¡Ay, pata palo! Después de una semanita pegadito al sillón del Hospital Metropolitano, el diputao Eli Feinzaig finalmente salió de allá este viernes. Se le vio caminando tranquilito, agarrado de alguien, comiéndose el mundo entero después de aquel sustazo que nos dio hace unos días en Palmares. Uno pensaba que se había ido al traste el man, pero ahí anda, recupérandose poco a poco.
Como recordaremos, el incidente ocurrió cuando el carro donde iba Feinzaig chocó contra un camión, un golpe tremendo que dejó a Ericka Benavides, su asesora, prácticamente sin chance. Ese brete, ese dolor… qué manera de ponerle fin a una vida tan joven. La noticia sacudió a todos, desde los políticos hasta la gente humilde que siempre le ha apostado a él y al PLP. Imagínate, Ericka iba camino a San Carlos, chambeando hasta último segundo... ¡qué sal!
Después del impacto, el dipu tuvo que someterse a una operación de emergencia para arreglarse el esternón. Dicen los doctores que era lo mejor pa’ que se recupere bien rápido y sin complicaciones. El PLP salió con comunicados y todo, asegurando que el proceso va viento en popa, pero a pesar de toda la maquinaria de relaciones públicas, uno siente que todavía hay un vacío enorme, una tristeza que no se va fácil.
Y ni hablar de los otros dos involucrados en el choque, Fabián Cascante y Pablo Trigueros, los choferes. Por ellos también me preocupa el diay, porque seguro están pasando un mal rato terrible. Uno se pone en sus zapatos y se da cuenta de cómo algo así te puede marcar la vida de por vida, mándale mis respetos y pronta recuperación a sus familias, que tengan fuerzas para superar este momento tan duro.
Feinzaig, en su mensaje de agradecimiento, dijo estar “bien, con ánimo” y “en manos de un gran equipo médico”. Claro, con el mejor personal y toda la tecnología disponible, uno se recupera más rápido, ¿no? Aunque sea cierto que todo esto resalta las desigualdades que tenemos en nuestro país. Mientras algunos tienen acceso a cirugías de última generación, muchos otros se conforman con lo básico, si es que tienen algo. Eso sí es una vara que nos duele a todos los costarricenses.
Ahora, el reto es ver cómo retoma la campaña electoral. Porque, aunque esté sanito y con ganas, la sombra de lo ocurrido no se va a borrar fácilmente. Las críticas van a venir, claro, y seguramente habrá quienes aprovechen la coyuntura política para atacarle. Pero el mae tiene experiencia, sabe cómo defenderse y sacar adelante sus propuestas. Además, tiene a su lado a su esposa, quien siempre le ha brindado apoyo incondicional, ese es un aguante de otro nivel.
Mientras tanto, Feinzaig está enfocado en su reposo y recuperación. No vamos a verlo correteando por las tarimas ni dando discursos apasionados pronto. Sus colaboradores dicen que será gradual, que seguirá las indicaciones médicas al pie de la letra. Hay que darle tiempo al tiempo, como dice el refrán, y esperar a ver cómo evoluciona la situación. Al final, lo importante es que esté bien y pueda volver a aportar a la sociedad, si eso es lo que él realmente quiere, claro.
Con todo este panorama, queda la pregunta en el aire: ¿Cómo impactará esta tragedia en la carrera política de Eli Feinzaig, tanto a corto como a largo plazo? ¿Logrará capitalizar el apoyo popular generado por su difícil situación, o las heridas emocionales serán demasiado profundas para seguir adelante? Déjanos tus comentarios abajo, queremos saber qué piensas tú sobre este asunto. ¡No te quedes callado!
Como recordaremos, el incidente ocurrió cuando el carro donde iba Feinzaig chocó contra un camión, un golpe tremendo que dejó a Ericka Benavides, su asesora, prácticamente sin chance. Ese brete, ese dolor… qué manera de ponerle fin a una vida tan joven. La noticia sacudió a todos, desde los políticos hasta la gente humilde que siempre le ha apostado a él y al PLP. Imagínate, Ericka iba camino a San Carlos, chambeando hasta último segundo... ¡qué sal!
Después del impacto, el dipu tuvo que someterse a una operación de emergencia para arreglarse el esternón. Dicen los doctores que era lo mejor pa’ que se recupere bien rápido y sin complicaciones. El PLP salió con comunicados y todo, asegurando que el proceso va viento en popa, pero a pesar de toda la maquinaria de relaciones públicas, uno siente que todavía hay un vacío enorme, una tristeza que no se va fácil.
Y ni hablar de los otros dos involucrados en el choque, Fabián Cascante y Pablo Trigueros, los choferes. Por ellos también me preocupa el diay, porque seguro están pasando un mal rato terrible. Uno se pone en sus zapatos y se da cuenta de cómo algo así te puede marcar la vida de por vida, mándale mis respetos y pronta recuperación a sus familias, que tengan fuerzas para superar este momento tan duro.
Feinzaig, en su mensaje de agradecimiento, dijo estar “bien, con ánimo” y “en manos de un gran equipo médico”. Claro, con el mejor personal y toda la tecnología disponible, uno se recupera más rápido, ¿no? Aunque sea cierto que todo esto resalta las desigualdades que tenemos en nuestro país. Mientras algunos tienen acceso a cirugías de última generación, muchos otros se conforman con lo básico, si es que tienen algo. Eso sí es una vara que nos duele a todos los costarricenses.
Ahora, el reto es ver cómo retoma la campaña electoral. Porque, aunque esté sanito y con ganas, la sombra de lo ocurrido no se va a borrar fácilmente. Las críticas van a venir, claro, y seguramente habrá quienes aprovechen la coyuntura política para atacarle. Pero el mae tiene experiencia, sabe cómo defenderse y sacar adelante sus propuestas. Además, tiene a su lado a su esposa, quien siempre le ha brindado apoyo incondicional, ese es un aguante de otro nivel.
Mientras tanto, Feinzaig está enfocado en su reposo y recuperación. No vamos a verlo correteando por las tarimas ni dando discursos apasionados pronto. Sus colaboradores dicen que será gradual, que seguirá las indicaciones médicas al pie de la letra. Hay que darle tiempo al tiempo, como dice el refrán, y esperar a ver cómo evoluciona la situación. Al final, lo importante es que esté bien y pueda volver a aportar a la sociedad, si eso es lo que él realmente quiere, claro.
Con todo este panorama, queda la pregunta en el aire: ¿Cómo impactará esta tragedia en la carrera política de Eli Feinzaig, tanto a corto como a largo plazo? ¿Logrará capitalizar el apoyo popular generado por su difícil situación, o las heridas emocionales serán demasiado profundas para seguir adelante? Déjanos tus comentarios abajo, queremos saber qué piensas tú sobre este asunto. ¡No te quedes callado!
