¡Ay, Dios mío! Esto sí que es un cimbronazo para el turismo y para todos los que tenían vuelo programado. Esta mañana amanecimos con la bomba: Aviación Civil anunció que todo el espacio aéreo de Costa Rica está cerrado debido a una falla eléctrica monumental en el radar del Aeropuerto Juan Santamaría. ¡Imagínate el fajón!
La situación, que empezó en la madrugada, ha ido escalando rápidamente. Según fuentes oficiales, estamos hablando de un problema serio que no tiene solución inmediata. Ni siquiera tienen idea de cuánto tiempo va a tardar en arreglarse esto, lo cual ya nos da una puntapié inicial al futuro cercano. El MOPT, que siempre anda con sus comunicados, prometió que iban a solucionar el problema en un par de horas… bueno, ya saben cómo van esas cosas. La verdad, parece que estamos en un brete complicado.
Aeris, la empresa que administra el aeropuerto, confirmó que hasta ahora hay nueve vuelos afectados. Ocho de ellos eran salidas desde San José, y uno, ¡imagínate!, venía desde Alaska. Un avión lleno de gente desde tan lejos y se tuvo que ir a parar a Guatemala. Qué pena ajena. Ya se imaginan el estrés y la frustración de esos pasajeros; seguro andaban buscando el típico café con leche tico para empezar sus vacaciones.
Luis Diego Saborio, el subdirector de Aviación Civil, soltó unas cuantas frases técnicas sobre la importancia de la seguridad y bla, bla, bla... Pero la realidad es clara: el radar no funciona y mientras tanto, ningún avión entra ni sale. Las aerolíneas están tratando de coordinar alternativas, pero con todo el espacio aéreo cerrado, no es tarea fácil. Eso sí, las redes sociales están ardiendo, llena de pasajeros varados quejándose y preguntando qué demonios está pasando.
Aeris, por su parte, se lava las manos diciendo que es un tema administrativo y que están “colaborando” con Aviación Civil. Eso suena a que prefieren echarle la culpa a otro lado, ¿verdad? En fin, recomiendan a los pasajeros contactar directamente a sus aerolíneas para ver si pueden reprogramar sus vuelos. Ahí va el enlace pa’ quien lo necesite: https://www.sjoairport.com/salidas/. Pero vamos, no esperen milagros, porque con este lío, encontrar un asiento disponible será como buscar aguacate maduro en diciembre.
La magnitud de esta falla eléctrica es preocupante. Uno se pregunta, ¿cuándo fue la última vez que revisaron a fondo el sistema de radar? ¿Estamos confiando en equipos obsoletos que ponen en riesgo la seguridad de los vuelos? Es evidente que necesitamos una investigación seria y transparente para determinar qué salió mal y cómo evitar que esto vuelva a pasar. Porque vamos, cerrar todo el espacio aéreo del país es algo que no se había visto en años. Una verdadera vergüenza, la verdad.
Más allá de los retrasos y las molestias para los pasajeros, esta situación pone en tela de juicio la eficiencia y la capacidad de gestión de nuestras instituciones. El sector turístico, que es vital para nuestra economía, recibe un golpe durísimo. Imaginen cuántas reservas se están cancelando, cuántos empleos podrían estar en peligro. Definitivamente, esto es mucho más grave de lo que parece a simple vista. Que alguien le explique al Presidente qué está pasando, porque así no podemos seguir, diay.
Y ahora, la gran pregunta para todos los que seguimos esta maraña: ¿Ustedes creen que el gobierno tomará medidas contundentes para mejorar la infraestructura aeroportuaria y garantizar la seguridad de nuestros cielos, o simplemente seguiremos viendo cómo se nos esfuma el turismo y la reputación internacional? Déjenme leer sus opiniones en los comentarios, ¡esta vainera necesita soluciones urgentes!
La situación, que empezó en la madrugada, ha ido escalando rápidamente. Según fuentes oficiales, estamos hablando de un problema serio que no tiene solución inmediata. Ni siquiera tienen idea de cuánto tiempo va a tardar en arreglarse esto, lo cual ya nos da una puntapié inicial al futuro cercano. El MOPT, que siempre anda con sus comunicados, prometió que iban a solucionar el problema en un par de horas… bueno, ya saben cómo van esas cosas. La verdad, parece que estamos en un brete complicado.
Aeris, la empresa que administra el aeropuerto, confirmó que hasta ahora hay nueve vuelos afectados. Ocho de ellos eran salidas desde San José, y uno, ¡imagínate!, venía desde Alaska. Un avión lleno de gente desde tan lejos y se tuvo que ir a parar a Guatemala. Qué pena ajena. Ya se imaginan el estrés y la frustración de esos pasajeros; seguro andaban buscando el típico café con leche tico para empezar sus vacaciones.
Luis Diego Saborio, el subdirector de Aviación Civil, soltó unas cuantas frases técnicas sobre la importancia de la seguridad y bla, bla, bla... Pero la realidad es clara: el radar no funciona y mientras tanto, ningún avión entra ni sale. Las aerolíneas están tratando de coordinar alternativas, pero con todo el espacio aéreo cerrado, no es tarea fácil. Eso sí, las redes sociales están ardiendo, llena de pasajeros varados quejándose y preguntando qué demonios está pasando.
Aeris, por su parte, se lava las manos diciendo que es un tema administrativo y que están “colaborando” con Aviación Civil. Eso suena a que prefieren echarle la culpa a otro lado, ¿verdad? En fin, recomiendan a los pasajeros contactar directamente a sus aerolíneas para ver si pueden reprogramar sus vuelos. Ahí va el enlace pa’ quien lo necesite: https://www.sjoairport.com/salidas/. Pero vamos, no esperen milagros, porque con este lío, encontrar un asiento disponible será como buscar aguacate maduro en diciembre.
La magnitud de esta falla eléctrica es preocupante. Uno se pregunta, ¿cuándo fue la última vez que revisaron a fondo el sistema de radar? ¿Estamos confiando en equipos obsoletos que ponen en riesgo la seguridad de los vuelos? Es evidente que necesitamos una investigación seria y transparente para determinar qué salió mal y cómo evitar que esto vuelva a pasar. Porque vamos, cerrar todo el espacio aéreo del país es algo que no se había visto en años. Una verdadera vergüenza, la verdad.
Más allá de los retrasos y las molestias para los pasajeros, esta situación pone en tela de juicio la eficiencia y la capacidad de gestión de nuestras instituciones. El sector turístico, que es vital para nuestra economía, recibe un golpe durísimo. Imaginen cuántas reservas se están cancelando, cuántos empleos podrían estar en peligro. Definitivamente, esto es mucho más grave de lo que parece a simple vista. Que alguien le explique al Presidente qué está pasando, porque así no podemos seguir, diay.
Y ahora, la gran pregunta para todos los que seguimos esta maraña: ¿Ustedes creen que el gobierno tomará medidas contundentes para mejorar la infraestructura aeroportuaria y garantizar la seguridad de nuestros cielos, o simplemente seguiremos viendo cómo se nos esfuma el turismo y la reputación internacional? Déjenme leer sus opiniones en los comentarios, ¡esta vainera necesita soluciones urgentes!
