¡Ay, Dios mío! Parece que estamos reviviendo la novela de los eurobonos. El Gobierno, con toda la intención del mundo, anda buscando cómo sacar adelante la colocación de $13.500 millones en bonos, unos $1.500 millones cada año, pa' los próximos años. Después de que la última vez se les fue cerquita, y el Congreso, con sus propios ritmos, archivo’ la jugada, ahora vuelven con otro intento. Uno se pregunta, ¿será que sí van a poder sacarle agua a pedazos a esta vaca?
La cosa es que el Ejecutivo ya presentó un nuevo proyecto de ley en la Asamblea, el expediente 25.363, con la esperanza de que esta vez sí cale. Lo hicieron justo cuando cerraba la sesión legislativa, dando la impresión de que estaban apurados. No es la primera vez que esto pasa, eh. Ya hubo dos intentos previos que terminaron en el archivo, por culpa de algunos diputados que parecían que tenían agenda propia, o simplemente no querían aprobar nada. ¡Qué sal!
Según Pilar Cisneros, la jefa de fracción del oficialismo, el nuevo texto es diferente, más amigable para el bolsillo de todos nosotros, aunque eso no garantiza que pase volando por el Congreso. Prometen que después de cada colocación, tanto la Asamblea como la Contraloría van a estar pendientes, revisando cada detalle. Dicen que quieren dar tranquilad a los gobiernos futuros, asegurándole que podrán hacer frente a los pagos de la deuda pública, y todo eso con el menor interés posible, claro.
Pero ojo, porque el proyecto elimina las condiciones que los diputados de oposición habían puesto antes, esas que hacían que el proceso fuera más lento y complicado. Ahora, en cambio, tendrán que rendir cuentas mensuales, detallando cada movimiento de dinero: cuánto colocaron, cuándo, a qué plazo, a qué precio, quiénes fueron los inversionistas... toda la onda. Un brete de información, espero que sirva para que la gente esté más informada de dónde va nuestro dinero.
Recuerden que la deuda pública de Costa Rica ya alcanza los $54.000 millones, una cifra que da escalofríos a cualquiera. Por eso, el Gobierno argumenta que necesita estos eurobonos para poder seguir pagando las obligaciones, evitar que nos vayamos al traste y mantener la estabilidad económica del país. Pero también hay que decir que muchos critican esta estrategia, alegando que solo estamos postergando el problema y endeudándonos aún más a futuro.
Y hablando de críticas, recordemos que la Asamblea rechazó la propuesta de Eurobonos dos veces seguidas, con votaciones ajustadas. Hubo algunos diputados del PLN, el partido opositor, que cambiaron su voto a último minuto, lo cual generó mucha polémica y acusaciones cruzadas. Algunos dicen que cedieron ante presiones del Gobierno, mientras que otros aseguran que simplemente vieron que era lo mejor para el país. ¡Un verdadero chinchorro político!
En cuanto a las razones detrás de esta insistencia, parece que el Gobierno está desesperado por conseguir financiamiento. Las metas macroeconómicas no se cumplieron, y eso afectó la última emisión de eurobonos. Además, ahora tienen que lidiar con la crisis económica mundial, la inflación galopante y la incertidumbre política. Todo eso hace que sea más difícil conseguir préstamos a tasas razonables, y que se complique aún más la situación financiera del país. ¡Qué torta!
En fin, la historia de los eurobonos sigue abierta. El Gobierno está haciendo todo lo posible por conseguir estos fondos, pero tendrá que enfrentar la resistencia de la oposición y las dudas de la ciudadanía. Entonces, mi pura vida, te pregunto: ¿Crees que el Gobierno debería seguir insistiendo en la emisión de eurobonos, a pesar de los riesgos y las críticas? ¿O sería mejor buscar alternativas para financiar la deuda pública de Costa Rica?
La cosa es que el Ejecutivo ya presentó un nuevo proyecto de ley en la Asamblea, el expediente 25.363, con la esperanza de que esta vez sí cale. Lo hicieron justo cuando cerraba la sesión legislativa, dando la impresión de que estaban apurados. No es la primera vez que esto pasa, eh. Ya hubo dos intentos previos que terminaron en el archivo, por culpa de algunos diputados que parecían que tenían agenda propia, o simplemente no querían aprobar nada. ¡Qué sal!
Según Pilar Cisneros, la jefa de fracción del oficialismo, el nuevo texto es diferente, más amigable para el bolsillo de todos nosotros, aunque eso no garantiza que pase volando por el Congreso. Prometen que después de cada colocación, tanto la Asamblea como la Contraloría van a estar pendientes, revisando cada detalle. Dicen que quieren dar tranquilad a los gobiernos futuros, asegurándole que podrán hacer frente a los pagos de la deuda pública, y todo eso con el menor interés posible, claro.
Pero ojo, porque el proyecto elimina las condiciones que los diputados de oposición habían puesto antes, esas que hacían que el proceso fuera más lento y complicado. Ahora, en cambio, tendrán que rendir cuentas mensuales, detallando cada movimiento de dinero: cuánto colocaron, cuándo, a qué plazo, a qué precio, quiénes fueron los inversionistas... toda la onda. Un brete de información, espero que sirva para que la gente esté más informada de dónde va nuestro dinero.
Recuerden que la deuda pública de Costa Rica ya alcanza los $54.000 millones, una cifra que da escalofríos a cualquiera. Por eso, el Gobierno argumenta que necesita estos eurobonos para poder seguir pagando las obligaciones, evitar que nos vayamos al traste y mantener la estabilidad económica del país. Pero también hay que decir que muchos critican esta estrategia, alegando que solo estamos postergando el problema y endeudándonos aún más a futuro.
Y hablando de críticas, recordemos que la Asamblea rechazó la propuesta de Eurobonos dos veces seguidas, con votaciones ajustadas. Hubo algunos diputados del PLN, el partido opositor, que cambiaron su voto a último minuto, lo cual generó mucha polémica y acusaciones cruzadas. Algunos dicen que cedieron ante presiones del Gobierno, mientras que otros aseguran que simplemente vieron que era lo mejor para el país. ¡Un verdadero chinchorro político!
En cuanto a las razones detrás de esta insistencia, parece que el Gobierno está desesperado por conseguir financiamiento. Las metas macroeconómicas no se cumplieron, y eso afectó la última emisión de eurobonos. Además, ahora tienen que lidiar con la crisis económica mundial, la inflación galopante y la incertidumbre política. Todo eso hace que sea más difícil conseguir préstamos a tasas razonables, y que se complique aún más la situación financiera del país. ¡Qué torta!
En fin, la historia de los eurobonos sigue abierta. El Gobierno está haciendo todo lo posible por conseguir estos fondos, pero tendrá que enfrentar la resistencia de la oposición y las dudas de la ciudadanía. Entonces, mi pura vida, te pregunto: ¿Crees que el Gobierno debería seguir insistiendo en la emisión de eurobonos, a pesar de los riesgos y las críticas? ¿O sería mejor buscar alternativas para financiar la deuda pública de Costa Rica?