¡Ay, Dios mío! La cosa está que arde en la contienda presidencial. Natalia Díaz, la candiadta de Unidos Podemos, soltó la bomba ayer pidiendo a Laura Fernández, de Pueblo Soberano, un debate bien serio, chévere, un debate 'de altura', como dicen ellos. Pero la petición no surgió de la nada, pues Fernández salió con la historia del micrófono escondido en su oficina, y eso encendió las alarmas en toda la capital.
Según la propia Fernández, la pesadilla comenzó el martes pasado cuando encontró un aparatito sospechoso metido en un tomacorriente de su oficina. Dijo que descubrió un micrófono y que eso la dejó más que preocupada. Inmediatamente, convocó a una conferencia de prensa urgencísima – ¡casi nos dan un infarto a todos! – donde acusó de espionaje a sus adversarios políticos, aunque sin dar nombres directamente. La señora anda con la mosca detrás de la oreja, y con razón, diay.
Natalia Díaz, exministra de Presidencia, no tardó en reaccionar. En lugar de meterse en la polémica del espionaje, prefirió sacar a relucir un poco de diplomacia... o quizás estrategia política, quién sabe. Invitó públicamente a todas las candidaturas, pero especialmente a Fernández, a demostrar que tienen propuestas sólidas y no solo escándalos. "Si queremos resolver los problemas de seguridad, educación y empleo que nos aquejan, necesitamos debates constructivos, no este circo mediático", declaró Díaz con una calma que daba miedo, pa’.
Pero ahí no quedó la cosa. Diaz también hizo unas cuantas pullas (con cariño, claro) hacia Fernández, criticando la forma en que manejó la situación. Le recordó que debía presentar denuncias formales ante las autoridades competentes y dejar que el OIJ haga su trabajo. "Que tome las medidas necesarias, que denuncie, que colabore con las investigaciones, pero que no convierta esto en un insulto a la inteligencia de los costarricenses, que ya estamos agobiados con la inseguridad", sentenció Díaz con toda la razón del mundo.
Ahora, para entender mejor la trama, hay que recordar que Díaz y Fernández compartieron tiempo en el gabinete del actual gobierno. Díaz fue ministra de la Presidencia desde el principio hasta que renunció en junio pasado, y Fernández era la jefa de Planificación. Cuando Díaz dio un paso al lado, Fernández ocupó su puesto. Esta conexión previa añade una capa extra de intriga y especulación a la situación actual, y algunos analistas creen que todo esto podría tener raíces mucho más profundas.
Fernández, visiblemente alterada, acudió a la Fiscalía de Pavas para presentar formalmente la denuncia por presunto espionaje. Aseguró que no confía ni en el OIJ ni en la Fiscalía – ¡imagínate la bronca! – pero que tenía que cumplir con los requisitos legales. Mostró el dispositivo en una conferencia de prensa, e incluso llegó a manipularlo para demostrar cómo había sido instalado. Una escena digna de película de espías, vamos.
Por otro lado, la candidata de Pueblo Soberano ha calificado el incidente como una "bajeza" y una "cochinada". Se siente "absolutamente asqueada" por la situación y teme que se filtren declaraciones comprometedoras. Esto ha generado aún más incertidumbre y tensión en la campaña, y ha levantado interrogantes sobre el nivel de juego limpio que se está utilizando para buscar el voto popular. Algunos maes dicen que esto va a afectar gravemente la imagen de ambas candidatas, mientras que otros piensan que podrían salir fortalecidas gracias a la atención mediática.
Y ahora, la pregunta crucial para ustedes, mis queridos lectores del Foro: ¿Creen que esta denuncia de espionaje es un montaje para desviar la atención de otros temas, o realmente existe una campaña sucia en curso? ¿Deberían las autoridades investigar a fondo esta situación, independientemente de las implicaciones políticas? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!
Según la propia Fernández, la pesadilla comenzó el martes pasado cuando encontró un aparatito sospechoso metido en un tomacorriente de su oficina. Dijo que descubrió un micrófono y que eso la dejó más que preocupada. Inmediatamente, convocó a una conferencia de prensa urgencísima – ¡casi nos dan un infarto a todos! – donde acusó de espionaje a sus adversarios políticos, aunque sin dar nombres directamente. La señora anda con la mosca detrás de la oreja, y con razón, diay.
Natalia Díaz, exministra de Presidencia, no tardó en reaccionar. En lugar de meterse en la polémica del espionaje, prefirió sacar a relucir un poco de diplomacia... o quizás estrategia política, quién sabe. Invitó públicamente a todas las candidaturas, pero especialmente a Fernández, a demostrar que tienen propuestas sólidas y no solo escándalos. "Si queremos resolver los problemas de seguridad, educación y empleo que nos aquejan, necesitamos debates constructivos, no este circo mediático", declaró Díaz con una calma que daba miedo, pa’.
Pero ahí no quedó la cosa. Diaz también hizo unas cuantas pullas (con cariño, claro) hacia Fernández, criticando la forma en que manejó la situación. Le recordó que debía presentar denuncias formales ante las autoridades competentes y dejar que el OIJ haga su trabajo. "Que tome las medidas necesarias, que denuncie, que colabore con las investigaciones, pero que no convierta esto en un insulto a la inteligencia de los costarricenses, que ya estamos agobiados con la inseguridad", sentenció Díaz con toda la razón del mundo.
Ahora, para entender mejor la trama, hay que recordar que Díaz y Fernández compartieron tiempo en el gabinete del actual gobierno. Díaz fue ministra de la Presidencia desde el principio hasta que renunció en junio pasado, y Fernández era la jefa de Planificación. Cuando Díaz dio un paso al lado, Fernández ocupó su puesto. Esta conexión previa añade una capa extra de intriga y especulación a la situación actual, y algunos analistas creen que todo esto podría tener raíces mucho más profundas.
Fernández, visiblemente alterada, acudió a la Fiscalía de Pavas para presentar formalmente la denuncia por presunto espionaje. Aseguró que no confía ni en el OIJ ni en la Fiscalía – ¡imagínate la bronca! – pero que tenía que cumplir con los requisitos legales. Mostró el dispositivo en una conferencia de prensa, e incluso llegó a manipularlo para demostrar cómo había sido instalado. Una escena digna de película de espías, vamos.
Por otro lado, la candidata de Pueblo Soberano ha calificado el incidente como una "bajeza" y una "cochinada". Se siente "absolutamente asqueada" por la situación y teme que se filtren declaraciones comprometedoras. Esto ha generado aún más incertidumbre y tensión en la campaña, y ha levantado interrogantes sobre el nivel de juego limpio que se está utilizando para buscar el voto popular. Algunos maes dicen que esto va a afectar gravemente la imagen de ambas candidatas, mientras que otros piensan que podrían salir fortalecidas gracias a la atención mediática.
Y ahora, la pregunta crucial para ustedes, mis queridos lectores del Foro: ¿Creen que esta denuncia de espionaje es un montaje para desviar la atención de otros temas, o realmente existe una campaña sucia en curso? ¿Deberían las autoridades investigar a fondo esta situación, independientemente de las implicaciones políticas? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!
