con la ciudadanía? ¿Podemos esperar un cambio real en el comportamiento de los líderes políticos después de pasar por situaciones extremas como ésta, o será solo una muestra pasajera de humildad?
Para refrescarles la memoria, el incidente ocurrió el 24 de octubre, dejando al vehículo destrozado y lamentablemente, la pérdida de Ericka Benavides, su fiel colaboradora. Un golpe duro para todos, especialmente para Feinzaig, quien ha expresado públicamente el dolor que siente por la partida de su amiga y colega. Se dice por ahí que Ericka era pura máquina trabajando en campaña, y una pena que se haya ido así, tan pronto.
Según contó el mismo Elí, salió librado de cuatro costillas rotas y un esternón que necesitó grapas, ¡imagínate el bronco que debió ser! Pero mira vos, el mae está agarrándole la onda a la recuperación, siguiendo al pie de la letra lo que le dicen los doctores. No se anda fiendo de remedios caseros ni de consejos de chamacas, sino escuchando a los profesionales, eso se nota.
En su publicación, el político aprovechó para agradecer a to’ aquellos que le echaron un mano justo después del choque. Reconoció la labor del Cuerpo de Bomberos, la Cruz Roja, la Fuerza Pública, el Tránsito y los médicos del Hospital de San Ramón. Además, mandó un saludo bien grande al equipo del Hospital Metropolitano, donde pasó varios días recuperándose. ¡Se nota que le importan estas cosas, a diferencia de otros políticos que solo aparecen cuando necesitan votos!
Pero lo que realmente tocó el corazón fue el recuerdo a Ericka Benavides. Feinzaig la describió como “una amiga leal y una colaboradora extraordinaria”. Dijo que incluso en medio de su proceso de recuperación, recibió mensajes reconfortantes de sus hijos, que le dieron “paz y esperanza”. Imagínate lo difícil que debe haber sido recibir esa clase de apoyo en estos momentos tan complicados… ¡Un verdadero gesto de amor familiar!
Y como si fuera poco, Feinzaig cerró su mensaje con una reflexión profunda sobre la vida. En medio de la adversidad, nos recordó que “la vida es un soplo” y nos invitó a decirle a nuestros seres queridos cuánto los queremos. O sea, el mae tánto buscando conectar con la gente, recordándonos que lo importante es valorar lo que tenemos y aprovechar cada momento. A veces, hasta los políticos dan buenos consejos, ¿quién diría?
Este incidente ha puesto a muchos a reflexionar sobre la fragilidad de la existencia y la importancia de la cercanía humana. Ver a un político, acostumbrado a estar en el ojo público, mostrar tanta vulnerabilidad y agradecimiento, toca fibras sensibles. Nos demuestra que detrás de las apariencias y los discursos hay personas reales, con sentimientos y familias, que también sufren y se alegran. La respuesta de la comunidad solidaria ha sido abrumadora, demostrando que en Costa Rica todavía existe un gran corazón.
Ahora, me pregunto, ¿cree usted que este tipo de experiencias transformadoras puede cambiar la forma en que los políticos ven la vida y se relacionan con la ciudadanía? ¿Podemos esperar un cambio real en el comportamiento de los líderes políticos después de pasar por situaciones extremas como ésta, o será solo una muestra pasajera de humildad?