¡Ay, Dios mío, qué lío! Resulta que el Ministerio de Educación Pública (MEP) va a ponerle el ojo encima a sus propios empleados con un examen de idoneidad. Un total de 2.205 personas, que andan trabajando ahí como interinos bajo el Transitorio IX de la Ley Marco de Empleo Público, tendrán que demostrar que sí saben lo que hacen. Parece que alguien arriba decidió que ya era hora de darle una limpia a la vara.
La jugada es así: estos maestros, técnicos docentes y administrativos llevan tiempo echándole ganas en el brete, pero aún no tienen plaza en propiedad. Ahora, quieren asegurar que quien entre a formar parte de la planilla sea realmente el indicado. Según el ministro Leonardo Sánchez, esto es pa’ contratar a los más aptos. Pero bueno, aquí en Costa Rica siempre hay un pero, ¿verdad?
Y ojo, porque no es cualquier examen. Se van a destinar 45 sedes a lo largo del país para que estos 2.205 hagan la prueba este jueves. Imagínense la logística, ¡qué carga! Entre que conseguir espacios, organizar los materiales… espero que no se les vaya todo al traste. Aunque la Dirección de Gestión de Talento Humano dice que todo está controlado, uno nunca sabe con estas cosas.
Lo curioso es que el MEP mismo diseñó las pruebas, con ayuda de otras áreas internas, claro. Dicen que definieron los perfiles, hicieron unas tablas de especificaciones y hasta crearon unos indicadores para evaluar a los aspirantes. Desde el 2020 ya tenían pensado hacer esto, pero parece que tardaron un buen agarrón en concretarlo. A partir del 2026, lo aplicarán a todos los nuevos que quieran entrar al sistema, ¡pa’ que no haya sorpresas!
Muchos se preguntan si esto es bueno o malo. Por un lado, suena bien que se evalúe a la gente y que se asegure que tengan las capacidades necesarias. Pa' evitar, como decimos nosotros, que le echen maicito al pastel. Pero por el otro, imaginen la tensión que están sintiendo estos empleados que llevan años sirviendo en el MEP. Algunos dicen que esto es un despiche para sacar gente incómoda, otros creen que es un paso adelante para mejorar la calidad de la educación pública. ¡Qué vara!
Y hablando de mejoras, recordemos que hace poco aprobaron una ley que exige este tipo de exámenes para los nuevos docentes. Al parecer, la idea es fortalecer el sistema educativo desde adentro. Pero los puristas también señalan que poner tanta presión sobre los trabajadores podría afectar su desempeño y, a la larga, perjudicar a los estudiantes. Uno nunca sabe qué tan cargado estará el ambiente en las escuelas con este tema rondando.
Ahora, vale la pena analizar si esta medida es suficiente para solucionar los problemas reales del MEP. Porque, díganlo ustedes, ¿un examen puede medir realmente la vocación de un maestro o la capacidad de un administrador? Hay muchos factores que influyen en el éxito de un profesional, más allá de lo que pueda salir en una prueba. Además, ¿no estaremos premiando a quienes saben pasar exámenes y castigando a aquellos que, aunque talentosos, no son buenos en este tipo de evaluaciones?
En fin, nos queda esperar a ver cómo sale todo este asunto. Esta prueba promete levantar polvo y generar mucha conversación. Así que, diganme, ¿creen que este examen de idoneidad es la solución que necesita el MEP para mejorar la calidad de la educación, o simplemente estamos complicando más las cosas? ¿Ustedes se sentirían nerviosos si tuvieran que rendir una prueba así después de tanto tiempo trabajando en un lugar?
La jugada es así: estos maestros, técnicos docentes y administrativos llevan tiempo echándole ganas en el brete, pero aún no tienen plaza en propiedad. Ahora, quieren asegurar que quien entre a formar parte de la planilla sea realmente el indicado. Según el ministro Leonardo Sánchez, esto es pa’ contratar a los más aptos. Pero bueno, aquí en Costa Rica siempre hay un pero, ¿verdad?
Y ojo, porque no es cualquier examen. Se van a destinar 45 sedes a lo largo del país para que estos 2.205 hagan la prueba este jueves. Imagínense la logística, ¡qué carga! Entre que conseguir espacios, organizar los materiales… espero que no se les vaya todo al traste. Aunque la Dirección de Gestión de Talento Humano dice que todo está controlado, uno nunca sabe con estas cosas.
Lo curioso es que el MEP mismo diseñó las pruebas, con ayuda de otras áreas internas, claro. Dicen que definieron los perfiles, hicieron unas tablas de especificaciones y hasta crearon unos indicadores para evaluar a los aspirantes. Desde el 2020 ya tenían pensado hacer esto, pero parece que tardaron un buen agarrón en concretarlo. A partir del 2026, lo aplicarán a todos los nuevos que quieran entrar al sistema, ¡pa’ que no haya sorpresas!
Muchos se preguntan si esto es bueno o malo. Por un lado, suena bien que se evalúe a la gente y que se asegure que tengan las capacidades necesarias. Pa' evitar, como decimos nosotros, que le echen maicito al pastel. Pero por el otro, imaginen la tensión que están sintiendo estos empleados que llevan años sirviendo en el MEP. Algunos dicen que esto es un despiche para sacar gente incómoda, otros creen que es un paso adelante para mejorar la calidad de la educación pública. ¡Qué vara!
Y hablando de mejoras, recordemos que hace poco aprobaron una ley que exige este tipo de exámenes para los nuevos docentes. Al parecer, la idea es fortalecer el sistema educativo desde adentro. Pero los puristas también señalan que poner tanta presión sobre los trabajadores podría afectar su desempeño y, a la larga, perjudicar a los estudiantes. Uno nunca sabe qué tan cargado estará el ambiente en las escuelas con este tema rondando.
Ahora, vale la pena analizar si esta medida es suficiente para solucionar los problemas reales del MEP. Porque, díganlo ustedes, ¿un examen puede medir realmente la vocación de un maestro o la capacidad de un administrador? Hay muchos factores que influyen en el éxito de un profesional, más allá de lo que pueda salir en una prueba. Además, ¿no estaremos premiando a quienes saben pasar exámenes y castigando a aquellos que, aunque talentosos, no son buenos en este tipo de evaluaciones?
En fin, nos queda esperar a ver cómo sale todo este asunto. Esta prueba promete levantar polvo y generar mucha conversación. Así que, diganme, ¿creen que este examen de idoneidad es la solución que necesita el MEP para mejorar la calidad de la educación, o simplemente estamos complicando más las cosas? ¿Ustedes se sentirían nerviosos si tuvieran que rendir una prueba así después de tanto tiempo trabajando en un lugar?
