¡Ay, mi gente! Aquí seguimos viendo cómo se mueve el panorama electoral para el 2026. Las encuestas siguen dando vueltas y resultados curiosos, parece que nadie quiere clavar la estaca definitiva. Ya varias casas encuestadoras han cerrado sus números, y aunque los métodos varían como el clima en Cerro de Oro, la conclusión es bastante clara: Laura Fernández, la candidata del Pueblo Soberano, sigue arriba… por ahora.
La verdad es que esto del cierre de encuestas siempre es un circo, porque cada una sale con sus propios cantitos y tecnicismos. Pero dejando a un lado el rollo estadístico, los números nos dicen que Fernández va con una ventaja considerable. Tenemos a la exministra rondando entre el 27% y el 32% de intención de voto, dependiendo de quién mida. Eso, pa’ entenderlos, es como tener un chunche que te puede salir chivísimo o irse al traste en cualquier momento.
Según los politólogos, y ya saben que ellos siempre tienen una opinión para todo, la clave para Fernández es alcanzar el 40%. Dicen que si llega a esa cifra, casi seguro se asegura el pase a la segunda vuelta. Pero ahí viene el qué, porque algunos analistas señalan que podría estar llegando a un techo y que los números podrían estancarse. Y si eso pasa, ¡aguas! Porque la pelea por el segundo lugar se pondrá más caliente que gallina asada en julio.
Hablando de la pelea por el segundo lugar, Álvaro Ramos, de Liberación Nacional, anda rezagado, pero no muerto. Sus números suelen quedar alrededor del 11% a 12%, lo cual no es moco de pito, pero tampoco le alcanza para darle un coscorrón a los demás. Luego tenemos a Claudia Dobles, de Agenda Ciudadana, y a Ariel Robles, del Frente Amplio, quienes andan moviéndose en terrenos más pantanosos, buscando desesperadamente un impulso que les saque del olvido.
La última encuesta de Demoscopia, hecha entre el 6 y el 13 de diciembre, pintaba un panorama así: Fernández con 27,4%, Ramos con 11,3%, Robles con 4,8%, y luego varios nombres dispersos. Demoscopia hizo un buen trabajo, entrevistando a 1200 personas mayores de edad y hasta hicieron una reencuesta telefónica para verificar los datos. Eso sí, recuerden que siempre hay un margen de error, así que no vamos a tomar estos números como gospel.
Iván Barrantes, un consultor político conocido por soltar verdades como balazos, dice que Fernández se beneficia de haber acaparado el voto duro chavista, ese grupo de votantes leales que siempre estarán ahí, pase lo que pase. Según él, eso le garantiza el pase a la segunda vuelta, pero aún le falta convencer al resto del país. La cosa es que el 40% del electorado sigue indeciso, y eso abre un abanico de posibilidades para los demás candidatos.
Ahora, hablando de otras encuestas, la de la Universidad Nacional (UNA) mostraba a Fernández con un 32,8%, mientras que Ramos quedaba con apenas un 6,6%. ¡Una diferencia abismal! Y la de la Universidad de Costa Rica (UCR) daba a Fernández un 30% y a Ramos un humilde 8%. Estas diferencias nos muestran que las encuestas son como el río San Juan: cambian constantemente y dependen de dónde las midas. Entonces, ¿a quién creerle?
Enero pinta crucial, porque ahí veremos si Fernández logra ese ansiado 40% o si empieza a perder terreno. Como decía el politólogo Sergio Araya, “doña Laura, evidentemente, o gana en primera ronda o está sembrada en una segunda”. La pregunta del millón, mis queridos foreros, es: ¿creyeron ustedes que Laura Fernández llegaría tan lejos, y ven alguna posibilidad realista de que otro candidato le arrebate el protagonismo en los próximos meses o necesitamos prepararnos para ver una batalla campal en la segunda vuelta?
La verdad es que esto del cierre de encuestas siempre es un circo, porque cada una sale con sus propios cantitos y tecnicismos. Pero dejando a un lado el rollo estadístico, los números nos dicen que Fernández va con una ventaja considerable. Tenemos a la exministra rondando entre el 27% y el 32% de intención de voto, dependiendo de quién mida. Eso, pa’ entenderlos, es como tener un chunche que te puede salir chivísimo o irse al traste en cualquier momento.
Según los politólogos, y ya saben que ellos siempre tienen una opinión para todo, la clave para Fernández es alcanzar el 40%. Dicen que si llega a esa cifra, casi seguro se asegura el pase a la segunda vuelta. Pero ahí viene el qué, porque algunos analistas señalan que podría estar llegando a un techo y que los números podrían estancarse. Y si eso pasa, ¡aguas! Porque la pelea por el segundo lugar se pondrá más caliente que gallina asada en julio.
Hablando de la pelea por el segundo lugar, Álvaro Ramos, de Liberación Nacional, anda rezagado, pero no muerto. Sus números suelen quedar alrededor del 11% a 12%, lo cual no es moco de pito, pero tampoco le alcanza para darle un coscorrón a los demás. Luego tenemos a Claudia Dobles, de Agenda Ciudadana, y a Ariel Robles, del Frente Amplio, quienes andan moviéndose en terrenos más pantanosos, buscando desesperadamente un impulso que les saque del olvido.
La última encuesta de Demoscopia, hecha entre el 6 y el 13 de diciembre, pintaba un panorama así: Fernández con 27,4%, Ramos con 11,3%, Robles con 4,8%, y luego varios nombres dispersos. Demoscopia hizo un buen trabajo, entrevistando a 1200 personas mayores de edad y hasta hicieron una reencuesta telefónica para verificar los datos. Eso sí, recuerden que siempre hay un margen de error, así que no vamos a tomar estos números como gospel.
Iván Barrantes, un consultor político conocido por soltar verdades como balazos, dice que Fernández se beneficia de haber acaparado el voto duro chavista, ese grupo de votantes leales que siempre estarán ahí, pase lo que pase. Según él, eso le garantiza el pase a la segunda vuelta, pero aún le falta convencer al resto del país. La cosa es que el 40% del electorado sigue indeciso, y eso abre un abanico de posibilidades para los demás candidatos.
Ahora, hablando de otras encuestas, la de la Universidad Nacional (UNA) mostraba a Fernández con un 32,8%, mientras que Ramos quedaba con apenas un 6,6%. ¡Una diferencia abismal! Y la de la Universidad de Costa Rica (UCR) daba a Fernández un 30% y a Ramos un humilde 8%. Estas diferencias nos muestran que las encuestas son como el río San Juan: cambian constantemente y dependen de dónde las midas. Entonces, ¿a quién creerle?
Enero pinta crucial, porque ahí veremos si Fernández logra ese ansiado 40% o si empieza a perder terreno. Como decía el politólogo Sergio Araya, “doña Laura, evidentemente, o gana en primera ronda o está sembrada en una segunda”. La pregunta del millón, mis queridos foreros, es: ¿creyeron ustedes que Laura Fernández llegaría tan lejos, y ven alguna posibilidad realista de que otro candidato le arrebate el protagonismo en los próximos meses o necesitamos prepararnos para ver una batalla campal en la segunda vuelta?