En Semana Santa asegúrese de que el Pescado huela bien y este fresco

En la víspera de Semana Santa, donde la tradición dicta que el menú se incline hacia los frutos del mar, es imperativo enfocarse en la frescura del pescado y mariscos. Se nos insta a ser meticulosos en la selección: ojos brillantes y transparentes, branquias de un rojo intenso, y escamas adheridas son señales de frescura.



También, la importancia de adquirir estos productos en sitios confiables para evitar riesgos a la salud. Así que, en esta Semana Santa, además de reflexionar sobre misterios divinos, quizá deberíamos meditar también sobre el misterioso viaje de nuestros mariscos desde el océano hasta el plato.

Ahora, vamos a agregar un toque de humor negro y crítica social: ¿No es irónico que nos preocupemos más por la frescura de nuestro pescado que por la frescura de nuestras ideas o acciones? En una época de reflexión y sacrificio, quizás deberíamos preguntarnos: ¿Estamos igual de atentos a la calidad de lo que consumimos espiritualmente? Así que mientras inspeccionamos las branquias del pescado, quizá deberíamos también examinar las "branquias" de nuestra sociedad, asegurándonos de que todo lo que consumimos, ya sea física o moralmente, sea realmente fresco y no algo recalentado de temporadas pasadas.

¡Buen provecho y feliz introspección!

Ya mucha gente no aplica la tradición y aun así come carne en la semana mayor, pero lo que cierto es que no esta demás el tema, porque tal vez por las altas ventas, guardan mucho pescado y no en las mejores condiciones y más de uno puede estar pasado.

No solo en Semana Santa hay que hacer eso, sino siempre que se compre pescado. Si el cliente no se pone vivo, los vendedores tienden a escogerle los cortes más pasados.

En efecto es una buena practica a lo largo del año y aun más en la semana mayor.

Siempre, siempre que uno se va a comer un pescado debe olerlo, buscarle a ver si se le ve alguna bombita o algo que no debería estar, además si es de esos pescados que se comen entre varios, comer con precaución.

Para hablar y comer pescado... Hay que tener mucho cuidado.

revisarlo, que se vea fresco, que no huela mal, que no tenga los ojos hundidos en caso de pescado entero. Y sobre todo, buscar lugares de confianza. Muchas veces buscamos lugares baratos pero que no invierten en calidad